Capitulo 6

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Ana no salía de su asombro, frente a ella se encontraba uno de sus mejores amigos de la universidad, Marck tampoco salía de su asombro, veía a una Ana mucho más madura pero increíblemente guapa, se acercó y la alzó dándole vueltas.

Pero ignoraban que Matt pasaba por ahí y se percató del recuadro en el que estaba Marck y Ana, y se sintió molesto y frustrado con un poco de inseguridad, odiaba esa sensación, aunque fuera desconocida para el no se sentía cómodo, ver a su hermano tocando y abrazando efusivamente a la mujer que de alguna manera llamó atención simplemente lo molestó.

Tomó rumbo hacia su oficina, eran demasiados sentimientos, el ver a Ana siendo afectuosa con otro, el que le dijeran que era uno de los candidatos para la presidencia y así demostrar su potencial, sí, uno, porque su competencia era nada más y nada menos que Jonh, el hijo del señor Vicent.

Entró a su oficina y estaba Dahian, una mujer sin duda hermosa, cabello negro y largo, ojos verdes y esbelta, que desbordaba sensualidad, se acercó a Matt con su vestido corto, que no dejaba nada a la imaginación, se besaron con gran deseo y culminaron el sofá en donde las caricias, los besos y el danzar de ambas caderas lograron llegar a un orgasmo.

***

Ana se sentía feliz, creía que había encontrado el empleo correcto, porque no solo contaba con las prestaciones legales también había una guardería para los hijos de los empleados, ¿Qué más podría pedir?

Según Melissa el matrimonio Howland fue el partidario para dejar la guardería, ya que ellos también pensaban en el bienestar de los empleados, ella cada vez se hacia la idea de que tanto como Sofía y Jorge eran unas personas excepcionales

Salió de la empresa y se dirigió hacia la parada, pero un auto aparcó frente a ella.

-¿Quieres que te lleve?- Preguntó Adrian cuando bajo la ventanilla

-No quiero abusar de su confianza señor Miller.

-No lo haces, es solo una invitación, ven, sube.

-Está bien.

Durante el camino hablaron de cosas banales, y Ana se enteró que Ardían es sobrino de la señora Sofía, que sus padres murieron y que eso fue la motivación para no dejarse vencer además que su esposa.

-¿Y vives con el padre de tu hijo?- La pregunta tomó por sorpresa a Ana, ese tema la incomodaba.

-No, realmente no.

-Discúlpame el atrevimiento.

-No te preocupes, simplemente fue una noche y ya- Llegaron a la casa Howland –Gracias por traerme, nos vemos mañana.

-Entro contigo, hace mucho que no veo a mis tíos.

-Está bien, yo entro por atrás, así que adiós.

Entró a la cocina y todo estaba en absoluta obscuridad lo cual era extraño, su madre siempre estaba ahí.

Tomo destino al cuarto de esta pero se detuvo porque escuchó a su madre teniendo una conversación apenas audible con su hermano.

-¿Qué quieres que le diga hijo? ¿Que tengo cáncer y que solo me dieron tres meses de vida?-Ana quedó paralizada-- Príncipe, no puedo hacer eso, se lo diré después, no quiero que ella se preocupe y descuide a su bebé y su trabajo-No paraba de llorar- Se lo diré en dos meses, solo quiero que esté bien.

Ana se devolvió por sus pasos, y salió al jardín, se sentía agobiada y culpable, recordaba cómo había decepcionado a su madre cuando se enteró que estaba embarazada.

Ese recuerdo le llega de golpe, cuando le dijo a su madre que estaba embarazada y eso no estaba en sus planes, también recordó la mirada de decepción pero también sus sabias y motivadoras palabras.

Una voz la sacó de sus recuerdos.

-¿Ana?- Ella miró a Adrián- ¿Por qué lloras?- Se acercó preocupado.

-A veces la vida es muy injusta.

-Cuéntame, estoy aquí para ti-Se acerca más de lo necesario al rostro de Ana.

-¿Cómo está su esposa?- El cambio de tema tan radical tomó por sorpresa a Adrián, notó la incomodidad de la castaña.

-Discúlpame si te hice sentir incomoda- Lo dice con preocupación.

-No se preocupe.

-Miranda está bien- Sonrió recordando a su esposa- Pero cuéntame, ¿Qué es lo que te agobia?

Ana le comentó todo lo vivido minutos atrás, le habló de lo mal que se sentía, y este le aconsejo de que tomara las cosas con calma, y si su madre tomó la decisión de no decirle aún, ella debía respetarla.

Después de ese rato, Ana se despidió de él, y este tomó rumbo hacia su casa, estaba taciturno por lo que había hecho inconscientemente, no pretendía incomodarla.

****

Esa mañana Ana se levantó con ánimo y vistió a su pequeño, después se vistió ella, tomó a su bebé en brazos y bajó a desayunar.

Salio con destino a su trabajo, llevaría a su bebé, su madre necesitaba descansar un poco, así que tomó el autobús, podía ver la inociensia y el asombro en la mirada de Oliver. No se arrepentia de todo lo que luchó por su bebé pues el tenerlo en sus brazos fue sin duda la mejor decisión.

Llega al trabajo y entra para ir a la guardería.

-¿ANA?- Escuchó una voz y la reconoció, su corazón dio un brinco de felicidad al ver a su amiga.

-Luisa!- Caminó hacia ella y la abrazo.

-¿Este bebé el Oliver?- Lo mira completamente enamorada.-No se parece nada a ti.

-Obviamente es igual a su papá, tiene sus ojos, esos bellos ojos azules grisáceos- Dijo recordando esa mirada.

-Aun lo recuerdas ¿Verdad?- Asiente con la cabeza y ella continua- No pensé que ese hombre hiciera estragos en tu cabeza.

-No lo hizo, solo que para una chica su primera vez es inolvidable- Dijo mintiendo, pues ese hombre no abandonaba sus pensamientos.

-¿Y no lo has buscado? Algo...

-No tengo los recursos, ni el tiempo además posiblemente ya está casado, con hijos, ya tendrá una vida, solo tengo que olvidarlo, y ya todo pasará seremos Oliver y yo y nadie más- Afirmó con seguridad-.

-Mujer y no has pensado en tal vez volverte a enamorar, habrá alguien quien te llame la atención...

-No lo sé, supongo que algún día... ¿Y tú?¿No te gusta alguien?¿No quieres casarte?- Dijo desviando el tema.

-Pues en realidad hay alguien que si me gusta, desde hace mucho, desde que estábamos en la universidad

-¿Y se puede saber quién es el afortunado?

-Marck, Marck Anderson...

Ana quedó en shock pues los tres eran amigos en la universidad y nunca notó esa clase de sentimientos por parte de Luisa hacia Marck, pero era seguro que la ayudaría, sin embargo desde que Marck llegó de Francia no sacaba un solo minuto a la castaña de ojos mieles de su cabeza, sí, seguían siendo la misma chica hermosa que conoció en la universidad solo que ahora más madura y eso lo cautivaba más.

Capitulo seis
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Solo tú. [COMPLETA/EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora