Un pedido egoísta o una promesa de amor

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  -Lo lamento - Donghae se mordió el labio mientras escuchaba un suspiro decepcionado del otro lado de la línea.

- Pero... Donghae, tú lo prometiste­.

- Lo sé Jimin... solo que­...

- Solo que tu tutor presenta su nuevo libro el mismo día­.

- Exactamente y...

- El sera tu tutor, pero no puede obligarte a asistir a un lugar que tú no quieres­.

- Él no me obliga.

- Eres bastante mayorcito como para decidir dónde ir­, ¿no crees?

- Jimin... el me lo pidió y solo no pude negarme­.

- Pero es mi fiesta.

- Lo sé y sabes que me apena no poder asistir­.

- ­¿Entonces?­

- Esto es muy importante para él.

-También es muy importante para mí­.

- Jimin ya te lo explique, el hizo muchas cosas por mí y es lo menos que yo puedo hacer por el- ­ volvió a escuchar el sonido frustrado­ - sabes que si no tuviera otra opción jamás me lo perdería, eso lo sabes­.

- Entiendo­.

- Gracias, eres el mejor y prometo comprarte algo realmente bueno.­

- Lo realmente bueno hubiera sido que vengas­.

- Jimin...­

- No te preocupes Donghae, sé que si no tuvieras otra opción vendrías... tal vez la próxima.

- Claro somos amigo y tendremos miles de oportunidades... me tengo que ir, nos vemos­.

- Sí, nos vemos - espero que su amigo cortara. En verdad se sentía frustrado, había esperado que Donghae asistiera a su fiesta, quería compartir con él ese día tan especial, pero no, el bendito tutor tenía que presentar su libro el mismo día.

No entendía por qué Donghae lo había preferido por sobre él, no entendía como Hae podía sacrificar una noche de diversión segura por una aburrida presentación. Donghae siempre le decía que Hyukjae había hecho lo que nadie por él y que le estaba muy agradecido, ¿pero era para tanto? A Jimin, Lee Hyukjae solo le parecía un hombre serio y amargado, alguien que siempre estaba ocupado. Cuando lo conoció espero encontrarse con ese hombre tan maravilloso del cual Donghae siempre hablaba, la decepción fue enorme, a él solo le pareció antipático y mal humorado, alguien que exageraba en los cuidados sobre Donghae.

Porque si de algo Jimin era consiente era de que cuidaba a ese chico como si fuera un infante. Siempre preguntándole donde estaba, que hacía o que dejaba de hacer. Lo más molesto para Jimin fueron las miradas que le regalaban esos ojos de alienígena. Jamás eran amenas. Ese hombre alto cada vez que lo veía hacía un extenso escaneo sobre su persona.

Jimin quería creer que cuidaba tanto a Donghae porque este había sufrido mucho, su compañero le conto parte de su vida, una madre enferma, un padre suicida y una hermanastra que lo odiaba. Hyukjar fue quien se había hecho cargo de él para que no terminara en un internado... pero Jimin juzgaba que la protección excesiva rozaba con una pertenencia egoísta. Porque Hyukjae miraba a Donghae como si solo fuera de su propiedad.

Para Jimin el tutor era un ridículo. Ridículo por el dramatizado resguardo que imponía sobre el menor, al fin de cuentas Donghae no era un niño... aunque se comportara como uno. Donghae era un joven de dieciocho años bastante grandecito como para cuidarse solo, sin embargo Hyukjae velaba por él con un personalismo incondicional.

 El es un problema ☁️ EHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora