-¿Qué miras?
-Caricaturas -pronunció la joven de ojos verdes, sonriendo viendo la televisión.
-¿Caricaturas?
-Sí, ven, sientate a mi lado Andrew -le pidió haciéndole un lugar en el sofá.
El moreno se sentó junto a ella, y Thais apoyó su cabeza sobre el hombro de él.
-¿Te gustan?
-Nunca las he visto.
-Son muy divertidas, con papá siempre las mirábamos.
Se sintió incómodo por la cercanía de ella. No sabía si la jovencita era así de afectuosa con Alekséi también, o solo con él.
Y sabía perfectamente que al médico no le gustaría para nada ver aquello.
-Oye, iré a prepararte un sándwich.
-No, quédate conmigo Andrew -le pidió abrazándolo por la cintura.
-Thais, por favor suéltame.
Pasó sus piernas por encima de los muslos de él, y se sentó sobre ellos. Sonrió divertida al ver la expresión confusa de su rostro.
-Andrew, ¿crees que soy bonita?
No podía creer que le estuviera preguntando eso, que tuviera que pasar por aquello.
-Sí, me pareces una niña linda.
-¿Niña? -le preguntó haciendo un mohín con sus labios-. Yo ya no soy una niña, mira -pronunció tocándose los pechos con sus manos.
Desvío la mirada y colocó levemente sus manos sobre los muslos de ella.
-Bájate por favor.
-Andrew -se lamió los labios, mirando lo del muchacho-. ¿Qué se siente besar?
-Será mejor que te bajes ahora, no quiero ser brusco contigo.
Chasqueó la lengua y se bajó de sus muslos, sentándose a su lado una vez más, cruzando sus brazos molesta.
Suspiró y se dirigió a la cocina, no podía verla como mujer, para él, ella solo era una niña aún.-o-o-o-o-
Se sentó a su lado, y acarició suavemente su hombro, antes de apoyar su cabeza sobre él.
-¿Estarás bien?
-Sí, creo que sí -murmuró el muchacho mirando hacia abajo.
-En serio no puedo creerlo aun Milo, lo lamento mucho, puedes quedarte aquí todo tiempo que quieras.
-Gracias Angie, no quiero volver a mi casa y ver... saber que ya nada será igual.
Su voz quebró, y Angie lo abrazó.
-Lo sé, debe ser difícil, pero tienes que ser fuerte.
-Es fácil decirlo, yo lo amaba, yo quería mi vida con él, no puedo creer que nuestra relación se haya terminado.
-Sí las cosas ya no funcionaban, fue lo mejor. Los dos querían cosas diferentes en sus vidas.
Sus labios temblaron, y se cubrió el rostro con una de sus manos, sollozando en silencio.
-Yo lo amaba.
Se abrazó al muchacho y besó su cabeza.
-Estoy contigo, llora, te hará sentir mejor.-o-o-o-o-
Estaba bajo la sombra de un árbol. El verano solía ser muy caluroso en aquel lugar, y aunque el otoño ya estaba cerca, el calor seguía siendo fuerte.
-Oye Andrew, te traje un refresco.
Abrió los ojos y al verla, suspiró, mirando hacia arriba.
-Gracias Thais.
-Y unos sándwichs, hace dos meses que vivimos juntos, me gustaba cuando al principio teníamos siempre días de picnic -le dijo sentándose a su lado.
La muchachita solo tenía puesto un conjunto de bikini rojo, que revelaba mucho más de lo que Andrew quisiera ver.
-Sí, hace mucho no lo hacemos.
Sonrió traviesa al escuchar aquello.
-Nunca lo hemos hecho -murmuró sonriendo, antes de darle un mordisco a su sándwich.
-Tu padre no ha llamado aún, quizás ya esté preparando todo para que vuelvan a vivir juntos.
-Pero a mi me gusta vivir contigo.
-Pero tú vives con él. Él es tu padre.
-Sí, pero-
-Thais, tú eres una niña para mi, no puedo mirarte como mujer, ¿Comprendes? Además, eres la hija de Alekséi.
-¿Y eso qué tiene? Y no soy una niña, ya te lo dije.
-Lo eres, solo han acelerado tu crecimiento, y-
No lo dejó continuar, lo empujó y se subió sobre él.
-¿Y que debo hacer para que dejes de verme como niña?
Frunció el ceño, ya molesto por su actitud tan atrevida.
-Siempre lo serás para mi, y por el respeto que le tengo a Koslov, ese pensamiento jamás cambiará.
-¿Es todo por mi padre?
-No, es porque yo quiero a una mujer, y aunque ya no la vea, eso no cambiará.
-Pero... Tú me gustas -le dijo en un tono afligido.
-Lo siento Thais, eres muy bonita, pero solo una niña para mi.-o-o-o-o-
La cama se sentía vacía, desde hacía dos meses, Thais dormía a su lado, abrazada a su cuerpo.
Pero luego de la charla que habían tenido por la tarde, la relación entre ambos había cambiado.
Y aunque él no había querido herirla, sabía que aquello era lo mejor.
La jovencita se estaba haciendo una idea errónea sobre ellos, y lo que menos quería, era tener problemas con Alekséi.
Suspiró y giró en la cama, tomando su celular que descansaba sobre la mesa de noche.
Conocía el número de Angie de memoria, y aunque se moría por llamarla, no quería hacerlo... No podía.
Extrañaba tanto su voz, la extrañaba tanto a ella, cada día se hacía mas difícil estar lejos, y recordarla, no aminoraba el dolor en su pecho.
Cerró los ojos y luego de tomar una profunda respiración, marcó el número de la castaña.
"-¿Hola?"
Apretó el celular entre sus dedos al escuchar aquella voz.
"-¿Quién habla? Angie en este momento está ocupada."
Se lo alejó de la oreja y cortó la llamada, sintiéndose un completo idiota.
Era obvio, ¿por qué ella no iba a seguir con su vida? Si después de todo, él no había sido nada.
Y la voz de aquel hombre, lo confirmaba.-o-o-o-o-
Se encogió de hombros y dejó el celular sobre la mesa de vidrio.
-Gracias por atender, le llevaba un té a Milo, está muy afectado por lo ocurrido, ¿quien era?
-No lo sé, atendí pero nadie habló, de seguro era un número equivocado.
Angie tomó su celular, y él número estaba bloqueado, por lo que no pudo saber quien había sido.
-Sí, seguro fue eso. ¿Cómo está Taylor?
-Mal también, no fue fácil para él tomar aquella decisión, y me pidió que viniera a ver a Milo y le dijera como estaba.
-Sin ofender Teoh, pero creo que es un poco estúpido e hipócrita pedir eso, es obvio que mi hermano no está bien.
-Lo sé, Angie el mío tampoco, pero aun se quieren.
-Sí, sé que Milo lo hace....
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Juguetes para ellas
Science FictionÁngela Dufour es una joven de veintiséis años que regresa a la casa de sus padres luego de estar estudiando en el exterior. Al llegar a su hogar, no solo se encuentra con la triste noticia de que su madre ha decidido deshacerse de todos las pertenen...