—Mírame.
Lo observó a los ojos, sintiéndose tan nerviosa.
—¿Estás bien?
Asintió con la cabeza, sentía que no tenía voz para poder afirmarlo.
—Angie.
—Quiero hacerlo.
—¿Segura?
Acarició suavemente sus brazos y asintió una vez más, sonriendo.
—Sí.
Acercó sus labios a los de ella, y los probó.
Le gustaba la sensación que le causaba cada vez que la besaba, que la tocaba.
Angie lo abrazó, pasando sus brazos por detrás de su cuello, acercándolo más a su cuerpo.
Se separó un momento de ella, y la miró, sin poder evitar sonreirle suavemente.
—Me gustas tanto —le dijo antes de volver a besarla.
Y no habían miedos en su interior al escucharlo hablar, al sentir sus caricias, sus besos.
Andrew podía hacerla sentir querida.
Sintió sus labios en su cuello, y se permitió cerrar los ojos, dejándose llevar por aquellas sensaciones tan placenteras que recorrían su cuerpo por completo.
—Angie —murmuró ronco contra su oído, estremeciéndola.
—Andrew —pronunció en un suave jadeo.
—Mírame.
Ella abrió los ojos, y él le sonrió cálidamente.
Sonrió apenada y se mordió el labio.
—¿Quieres que encienda las luces? ¿O prefieres así?
Negó con la cabeza, insegura.
—No, déjalas así.
Bajó su rostro hasta rozar sus labios suavemente.
—Eres hermosa Angie, lo eres para mí.
—Y-Yo...
Se estaba arrepiendo, y lo sabía.
Acarició suavemente una de sus mejillas, y besó con delicadeza su rostro.
—Lo que siento por ti, nadie jamás podrá cambiarlo... tú me haces sentir humano.
Sus ojos se aguaron al escuchar aquello, y sabía que no era buen momento para las lágrimas.
Respiró profundo, y lo abrazó a ella.
—Estoy enamorada, por favor no me falles Andrew, estoy confiando en ti como en nadie... no lo arruines, porque... porque no sé como superaría otra traición —le confesó en un tono bajo, quebrado.
—¿Estás enamorada de mi?
Asintió con la cabeza, sin poder repetirlo.
Se separó de ella suavemente y la miró a los ojos.
—Angie no puedo prometerte eso. Aun hay cosas que no entiendo, pero si tú estás conmigo, si puedo aprender a tu lado y me tienes paciencia, puedo jurarte que intentaré jamás volver a herirte, de hacerte feliz, de intentar solucionar nuestras diferencia.
—¿Ya no te irás?
—Nunca más.
—Andrew, creo... creo que te amo.
Sonrió con cierta diversión al escuchar aquello.
—¿Crees que me amas?
—Sí.
—Creo que podemos hacer algo para que lo confirmes o no —le dijo antes de besarla una vez más.-o-o-o-o-
—¿Vamos a ver a la tía? —pronunció hablándole a la bebé.
Mientras se dirigía al departamento de Angie y tocaba la puerta, esperando que la abriera.
—Andrew —exaclamó sorprendido de verlo allí... Y solo con una camiseta y bóxer.
—Milo... No sabía que tú-
—Vendría —lo interrumpió—. Yo tampoco imaginé que tú estarías aquí —se aclaró la garganta y sonrió divertido—, o de encontrarte de este modo.
—Lamento eso, pasa por favor, me iré a cambiar y llamaré a Angie.
—Okay —le dijo despreocupado, entrando al departamento.
—Por cierto, tienes una bebé hermosa.
—Gracias, se llama Malika.
Se dirigió rápidamente a la habitación de Angie, y observó a la castaña dormir, abrazando la almohada.
Sonrió y se acercó a ella, sentándose en el borde de la cama.
Acarició suavemente con la punta de sus dedos, la linea de columna, subiendo hasta su rostro.
Se inclinó hacia adelante y besó una de sus mejillas.
—Despierta —murmuró contra su oído.
La escuchó quejarse, y luego voltear en la cama para mirarlo, aun adormilada.
—Andrew, ¿qué hora es?
—Quería despertarte con el desayuno, pero, creo que ahora seremos cuatro.
Frunció el ceño confundida, intentando comprender a que se refería.
—¿Qué?
—Milo y su hijita están en la sala.
—¡Demonios! —chilló alarmada.
Tomó las sabanas y se cubrió el pecho antes de sentarse.
—¿C-Cómo qué están en la sala? ¿Désde cuándo? ¿Cómo entró?
—Yo les abrí.
Lo miró de arriba a abajo y cerró los ojos.
—No, no, no puede ser, dime que no lo atendiste así, por favor.
—Lo siento Angie, no creí-
—¡Que vergüenza! —exclamó cubriéndose el rostro.
—¿Te da vergüenza... haber hecho el amor conmigo? —le inquirió en un tono bajo.
—Por Dios Andrew, c-claro que no, s-solo que no quería que mi hermano se enterara de este modo.
—No hace falta que se lo digas, puedes decirle que estoy viviendo una vez más contigo.
—Milo no es estúpido, además no quiero mentir Andrew, sé que él nos apoyará.-o-o-o-o-
Sonrió divertido al ver como la pequeña niña lo miraba con una gran sonrisa, esperando que una vez más le hablara y le hiciera caras chistosas.
—Es muy bonita.
Angie lo miró y sonrió.
—Malika es una niña hermosa, y muy risueña. Me recuerda tanto a Milo.
—¿Es su hija biológica?
—Sí, nació de un vientre alquilado.
—Oh, comprendo.
Le dio varios besos en una de sus mejillas, provocando que la pequeña riera, y con ella, Angie y Andrew también.
—No pensé que te gustaran los niños.
—No me llamaban la atención —le dijo divertido—, pero esta niña me gusta.
Se mordió el labio... ¿Y querría el ser padre?
—Angie debo irme, tengo que volver al departamento.
—Pero volverás ¿verdad?
—Por supuesto que sí, solo debo arreglar unas cosas.
Tomó a la niña, y sin decir nada, le dio un suave beso en los labios al moreno.
—Te estaré esperando —pronunció con una sonrisa.-o-o-o-o-
Llegó al edificio donde actualmente vivía, y subió hacia su departamento, debía buscar algo de ropa, y luego algunos documentos.
Aunque Alekséi le había dicho que ya se había ido con Thais, sus cosas aun permanecían en ese departamento y debía buscarlas.
Sacó la tarjeta que guardaba en su saco, y al abrir la puerta, notó que la luz de una de las habitaciones estaba encendida.
Frunció el ceño, y confundido se dirigió hacia ella.
Fue entonces que sintió que alguien lo tomaba por detrás, y le clavaba algo en el cuello, un pequeño pinchazo, que pronto comenzó a repercutir en su visión y músculos.
Sus piernas comenzaron a cosquillear, y cayó arrodillado al suelo, antes de perder la sensibilidad por completo de su cuerpo.
Alguien lo tomó de uno de sus hombros y lo giró, quedando tendido mirando el techo.
Escuchó unos pasos acercándose a él, y se encontró con la figura de una joven mujer.
—¿Así que ella te dejó elegir por primera vez Dominik? Entonces yo también lo haré. Tienes dos opciones, o te vienes conmigo por las buenas... O juro que borraré por completo tu memoria....
A solo dos capítulos de final 💔
Y hasta donde sé... No habrá especial de la primera vez de ellos juntos... uwu
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Juguetes para ellas
Science-FictionÁngela Dufour es una joven de veintiséis años que regresa a la casa de sus padres luego de estar estudiando en el exterior. Al llegar a su hogar, no solo se encuentra con la triste noticia de que su madre ha decidido deshacerse de todos las pertenen...