A tu lado

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El dolor en la boca del estómago estaba haciendo estragos, sentía ganas de vomitar y todo le daba vueltas. El olor fuerte a hospital incrementaba sus ansias, su pánico. Pero sin embargo estaba allí de pie, junto a Hyukjae recostado a punto de ser sedado.

El alto miraba con inquietud a su novio y su buen amigo, ya habían pasado a visitarlo Siwon y Heechul, en sus mirada vio temor recubierto con chistes malos... lamentablemente para el escritor todo esto le sonaba a despedida dejándole un gusto amargo en la boca.

-Kyuhyun es raro verte aquí y no en la oficina, si mal no recuerdo tenías una reunión importante-­ Hyukjae sonrió con la falsa calma.

-Me extraña, estúpido... estás hablando con el presidente de la empresa, puedo darme el lujo de posponer cualquier reunión -intento sonreír, pero a decir verdad estaba asustado, demasiado asustado como para ocultarlo.

-Donghae, por favor dile a la enfermera que estoy listo-­ el nombrado asintió dándose cuenta de que necesitaba espacio.

-Hyukjae, por favor, quita esa cara, todo saldrá bien­.

-Deberías verte tú, estas más que pálido. Kyuhyun sabes cuánto te quiero y te aprecio...nunca te lo he dicho pero quiero agradecerte todo lo que has hecho por mi.

-Estúpido, ni te atrevas a despedirte - Kyuhyun hizo fuerza conteniendo las lagrimas.

-Promete cuidarlo... si algo me pasa- el alto miro a Donghae quien en ese momento entraba junto a la enfermera – promete que lo cuidaras como si fuera yo.

-Sabes que lo haré, no hace falta que prometa nada- no quería ser duro, pero tampoco quería que se diera por vencido- ­ será mejor que recuerdes la promesa que le hiciste... le prometiste que darías pelea, prometiste que lucharías, así que es mejor que cumplas con tu palabra y seas tú mismo quien lo cuide­.

-Sr. Lee estamos listo­ -la enfermera se acercó acomodando la bolsa del suero. Kyuhyun junto con Donghae ayudaron al escritor a pasarse a la camilla que lo trasladaría hasta el quirófano.

-Hae... si yo- el alto tomo desesperado la mano de su novio.

-No lo digas.

-Tengo tanto miedo­.

-Lucha... me escuchaste.­

-Donghae...

-No te rindas sin dar pelea y cuando tu despiertes yo estaré a tu lado y será mi rostro lo primero que veras­. Todo va a salir bien­.

-Te amo­.

Recostado veía pasar sobre sus ojos las luces del techo, su corazón latía de una manera alarmante, la adrenalina, el pánico se hizo más notorio cuando al fin habían alcanzado la sala de quirófano. Sentía que le dolía respirar, sentía que su pecho se negaba a ingresar aire y las ganas de huir de allí lo invadieron.

-Relájese señor Lee- el doctor lo miro comprensivo.

¿Relajarse? Tal vez no vuelva a despertar, tal vez jamás tendría la posibilidad de ver nuevamente los ojos de su niño problemático. Cuando al fin la anestesia estaba haciendo efecto, los ojos se fueron cerrando dejando una lágrima a la deriva.

Los médicos estudiaban la delicada incisión, el coagulo se había desplazado y era difícil detectarlo.

-Ritmo cardiaco­ -uno de los clínicos miro el monitor.

-Normal­- indico una enfermera estudiando el aparato.

-Mantengan la presión sanguínea­- las manos enguantadas enrojecida por la sangre del escritor trataban de ser lo más eficaces. Un pitido alarmo a los cirujanos.

 El es un problema ☁️ EHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora