12- Nuevos inicios

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Jon estaba sentado en el autobús que lo llevaba al colegio. Confiaba en que aquel curso pasara con la rapidez de un rayo. No es que odiara  Bellborough Court, pero no veía la hora de empezar el bienio especializado en arte y dibujo en la escuela de Lee Hill, adonde iban muchos de sus amigos. Rob había dicho que en Navidad representarían ¡Oliver!. Habría sido realmente fantástico hacerse cargo de las coreografías..., su mente ya se apresuraba a idear los bocetos para las escenas y los juegos de luces. El problema era que en todos sus esbozos mentales aparecía Sumitha en el centro del escenario. Cada vez que se ponía a dibujar, el rostro de ella lo miraba desde el centro de la hoja. ¿Cómo podría volver a verla? Quizá el sábado por la tarde iría al Stomping Ground; o quizá no. Recordó que su padre era contrario a las discotecas y que la última vez había conseguido decir una mentira. Pero valía la pena intentarlo.


Cuando el autobús estaba llegando a la verja del colegio, se produjo un momento de confusión seguido de un estruendo de bocinas. Jim, el conductor del autobús, por lo general relajado y tranquilo como una tortuga, soltó unas maldiciones y frenó en seco.

-¡Malditos chiquillos cargados de dinero! -masculló entre dientes.

Jon miró a través de la ventanilla empañada.

-¿Que pasa? -le preguntó el chico sentado frente a él.

-Es Bilu Chakrabariti, que debe de estar haciendo el fantasma -contestó su compañero con una sonrisita-. Parece que lleva un coche nuevo. Supongo que a la hora de comer ya lo sabrá todo el colegio.

Jon sonrió. Bilu no destacaba precisamente por su modestia. Capitán del equipo de cricket y campeón de saltos de trampolín, era de esos a los que todo le sale siempre bien. La mitad de las chicas del colegio estaban locamente enamoradas de él, pero a los chicos no les caía muy bien. Jon tenía la sensación de que para Bilu los coches veloces y la ropa de marca eran más importantes que las personas.

Pero Jon tenía otra cosa en la cabeza. Se le acababa de ocurrir una idea sensacional para una historieta y tenía que dibujarla fuera como fuese antes de que sonara el primer timbrazo de aviso.

¿POR QUÉ ME SALE TODO MAL?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora