TREINTA Y CUATRO

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¡Llegamos al puesto número uno de ciencia ficción! No lo puedo creer, ¡muchísimas gracias amores míos!
Jamás me cansaré de decir que tengo a los mejores lectores de todos, ¡Gracias! 😘💕❤❤❤😍😍

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—Mucho gusto, mi nombre es Noah Cocks.
Abrió los ojos sorprendida, tomando la mano del muchacho.
—¿Noah Cocks? ¿Él primer hombre artificial?
Sonrió incómodo.
—Preferiría que solo me llamara Noah, pero sí, soy él.
—Lo lamento, tienes razón. Es que hace mucho tiempo no veo a uno... De ustedes.
—Lo imagino. Sé que no pedí una cita antes para hablar con usted, pero es importante lo que tengo que decirle.
—Claro, y no me trates de usted, creó que debemos tener la misma edad —le dijo sonriendo.
—Creo que sí —pronunció con una sonrisa el muchacho—. Hace seis meses comencé con mi organización para Androides. En donde no solo le damos un hogar, también intentamos reinsertarlos en la sociedad. Me gustaría que usted pudiera representarnos. Se qué hace unos años lo intentó, y lastimosamente no le dieron la protección que merecía.
—Sí, yo... Perdí mucho más que mi investigación.
—Lo sé también señorita Dufour. Comprendería si no quisiera ser parte de esto.
—Claro que sí, me encantaría retomar el caso. Creo que ya he tenido más que tiempo suficiente para superar lo que ocurrió hace tres años.

-o-o-o-o-

Se acercó a la cama, y sonrió con tristeza, sentándose en ella.
Tomó una de las manos del muchacho que dormía y la acarició suavemente.
Con su mano libre, acarició su cabello, su rostro.
—¿Cuándo despertarás? Extraño tanto poder hablar contigo, mirarte a los ojos. Escuchar tu voz, sentirte —pronunció apoyando su cabeza contra su pecho.

"—Creo que ha-
El médico dejó de hablar cuando Andrew se sentó de golpe en la cama.
Miró desconcertado a Garret y luego a Angie que estaba a muy pocos metros de él.
—Andrew —le dijo emocionada—. Al fin-
Y antes de poder decir algo más, se desvaneció en la camilla, cayendo como peso muerto sobre ella."

Desde aquel día, había pasado un año y medio, y él no había vuelto a despertar.
Michael se encontraba completamente confundido, no entendía como no había funcionado.
Había logrado que despertara, pero sólo por unos segundos.
—Sabes amor, hoy conocí a Noah Cocks —le contó acostándose junto a él—. Es un muchacho muy agradable, y noble. Abrió un centro de rehabilitación para androides, dónde se les brinda atención médica, un hogar, y se los intenta reinsertar en la sociedad. Es algo increíble que alguien finalmente los tomara en cuenta, que hiciera la diferencia.
Cerró los ojos, sintiéndose tan agotada.
—Hoy fue un día muy largo, creo que lo mejor será dormir.
Se inclinó hacia adelante, y besó sus labios suavemente antes de apoyar su cabeza contra su pecho y abrazarlo.
—Descansa amor, y despierta pronto para mí.

-o-o-o-o-

Observó el gran edificio donde un gran cartel decía "La diferencia sólo existe en el corazón de quien la considere".
Sonrió levemente, y sabía que era verdad. Conocía la forma de pensar de Noah, a pesar de que él era un humano artificial, veía como su par a los androides.
Y se sentía muy emocionada de poder conocer las instalaciones, las personas que allí trabajaban, y sobre todo, a los androides.
Hablar con ellos, conocer sus historias.
No hizo más que abrir la puerta, que un apuesto muchacho de ojos verdes y cabello rubio se acercó a ella.
—Bienvenida al hogar para androides y humanos artificiales señorita Dufour, mi nombre es Gian, y seré su guía hasta que el señor Cocks pueda atenderla.
—Mucho gusto en conocerte Gian, no sabía que Noah estaría ocupado.
—Fue un imprevisto familiar. Él estará con ustedes en unos momentos, mientras tanto, seré yo quien le muestre las instalaciones.
—De acuerdo —le dijo con una sonrisa—. Cuéntame un poco de éste lugar.
—Actualmente contamos con quince pisos, aunque pronto nos expandiremos a más. En total serán unos treinta y ocho pisos.
—¿Por qué tantos?
—La población crece día a día, y los androides debido a lo que les ha tocado vivir, no se sienten seguros para salir de aquí.
—¿Pero la idea no era reinsertarlos en la sociedad?
—Así es, pero ¿Usted cree que la sociedad algún día nos aceptará? Seamos sinceros señorita Dufour, jamás seremos bien vistos.
—Tal vez, solo es cuestión de tiempo.

