El fotógrafo y el rockero (BillDip) Completo.

Capítulo XXXIII: Un sueño

Hola a todos!!!

Bueno, aquí con otro capítulo de esta historia, y creo que lo más posible es que ya nos vayamos al último arco de este fanfic.

Perdonen por no actualizar, pero he estado ocupada, aparte que me dio inspiración el fanfic de Como un fénix de Yuri On Ice, pero la verdad es que no le han hecho mucho caso y quizá la actualice después.

Por cierto, han leído el manga de Black Bird? Si dicen que sí, tengo una idea (todavía muy primaria en mi mente) pero con los personajes de Yuri On Ice. El manga no sé qué tan conocido sea, por eso le pregunto y para saber si desarrollo más esta historia.

Bueno, la canción de este capítulo, es I'll always remember you de Hannah Montana, en realidad tenía como otras dos en mente, pero ésta abarca un poco más la idea.

Espero les guste el capítulo, si es así, voten y comenten por favor =).

Ya saben, Gravity Falls NO me pertenece.

Capítulo XXXIII: Un sueño

El castaño se levantó de la silla y se fue, tratando de aparentar tranquilidad, llegó hasta el patio y se sentó en una de las sillas de jardín, apoyando sus codos en sus piernas y ocultando la cara en sus manos debido a la culpa.

Tenía culpa por haberle correspondido a Will, aunque sólo fuese por un momento y también por haberle roto el corazón así, pues Wirt se lo había roto también una vez y él aparte de sufrir, salió humillado... por lo menos lo del peli-azul y él fue sólo entre ellos.

Se sentía tan confundido y no sabía con quién hablar... en momentos como ése le gustaría estar con Anthony, pero luego pensó que si él siguiera vivo, no estaría con Bill... pues él nunca hubiese volteado a ver a otra persona. Lo quiso demasiado, más que a Bill, pues fue quien le enseñó lo que era amar, y lo perdió para siempre... tenía la confianza para contarle absolutamente todo, incluso Anthony parecía tener una respuesta a situaciones difíciles...

Recordó lo que vivió con él y miró sus muñecas donde en la derecha había una pequeña cicatriz que jamás se iría, pero era mejor pues era un recordatorio de algo doloroso pero que después lo hizo sonreír... para después volver a llorar. Se hundió en sus recuerdos.

Flashback.

Abrió los ojos con pesadez... sus brazos le ardían demasiado, hasta sus codos y un olor a desinfectante inundó sus fosas nasales. No reconoció dónde estaba y empezó a mover sus ojos de un lado a otro con rapidez, quiso levantarse pero al intentar apoyar el peso en sus brazos, le dolió y cayó de nuevo en donde estaba. Con esfuerzo, logró sentarse en la cama y una mujer con un traje blanco, pasó frente a la puerta del cuarto, cuando lo vio, alzó su mano hacia el pasillo.

-¡Doctor! ¡Doctor! ¡Ya despertó! -¿Doctor? ¿Acaso estaba en un hospital? No recordaba bien, pero apenas miró sus brazos y los vio vendandos, recordó todo... había intentado quitarse la vida, pero no sabía cómo había llegado ahí. Un hombre mayor con lentes y bata blanca se apareció en donde antes estaba la enfermera.

-Buenas tardes, joven Pines. Soy el doctor Jiménez, por lo que veo, ya estás despierto. –El hombre le hablaba con una voz suave, contrario al pensamiento de Dipper que pensó que lo regañaría, ¿Por qué otra razón aparte de un suicidio, un joven traería cortadas en las muñecas?

-Tu familia está en la sala de espera, pero antes voy a revisarte. –El doctor tomó su brazo y Dipper hizo una mueca dejando salir un pequeño chillido. –Veo que aún te duele, es normal, te dolerá un tiempo más, apenas llegaste. –El hombre tomó un banco del fondo de la habitación y se sentó junto a la cama del castaño. –Sin embargo, tus muñecas no son lo que me preocupan. –El doctor se acomodó los lentes y su tono fue un poco más bajo y preocupado. -¿Por qué lo hiciste? –El castaño se quedó callado, no quería hablar, creyó que si lo hacía, saldría regañado. –No voy a juzgarte ni a regañarte, soy psicólogo también, y sé que estas cosas no son de a gratis. No te preocupes por lo de tu familia, lo que me digas, no saldrá de aquí. –Dipper asintió, eso esperaba, pero aún así se quedó callado. -¿Y bien? ¿Por qué lo hiciste? ¿Bullying? ¿Tu pareja terminó contigo? ¿Tus padres pelean mucho o te maltratan? –El castaño bajó la cabeza y las lágrimas comenzaron a rodar.