Solo tú. [COMPLETA/EN EDICIÓN]

Capitulo 24 

ALTO CONTENIDO ADULTO.

El tiempo transcurrió y Ana dejó el apartamento que compartía con Ángel, dono todas sus osas y solo se quedó con pequeñas posesiones importantes, entre esas la carta.

Tenía a su hijo con ella, y el bebé necesitaba a su padre y aunque ella no quisiera admitirlo en voz alta, también necesitaba de Matt. Pero le era un poco difícil ahora tener una relación con él por simple orgullo.

Todas sus heridas emocionales y sus dudas se disiparon de a poco, pasar tiempo con su bebé le hacía muy bien, también el conversar con sus padres, Sofía le aconsejaba incluso cuando ella no quería hablar de algo, era como si pudiera leer y so padre, un hombre sabía y algo intimidante la proyectaba en la empresa, le aconsejaba como manejar el personal, como tener autoridad y demás cosas.

Y a pesar de que se sentía muy bien con su familia, duró cierto tiempo siendo esquiva con Matt, y ahora era él quien solo iba a esa casa por su hijo, apenas si cruzaba palabras con Ana, lo cual la deja algo inquieta.

¿Se habrá cansado? ¿Ya no la quiere?

Mientras pensaba, recargada en la isla de la cocina tomando un café su madre entró.

-Hola amor mío.

-Hola mamá

Seguía siendo algo extraño para ella.

-No tengo nada en contra de esa muchacha, pero no me agrad...- Entró Jorge a la cocina- Hola hija.

-Hola papá. ¿De quién habla?

-No es nada mi amor- Contestó Sofía.

No quería decirle lo que sucedía a su hija y Ana se percató de eso.

-Mamá...

-Lo que sucede- Comenzó a decir Jorge- Matt está saliendo con una chica.

Ana sintió frio en su espalda.

-Jorge...

-No sé, la chica no me termina de convencer.

-Jorge, volvió a insistir Sofía.

-Dime, cielo.

-No están saliendo- Dice la mujer a su hija- Solo son amigos ¿Verdad amor?

-Eh... Sí, No te preocupes, cielo.

-Está bien, me iré a dormir, descansen.

Ana tomó la taza y se marchó a su cuarto, necesitaba estar tranquila.

Yendo hacia su cuarto pasó por el de su hijo, entró a ese cuarto con ese aroma característico del perfume que usa al terminar de bañarlo o le cambia el pañal, se acercó lentamente a la cuna donde dormía el pequeñín con su expresión completamente relajada, sus pequeñas pestañas, su nariz de botón.

Sonrió, porque a llegada de Oliver a su vida fue una sorpresa pero la mejor de todas. Pero nuevamente su vista se nubló.

Había alguien más, estaba saliendo con una mujer, y que tonta había sido, le rechazaba, lo esquivaba, era obvio que se cansaría de ese trato, que idiota.

Besó en la frente a su bebé se marchó a su cuarto.

Ya entrando a la madrugada Ana seguía despierta, mirando a la ventana pensando. La puerta sonó.

-Pase.

-Hija, ya es tarde, ve a dormir.

-No puedo, no tengo sueño.