Entre distracciones y mentiras

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Jimin se había pasado la noche dándole vueltas al asunto... recordar lo que había visto lo llenaba de angustia, de bronca. Recordar lo que había viso en casa de Donghae fue la realidad dándole una cachetada, fue la verdad riéndose en su cara.

Como siempre se encontraba en casa de su amigo, robando su tiempo, es que estar con Donghae se había vuelto una necesidad. Ese día el pretexto había sido que no entendía el trabajo práctico en inglés, Donghae amable ofreció ayudarlo y el agradecido había aceptado.

Ya habían pasado varias horas cuando apareció el tutor de Donghae, con Hyukjae presente Jimin apreciaba como el aire se volvía denso.

Hyukjae había saludado con la cabeza y desaparecido en dirección de la cocina,  con una disculpa que no recordaba lo siguió.

Unos minutos habían pasado cuando decidió buscarlo y esa curiosidad le jugó en contra.

-Hyuk - Donghae hablaba en un tono que Jimin pocas veces había escuchado, era sensual.

-Quieres algo especial para cenar­ - el tutor lo tomo de la cintura atrayéndolo hacia él. Los ojos del compañero de Donghae se abrieron, esa forma de abrazar distaba mucho de ser fraternal.

-Mejor pidamos una pizza, te ves cansado­.

-La verdad estoy cansado­.

-Sabes que... Yo tengo una fórmula perfecta para relajarte – la voz de Donghae se había vuelto baja era más bien como un ronroneo.

-Mmm ¿Qué tienes en mente? – el alto hablo sobre los labios.

-Cosas que ni te imaginas – y entonces los labios se unieron en un beso profundo.

Jimin camino sin reacción hacia la sala, sentía una oleada de diferentes sensaciones. Por eso Hyukjae actuaba de esa manera, Hyukjae no era el tutor... ese hombre era su novio.

Eso... eso no podía ser, acaso no se daba cuenta de que era bastante mayor para estar con Donghae.

-Jimin... ¿estás bien? – Donghae se acercó viendo como su amigo estaba de pie con la mirada perdida y los puños apretados.

-Donghae -­ Jimin lo observo, tenía ganas de gritarle, de decirle que era un mentiroso, de preguntarle qué diablos veía en ese hombre.

- ­ ¿Estas bien? – volvió a preguntar.

-Yo, si­ -expiro reprimiendo cualquier acto­ -mejor me voy, estoy agotado, gracias por la ayuda, te juro que entiendo mucho mejor las cosas -­ sonrió acercándose a Donghae - eres el mejor ¿lo sabes?­

-Claro – sonrió ajeno a los pensamientos de su amigo.

-Bien, Donghae, nos vemos mañana­ -saludo amable antes de salir.

Él lo había pensado, él lo había meditado, él sabía que lo único que lograría si le decía a Donghae que sabía la verdad era que este se alejara. Si él lo enfrentaba lo perdería y él era más inteligente, él iba a reprimir sus instintos y planear todo de manera debida... él le iba a demostrar a Donghae que la diferencia de edad entre él y su tutor eran abismales. Él le iba a demostrar que lo que necesitaba era un chico de su edad, alguien que tuviera los mismos gustos, alguien más a su medida, con personalidad burbujeante y ese no era el gris parco del tutor.

Cuando en medio de las páginas del libro que leía se interpusieron dos tickets frunció el ceño por la confusión, sin quitarse las gafas levanto la vista para ver la cara sonriente de Jimin.

-¿Esto es...?­ - volvió su mirada a los papeles que le interrumpieron la lectura

-Eso amigo... demuestra que soy lo mejor que te paso en la vida-extendió la sonrisa logrando que el otro solo bufara por la broma. Las manos de Donghae tomaron los papeles ajustándolos a la altura de sus ojos para comprobar lo que realmente eran.

 El es un problema ☁️ EHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora