Capítulo 27

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La investigación seguía su curso y Ana cada día estaba más nerviosa y paranoica, incluso sintió que alguien entró al jardín una noche cuando ella miraba por la ventana.

Desde lo ocurrido con John, Matt no se alejaba de su hijo, y menos de Ana, decidió quedarse unos días en la mansión, algo no lo dejaba estar en tranquilidad con su familia así que con la ayuda de Jorge mando a reforzar la seguridad en la casa.

-¿Estás bien?- Preguntó el pelinegro haciendo sobresaltar a la mujer.

-Sí...Sí, claro. ¿Y Oliver?

-Ya está durmiendo.

-Ah, está bien.

-¿Sabes?- Dijo Matt tomándola de la cintura pegándola a su cuerpo.- Estoy muy feliz de que lo nuestro esté funcionando.

-Sí...-Dijo Ana dejándose llevar por los besos que el hombre repartía en su cuello.

Y las palabras sobraron, él la giró y besó con devoción, mientras la desnudaba, y ella hacia lo mismo con aquel hombre, el hombre que amaba.

La alzó y recostó en la cama y se entregaron al amor existente en ellos, ese que a pesar de todo seguía así, suspiros, gemidos, gruñidos y llegaron a la cima, olvidando todo. Ana se sentía completa en aquellos brazos, y ni hablar de Matt que desde que la conoció la quería tener cerca. Eran como el imán y el metal, su atracción era increíble, y los sentimientos los más trascendentales y puros.

Ya en la madrugada, se encontraban dormidos pero un mensaje despertó a Ana de tan profundo sueño, tomó el celular y leyó.

-Espero la estés pasando bien con tu amado, porque si no retiras la denuncia el día de mañana, créeme que lo lamentarás.

Ana se recostó nuevamente pero no pudo volver a dormir, los brazos de Matt la rodearon pero ya no sitió paz, no sabía qué hacer, si quitar la denuncia y enfrentarse a su familia o permitir que le hicieran año a su pareja o hijo.

Mientras Ana pasaba por la angustia, Camilo no se quería despedir de Dahian, pero tenía que viajar por las cuentas que había encontrado la policía.

-Estaré más tranquilo si vas con tu hermana o vienes conmigo, o te quedas con mi hermana.

-No, no quiero incomodar a nadie y no puedo dejar mi trabajo votado.

-¿Segura?

-Sí, ve y halla a ese malnacido, el bebé y yo estaremos bien.

-Piénsalo...-Fue interrumpido por una bocina, el taxi había llegado.

-Ve, dormiré un poco más y cuando esté en la oficina te llamo.

-Te amo.

-Te amo.

Camilo salió y tomó rumbo al aeropuerto, mientras la mujer se recostaba nuevamente en la cama para volver a descansar.

Los golpes en la puerta del departamento la despertaron y se encaminó, y mirò por el ojo mágico y se encontraba su madre del otro lado.

De inmediato le abrió la puerta y la mujer pasó con la altivez que a caracterizaba, miró algo despectiva el lugar donde vivía su hija, pues nunca estuvo de acuerdo con la decisión de Dahian al unirse con un muerto de hambre como lo es el licenciado Sabogal.

Era un departamento pequeño pero para la mujer de ojos verdes le encantaba porque se sentía como nunca, sentía que pertenecía a algo, tenía un hogar.

-¿Qué haces acá, mamá?

-No sé cómo pudiste caer tan bajo.

-¿Qué quieres?

-Tú ayuda, hija mía.

-¿Hija mía?

-Tu hermano está en la cárcel, necesita ayuda hija.

-Lo sé.

-Yo tengo dinero pero en cuentas extranjeras si tú me pudieras prestar y después te lo devuelvo. La tonta de Ana no quiere quitar la denuncia.

-Ahora no tengo tanto dinero, pero iré a buscar al cuarto, espérame aquí.

La mujer de ojos negros asintió y mientras Dahian fue al cuarto. Había algo extraño, su mamá nunca la fue a buscar, jamás, y algo más le sonaba, las famosas cuentas en el extranjero y fue cuando ese bombillito le alumbró.

Tomó el celular y les dejó un mensaje a Camilo y a Ana,

Llamen a la policía, la necesito en mi casa, mi madre es el verdadero culpable!

Caminó hasta la caja fuerte en el armario y sacó unos 10000 dólares, no le daría nada más, pro tenía que hacer tiempo.

Salió del cuarto y al llegar a la sala le entregó el dinero.

-¿No hay más hija?

-No, mamá.

-Bueno, gracias hija.- Dijo la mujer poniéndose de pie para marcharse.

-¿Solo viniste por eso?

-Tu hermano está pasando por un mal momento, tengo que ir.

-Por favor quédate, mamá.

-Yo...

-Fuiste tú ¿Cierto?

-¿A qué te refieres?

-Fuiste tú quien robó la empresa, fuiste quien manipuló a mi hermano.

-No...Solo tomaba lo que por derecho es mío.

-No tienes ningún derecho sobre ese dinero.

-No, años en los que tu papá trabajo para ellos, con ideas increíbles y ni siquiera el treinta por ciento.

-¿Y?

-Tu padre no hizo nada, prefirió estar con mujeres en vez de invertir o tener un poquito más de visión.

-Cometiste un delito, mamá.

-Lo hice por proteger el patrimonio de la familia.

-O por proteger todos tus lujos y caprichos.

Dahian miraba a su madre, cuando esa mujer dulce cambió, solo vio un cascarón femenino, vacío, era el ejemplo de una mujer reprimida por años, aguantando todo tipo de cosas, pero no es el motivo para lo que hizo.

Unos golpes en la puerta la sacaron de su ensoñación y se dirigió abrir, era la policía.

Todo acto protocolario se hizo, arrestaron a la mujer, leyeron sus derechos mientras gritaba su hija que la ayudara.

-Lo siento, mamá. Pero es lo mejor.

Cuando los oficiales salieron sus lágrimas escurrieron, fue la decisión más difícil, pero fue la correcta.

Solo quiero decirles que esta historia está llegando al final. Estaré muy ausente por exámenes pero cuando terminen subiré lo que falta.

No olvide comentar y votar.

Nos leemos a la próxima.

Gracias.

Soloyo.

Solo tú. [COMPLETA/EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora