Observó el gran campo y respiró profundo, sintiendo como ese aroma a naturaleza, de alguna forma, lo reconfortaba por dentro.
La extrañaba, ese era un hecho innegable, pero sabía que la decisión que había tomado era la mejor.
Angie no tenía lugar en su vida para alguien como él. Su futuro estaba lleno de deseos y sueños, que jamás lograría cumplir a su lado.
Se dirigió al exterior de la casa, y pisó la hierva, se sentía tan extraño, pero bien.
Se sentía libre. Libre de hacer lo que quisiera.
Alekséi lo había dejado allí hacía un mes, alegando que lo iría a visitar cada tanto, para llevarle los víveres necesarios para su estadía.
Se sentó en el suelo, bajo la sombra del árbol junto a la casa, y luego se echó hacía atrás.
Aun no entendía porque lo estaba ayudado. Quizás era culpa.
Alekséi no solo creaba vida, la eliminaba también.
Escuchó el motor de un auto acercarse a la casa, y se puso de pie, mirando curioso que se trataba de la camioneta del médico.
De ella, no sólo bajó él, también lo hizo una apuesta jovencita de cabello oscuro y corto, algo ondulado, ojos verdes, piel clara y con pecas.
La miró curioso, viendo a ambos acercándose a él. Su rostro, de alguna forma, le resultaba familiar.
—Aleksei —le dijo con una suave sonrisa al tenerlo en frente a los dos.
—Las cosas han cambiado Andrew, y... De alguna forma sospechan de mi.
—¿A qué se refiere? —le inquirió preocupado.
—Creen que he ayudado a salvar algunos androides.
—¿Y es verdad?
—Lo es... Es por eso que debo irme, esconderme por un tiempo.
—Pero-
—Y no puedo llevar a Thais conmigo, nadie conoce esta finca, tampoco a ella, y es el único modo que tengo de protegerla, es dejarla aquí.
Miró a la jovencita, y ella le sonrió.
¿Thais? ¿Esa joven mujer era la niña que había conocido hacía un mes atrás? ¡Imposible!
—Se lo que estás pensando, y la respuesta es sencilla, tuve que acelerar su crecimiento.
—¿Cómo acelerar su crecimiento? ¿No es ella un androide?
—Thais es una humana artificial, solo se han creado mujeres hasta el momento.
—¿No cree que estará más segura con usted?
—Sí me encuentran, la asesinarán, aquí contigo estará segura.
—¿Y cuándo volverá? ¿Cómo haremos para vivir? Era usted quien de debía encargar de-
—Ya todo está arreglado Andrew —lo interrumpió—. Lo único que te pido, es que cuides a mi hija.
Asintió con la cabeza, intentando procesar todo lo que estaba ocurriendo.
—Claro, lo haré.-o-o-o-o-
—Ey, ¿qué ocurre? —le inquirió sentándose junto a ella en la cafetería.
—Nada —murmuró mirando por la ventana.
—Algo te pasa, hablé con tu hermano, y él me contó que no estás pasando por un buen momento.
—Asuntos personales.
—Oye Angie, yo solo quiero ser tu amigo.
Suspiró y lo miró.
—No me siento de humor para hablar con nadie Theo, agradezco tu preocupación.
—¿Es por ese androide verdad?
—Eso no tiene relevancia en el ámbito laboral —pronunció poniéndose de pie.
—Entonces podemos hablarlo fuera de aquí ¿no?
—Quizás alguna vez, pero no será hoy.
Se fue de la cafetería, y en camino a su oficina, observó el anillo en su dedo anular, sintiendo tanta angustia en su pecho.
Un mes, un mes y no sabía nada de él, ni donde estaba, o como se encontraba.
Mordió su labio inferior, sintiendo sus ojos humedecerse. No había encontrado forma de hallarlo, ni siquiera los de la empresa pudieron darle una solución, o rastrearlo.
Él había desaparecido por completo de su vida.-o-o-o-o-
—Y... ¿cómo te sientes?
—Un poco cansada, fue un largo viaje hasta aquí. Papá y yo tuvimos que hacer muchos trámites antes de llegar, pero supongo que bien, estará bien —pronunció con una sonrisa, mientras comenzaba a guardar la ropa que había en su valija.
—¿Duele?
—¿Qué cosa?
—El procedimiento al que fuiste sometida para cambiar tu apariencia física.
—No realmente, ya que lo hacen mientras estamos inconscientes. Pero al momento de despertar, si duele un poco los huesos, los músculos.
—De seguro fue muy difícil para Koslov tomar la decisión de acelerar tu crecimiento.
—Lo fue, pero él solo quería lo mejor para mi, y lo entiendo, siempre lo ha buscado.
Se giró y sonrió.
—¿Y tú cómo te sientes? ¿Qué se siente vivir solo y alejado de todo?
—Bien, es la primera vez que lo hago, y no está mal.
—Bueno era —bromeó terminando de acomodar su ropa—. Ahora tendremos que vivir juntos.
—¿Cómo te sientes con eso?
—¿Con la idea de vivir contigo aquí? Bien, no me molesta. Sé que no será para siempre, solo hasta que papá vuelva.-o-o-o-o-
—Angie.
—Ahora no Milo —murmuró contra la almohada.
Estaba acostada boca abajo en su cama, abrazando la almohada donde tenía hundido su rostro.
—Ey, estar aquí encerrada, no te hará bien cariño. No puedo verte así Angie, me duele.
—Entonces vete.
—Sabes que no haré eso, ven, arriba.
—No quiero.
—Pero hay algo que me gustaría enseñarte.
—Si no es a Andrew, entonces no me molestes.
—No actúes como una niña caprichosa, y comienza a actuar como la adulta que eres.
—Increíble que tú me des sermones a mi Milo.
—Sí, sé que me he equivocado, que cometí muchas estupideces, pero yo lo acepto Angie, lo acepto e intento día a día mejorar.
—¿Cuántos días llevas sobrio?
—No lo sé... Más de un mes, ¿por qué lo preguntas?
—¿Y sin beber alcohol?
—No lo se Ángela, que tome alcohol a veces, no quiere decir que vuelva con mi vicio.
—Eso espero.
Suspiró y se sentó junto a ella.
—Escucha, encontré la noticia de un tipo, muy conocido en el medio, por ser hijo de un magnate.
—¿Y?
—El tipo éste siempre es foco de noticias amarillistas, ya que en el pasado, estuvo envuelto en varios escándalos.
—No me interesan tus programas de chimentos.
—Él tiene como pareja una androide.
—¿Qué? —le dijo sentándose en la cama.
—Lo que oyes Angie, es una androide, y se los ven muy bien juntos, entonces pensé, ¿no es lo que mi Cookie quería? ¿qué el mundo entero los vean como personas? Él está dando el primer pasó. La ha presentado como su novia, sin importarle las opiniones de los demás.
Miró hacia abajo, y se sintió tan miserable.
—¿No crees que sería bueno si te contactas con este tipo? Él de seguro también le agradará tu idea —la alentó su hermano con una suave sonrisa en sus labios.
—¿Cuál es su nombre?
—Joseph Phoenix....
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Juguetes para ellas
Science-FictionÁngela Dufour es una joven de veintiséis años que regresa a la casa de sus padres luego de estar estudiando en el exterior. Al llegar a su hogar, no solo se encuentra con la triste noticia de que su madre ha decidido deshacerse de todos las pertenen...