Capitulo 23

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Después de aquella noche noche tanto Matt como Ana buscaban nunca quedar solos, sea por que pudieran perder el control sobre ellos o el simple hecho de sentirse mal, por engañar a Ángel, no era justo para él.

Matt iba netamente por Oliver a casa de Ana, ella lo llevaba a la oficina, y así fue por un mes hasta que Ana llamó a Matt para que cuidara al bebé ya que Ángel había empeorado y se tuvo que ir de urgencias al hospital.

El pelinegro ya sabía que era lo que pasaba, pues Ángel tenía un tumor en la cabeza, y  estaba desahuciado, solo que temía ese momento.

Llegó al hospital donde lo había remitido y se encontró a Ana con los ojos hinchados y con Oliver dormido en sus brazos.

-Matt.

El pelinegro tomó a su bebé en brazos.

-Ya tranquila, estoy aquí. ¿Qué fue lo que pasó?

-No lo sé, de un momento a otro se desvaneció.

-Tranquila- Matt la atrajo hacia su pecho- ¿Te han dicho algo?

-No, hace más de media hora se lo llevaron.

-Me quedaré acá hasta que nos den noticias.

-Gracias.

Se sentaron en la sala de espera y pasado dos horas salió un doctor.

-Familiares de Ángel Borja.

-Soy yo.

La castaña se puso de pie y se acercó al docto.

-Lo lamento señora, el hombre desde hace mucho tiempo presentaba un tumor en la cabeza, ha caído en coma.

-Que...

-Lo siento realmente. Pude pasar a verlo.

Ana sentía que su pecho oprimía, ¿Era real? Esto parecía una pesadilla.

Ángel no podía irse, no de esa manera, era una persona tan buena y generosa que no podía dejar este mundo.

Matt se acercó, el doctor hablo con él y se marchó. El pelinegro abrazó a Ana mientras ella lloraba desconsolada.

Y así pasó una semana en donde Ana iba al hospital a estar con Ángel, una parte de ella le decía que lo desconectara, que el ya no podía seguir sufriendo, y otra que le dejara, porque mejoraría o eso creía ella.

Sentada en la silla al lado de la camilla con la mano de del castaño entre las suyas hasta que la maquina comenzó hacer un ruido intermitente y fue ahí donde entraron médicos y enfermeras con un reanimador.

El día lloraba, pareciera que fuera a caer un diluvio, y el ambiente estaba bastante frío y melancólico.

El cementerio no es buen lugar para nadie, está lleno de tristeza, agobio y desesperanza.

Todos los amigos y conocidos de Ángel lamentaban su pérdida, y más aun Ana que le fue muy duro ver como el baúl descendía hacia la fosa que se había cavado con anterioridad mientras el sacerdote le daba cristiana sepultura.

Junto a la castaña estaba Matt, quien la acompañaba y le daba consuelo.

Después del sepelio Matt llevó a Ana a casa y se llevó a Oliver, pues ella necesitaba tiempo.

Pasaron días en los que ella lloraba la ausencia de Ángel, por el gran apoyo que él llegó a representar, por la escucha y la paciencia y se lamentaba no poder amarlo como él lo hacía pero u corazón tenia dueño.

Y Matt otro tema que también la atormentaba.

Respiró profundamente para poder calmar su sollozo y se recostó en la cama.

Sus ojos pesaban demasiado así que los cerró y quedó en un profundo sueño.

Se despertó en la madrugada porque sintió el frío en su cuerpo, con un dolor terrible de cabeza se dirigió al baño y después por una pastilla.

Tomó su teléfono y miró los mensajes tanto de sus padres como de Matt, suspiró y se lanzó nuevamente a la cama.

Fijó su mirad en el techo y todo lo que había vivido se le pasó como una película por la mente, sus ojos nuevamente se aguaron, sí que le iba hacer falta ese hombre.

Se puso de pie, se cambió y nuevamente se acostó a dormir, mañana revisaría las osas de Ángel, y tomaría decisiones, pero necesitaba estar más serena.

Cuando despertó eran más de las doce de día, tenía mensajes de Matt diciendo que estaría con Oliver en el parque, que cualquier cosa él estaba a su disposición, una leve sonrisa apareció en su rostro pero se esfumo al darse cuenta de la realidad.

Decidió comer algo ya que su estómago se lo pedía y se puso a la tarea de limpiar.

La ropa la donaría, sus pertenencias como celular y de más aún estaba por decidirse, mientras buscaba en closet encontró una carpeta detrás de las maletas de viaje, al le llamó la atención, no sabía si era porque era de dibujos animados o porque estaba estratégicamente escondida.

O solo se le olvidó que estaba ahí, pero su curiosidad pudo más que su prudencia y se dirigió al cuarto para ver que era.

La mayoría de los papeles en la carpeta eran de exámenes hasta que encontró los estudios en un laboratorio donde decía que era desahuciado, sus manos comenzaron a temblar.

Lo sabía y nunca se lo dijo.

Aparten había un sobre con su letra y decía Ana, tomó el sobre con su nombre y lo abrió con una mezcla de sentimientos.

Querida Ana:

Cielo mío, lamento que te enteres de esta manera, nunca pensé que esto llegaría a pasar, desde hace tiempo me he sentido muy mal, dolores de cabeza constantes, cansancio, sangrados por la nariz y como ultimo los desmayos. Después de investigar un poco encontré que era estrés así que decidí trabajar menos, descansar más y esas cosas absurdas.

Pero cuando tomé la decisión de los exámenes fue cuando en una de las hemorragias nasales salió un coágulo, y en el resultado tuve miedo, no por mí, sino por ti y el pequeño.

Pero después pensé está Matt, y por lo tanto no estarás sola.

Amor mío, deja de engañarte, aun lo amas y es tiempo de que nuevamente se unan y sean una familia, date esa oportunidad porque es la que te mereces.

Te diría que me hubiera gustado que me amaras como yo te amo y te amaré, pero sé que diste lo mejor de ti en esta relación, y por eso no te reprocho nada.

Te amo, con todo mi corazón y sé muy feliz.

Ángel Borja.

Pdt: Matt ya sabía de mi enfermedad, pero no le juzgues, yo le pedí que no te dijera nada, porque quería decírtelo, no sé si fue mi cobardía o mi amor por ti el que pudo más que la sensatez. 

Hola nuevamente, lamento la tardanza, pero esto entrando en examenes y trabajos así que pido una disculpa.

No olvides votar y comentar.

Nos leemos a la próxima. 

GRACIAS! 

Solo tú. [COMPLETA/EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora