Salió lo más rápido que pudo de aquel lugar, agradecía a esos dos hombres por interferir en tan bochornoso evento, pero no dejaba de pensar en aquel muchacho de piel pálida, ojos azules como dos zafiros y el cabello negro azabache, esos ojos le recordaban a los del muchacho de aquella fiesta, pero más a su Oliver, su bebé, su vida, su todo.
Tomó rombo a casa, quería estar con su hijo, ya que estaba segura de que no tendría tanto tiempo para compartir con su bebé, entraría a trabajar.
Al llegar pudo notar que su hermano estaba en la casa, e instantáneamente sonrío, lo extrañaba, desde hace ya un año vivía solo y no se veían tan seguido.
-¿Cómo estás?- Preguntó entrando por la puerta de atrás.
-Bien ¿Y a ti?
-Bien, buscando trabajo
-¿Dónde está Oliver?
-Acá está- Dijo su madre cargando a su hijo, el bebé vio a su madre y le tendió las manitos hacia ella.
-Hola mi vida- Lo tomó en brazos- Mira tu tío está acá.
-Hola campeón.
Mientras charlaban Sofía se dirigió a la cocina por una taza de té y cuando entró notó el ambiente familiar que se vivía ahí, a pesar de tener al mejor esposo del mundo y que luchó por estar realmente juntos, sentía que le faltaba algo, sentía que le faltaba su hija y eso era algo que la atormentaba todo el tiempo, el no tenerla a su lado.
-Sonia ¿Cómo está?- Comentó Sofía pero su mirada se desvió a la joven castaña y su bebé.
-Bien señora, muchas gracias- Miró a Sofía- Le presento a mis hijos, él es Camilo, ella es Ana.
-¿Y este angelito? ¿Cómo se llama?-Miró al bebé en brazos de Ana.
-Oliver ¿Quiere cargarlo?- Le dijo Ana acercándose a Sofía.
-¿Segura?- La castaña solo asintió con la cabeza.-Tiene tu cabello.
-Sí...-Ana sonrió- Es lo único que heredó de mí.
-Parece que sí.- Las dos rieron al tiempo.
Y esa escena poco usual era observaban y para esos dos pares de ojos no pasó desapercibido el parecido físicamente y en expresiones entre Ana y Sofía, era evidente pero simplemente lo negaban, era algo inquietante.
-Creo que me retiro-Dijo dejando a Oliver nuevamente en los brazos de su madre- Sonia dame un té de manzanilla por favor.
-Sí señora.
-Gracias-, espero nuevamente podamos coincidir de nuevo.-Dijo antes de retirarse.
-¿Y cómo te fue hoy?-Preguntó Sonia a su hija mientras preparaba el té.
-Bien, hoy fui a la empresa de la señora Sofía y espero a que me llamen.
-Espero lo hagan cielo.
-Sí mami, me iré a descansar- Dejó a su bebé con su tío, se despidió y se retiró.
****
Ana se encontraba acosta en su cama junto a su hijo, viéndolo dormir, y recordando la noche en que su vida cambió porque obtuvo el mejor regalo del mundo, a su pequeño Oliver a quien amaba más que su vida, pero los ojitos de bebé le recordaban al chico de aquella fiesta, y de esos pensamientos pasaron a los ojos de aquel hombre que la "Salvó" el día de ayer.
Su celular comenzó a sonar y era una llamada de un número desconocido, así que contestó.
-¿Si?
-Buenos días señorita Sabogal-Una voz femenina al otro lado del teléfono habló- Habla con Andrea, secretaría de gerencia en recursos humanos para informarle que hoy en la tarde, a la 1:30 pm se presente para la entrevista de trabajo, el mismo señor Miller la entrevistará, así que la esperamos.
-Sí, si señora, gracias, muchas gracias
-Bueno señorita, hasta luego.
-Hasta luego.
Ana prácticamente saltó de la cama para poder arreglarse, estaba decidida a asistir a la entrevista, era una oportunidad que no podía dejar pasar.
Se despidió no sin antes de tomar un café y comentarle a su madre a donde iría, dejarle a su hijo y decirle que le deseara suerte.
Llegó a la empresa y se dirige a la recepción para recibir la información para subir directamente al piso catorce (14)
Al llegar al piso se dirigió hacia la secretaría de avanzada edad, quien al verla le dirigió una sonrisa calidad
-Disculpa cielo ¿Necesitas algo?.
-Sí señora- Respondió Ana- Estoy aquí por una entrevista de trabajo.
-Dame cinco minutos y ya te...-Es interrumpida cuando abren la puerta y una chica que parece modelo sale de aquella oficina, la autoestima Ana bajó, ¿Qué oportunidad tendría ella frente a esa chica?
-Tú- Comentó Adrián al verla, sí, era la chica de ayer, sonrió instintivamente cuando Ana lo miró.
-Buenas tardes.
-Vienes por la entrevista ¿Verdad?-Ana asintió con la cabeza- Demonios, ya contraté una...-Ella lo miró a los ojos, y estaba decepcionada y triste, pero él sonrió, lo cual descolocó a Ana.
-Es una broma, pasa.-Ana entró a la oficina y cerró la puerta después del el entrar.
Capitulo cuatro
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Solo tú. [COMPLETA/EN EDICIÓN]
RomanceHowland Corporations es una de las empresas más poderosas del país y del mundo, donde los dueños son tres familias, la familia Howland como socia mayoritaria, la familia Anderson y la familia Vicent. Su junta directiva está constituida por sus hijos...