-o-o-o-o-

Observó una habitación, la cual era una sala de juegos para niños.
En ella habían unos quince pequeños, de entre cuatro y diez años quizás, riendo, jugando entre ellos.
Angie los observó curiosa, no sabía que hacían androides tan pequeños.
—¿Ellos también...?
—No, estos niños no son androides —explicó Gian—. Fueron rescatados de un laboratorio clandestino.
—¿Qué hacían con ellos?
—Fueron utilizados como pruebas para crear nuevos humanos artificiales. Algunos de ellos cuentan con secuelas de los experimentos a los que fueron sometidos. Oriana, la pequeña niña morena de la derecha, perdió la visión del ochenta por ciento de su ojo izquierdo.
—Pobrecita —murmuró sintiendo un nudo en la garganta.
—Y tiene ciertos problemas motrices, que los médicos ya están ayudando a sobrellevar. Aun no sabemos si podrá recuperarse por completo, pero sabemos que su calidad de vida mejorará mucho.
—Lo que Noah está haciendo aquí es maravilloso.
—Lo es señorita Dufour. Gracias a él, muchas mujeres y niñas fueron rescatadas del infierno a las cuales eran sometidas a vivir. Lamentable... Hay muchas de ellas que no han podido recuperarse.
—¿Qué quieres decir?
—Su daño era tan grande, que lo mejor fue dormirlas.

-o-o-o-o-

—Papi ¿Por qué siempre está dormido?
Milo sonrió levemente y tomó a su hija en brazos.
—Pues, él se encuentra en un estado en el que no puede despertar.
—¿Por qué? ¿tiene mucho sueño?
Río bajo y besó una de las mejillas de la pequeña.
—No cariño, está enfermo.
—¿Por eso la tía está triste?
—Sí, a veces la tía está triste por él. Pero debemos ser positivos, algún día despertará.
—¿Y a dónde fue la tía?
Salieron lentamente de la habitación, cerrando la puerta, y se dirigieron a la cocina.
—Angie tenía una reunión importante hoy, y nosotros le prepararemos algo delicioso para cuando llegue.
—¿Vendrá de noche?
—Sí, y muy cansada.

-o-o-o-o-

"—¿Y esto?
—Ponlo allí —pronunció divertida ella.
El muchacho al girarse, rodó los ojos, ante de sonreír.
—Te dije que no me gustan las fotos Angie.
—Pero si no te estoy por sacar una foto, te estoy filmando —le dijo sonriendo.
—Mucho menos, ¿Por qué lo haces?
—Recuerdos nuestros.
Se acercó a ella, y sonrió, quitándole la cámara de las manos.
La colocó sobre un estante, y en la imagen ahora aparecían ambos.
Andrew la abrazó, y luego besó una de sus mejillas.
—Okay, hoy once de noviembre —dijo mirándola a ella, y luego a la cámara—, se cumplen tres meses de vivir como pareja con ésta hermosa mujer. Y está demás decir, que jamás me sentí más feliz en la vida.
La miró una vez, y ella le sonrió emocionado.
—Te amo Andrew.
—Y yo te amo a ti Angie —le aseguró antes de besarla, extendiendo uno de sus brazos para apagar la cámara."

Sus ojos se cubrieron de lágrimas, y no pudo evitar sollozar. Lo extrañaba tanto.
Y como aquel día, era once de noviembre, solo que él... No estaría consciente de ello.

...

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