—Un año después—
—¿Es verdad que esa androide estaba embarazada?
—¿Cómo procederá ahora con los casos señorita Dufour?
—Su cliente-
—No daré ningún tipo de declaraciones —pronunció Angie intentando pasar entre los reporteros.
La habían estado esperando fuera del juzgado, luego de estar representando esa mañana, uno de los casos más importantes de su carrera.
Su cliente, era un joven muchacho casi de su edad, al cual, le habían arrebatado su mujer.
Ella era un androide, uno de los últimos modelos que habían salido al mercado. Y aunque no podía hablar de ello, se sabía que la chica estaba embarazada.
Aquí ya no se trataba de máquinas, de emuladores de emociones. Ahora la situación era mucho más delicada y compleja, estaban tratando con humanos modificados genéticamente, que ante la ley, debían ser reconocidos como una persona más.-o-o-o-o-
—¡Entremos ahí, entremos ahí Dominik! —chilló una joven castaña de ojos verdes.
El muchacho junto a ella asintió con una suave sonrisa en los labios, y antes de poder decir algo, ella lo tomó de la mano, y lo jaló hacia la tienda.
—¡Mira todas estas cosas!
—Sí, parece una tienda para niños —murmuró divertido al ver la emoción plasmada en el rostro de ella.
—¡Oh Dios! ¡Quiero ese oso de allí! —le dijo señalando un gran peluche de un oso color crema.
Ese oso debía tener al menos un metro setenta.
—Thais, no creo que...
—¿Qué me alcance? Yo creo que sí. Papá me dio mucho dinero —pronunció abriendo su cartera—. Además me dio éstas tarjetas.
—Guarda eso —le pidió con cautela.
La ciudad era muy grande y transitada, lo mejor era ser precavidos.
—Okay, entonces ¡compremoslo! Ya quiero tenerlo en mi nueva habitación —chilló feliz antes de entrar casi corriendo al local.
Dominik la siguió por detrás, en silencio, preguntándose internamente, como harían para llevar eso luego.-o-o-o-o-
—Aw, es hermosa Milo, felicidades —le dijo en un tono enternecido Angie al conocer a la bebé de su hermano.
Había estado fuera casi tres meses, por lo que no había podido conocerla en persona antes.
La pequeña niña tenía el cabello castaño y los ojos azules.
—¿Verdad que sí? Y no te guíes por su carita de ángel —le dijo sonriendo divertido—. Recién hace una semana he podido dormir más de cuatro horas seguidas.
—¿Por qué? —le inquirió sonriendo mirando a la niña.
—Porque sufría mucho de gases, y no podía dormir, por lo tanto, yo tampoco.
Observó a su hermano, sonrió, y luego lo abrazó, depositando un suave beso sobre su mejilla.
—Lo estás haciendo bien, estás siendo un buen papá.
—Gracias Angie —profirio emocionado—. Tú más que nadie sabes cuanto deseaba esto.
—Lo sé, y es por eso que me siento tan feliz por ti, sé que serás un gran padre y le darás mucho amor a esta pequeña.
—Sí, aunque, no me siento bien con esto.
—¿Con dejarmela?
—Tú estás con el caso de Wilson, y llegaste recién esta mañana del viaje. Quizás podría posponer un par de días más mi regreso a la firma.
—No, no, no —le dijo negando con la cabeza, tomando a la niña en brazos—, de ninguna manera. Tú volverás al trabajo, y confiarás que cuidaré muy bien a Malika.
—Pero, es que es tan pequeña.
Rodó los ojos y luego sonrió divertida.
—Estaremos bien, ve tranquilo Milo.-o-o-o-o-
Había terminado de subir la última bolsa al departamento. Vaya que Thais había comprado demasiadas cosas.
La idea de tener un nuevo hogar, y en la ciudad, la había emocionado mucho.
Estaba por subir al auto para guardarlo en la cochera, cuando escuchó el llanto de un bebé.
—Ya, ya, tranquila mi amor, ya no llores —pronunció una castaña, meciendo en sus brazos a la pequeña—. Ya estamos paseando cariño, no llores.
Abrió sus ojos con sorpresa al verla. Su cabello lucía un tono más claro, y estaba un poco más largo que la última vez.
—Angie.
Al escuchar que alguien la llamaba, levantó su rostro, y al ver de quien se trataba, dejó de caminar.
—¿Andrew? —preguntó confundida.
Su cabello estaba rubio, sus ojos seguían siendo oscuros, pero sabía que era él.
—Sí, bueno, en realidad, ahora soy Dominik.
—Dominik —Repitió sin poder dejar de mirarlo—. ¿Por qué?
—Nueva vida. ¿Es tu bebé?
—No, es mi sobrina —pronunció sonriendo mirando a la niña—. Su nombre es Malika, es la bebé de Milo.
—Felicidades, supongo que él y su pareja lograron entenderse.
—Oh no, no, nada de eso, Milo y Taylor ya no están juntos, desde hace mucho tiempo.
—¿Es padre soltero?
—Así es, y lo está haciendo muy bien.
Miró una vez más a Andrew, y aunque quería seguir hablando con él, no sabía de que.
Él también la observó, en silencio, hasta que una jovencita salió del edificio, colgándose del cuello de Andrew.
—¿Por qué no subes? Ya preparé el licuado de fresas para ambos, y además hice dos sándwiches deliciosos, vamos.
Angie bajó la mirada y acomodó mejor a la niña sobre su pecho, quien se había dormido.
Con delicadeza, Andrew corrió a Thais, pero ella lo tomó de la mano, gesto que no pasó desapercibido por Angie.
—Fue bueno volver a verte, que sigas bien —le dijo rápidamente la castaña, pasando por al lado de ambos.
Y aunque hubiese querido decir algo más, no lo hizo, simplemente se quedó viendo como ella se iba.
—¿Quién era?
—Eso no importa...
—Oh, okay, vamos entonces —le dijo jalándolo de la mano, instándolo a que la siguiera.-o-o-o-o-
Eran cerca de las ocho de la noche, y Milo hacía media hora se había ido de su casa, luego de buscar a Malika.
Varias cajas y bolsas estaban frente a su armario, y aunque aquello debió hacerlo hace mucho tiempo, no había podido hacerlo antes.
Pero luego de ver aquella escena, supo que ya era tiempo de dejar todo atrás.
La vida seguía, para ambos, y ella no podía seguir viviendo de un recuerdo... De una ilusión.
Abrió una caja, y comenzó a guardar la ropa de él, que incluso más de un año después, aun había conservado....
Espero no quieran matarme luego de este capítulo 🙊❤ jajaja
Por cierto, yo prefiero al Andrew morocho uwu👇🏼💓
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Juguetes para ellas
Ciencia FicciónÁngela Dufour es una joven de veintiséis años que regresa a la casa de sus padres luego de estar estudiando en el exterior. Al llegar a su hogar, no solo se encuentra con la triste noticia de que su madre ha decidido deshacerse de todos las pertenen...