Capítulo 26: En búsqueda de Alaska.

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*Castiel*

Le envié el mensaje al hijo de puta que tenía secuestrada a mi novia. Lo iba a matar, juraba que sí. No pude evitar preocuparme por Alaska, solo rogaba que estuviera bien y quería sentir que no la habían herido, pero en verdad sentía que no. Tenía la impresión de que cuando encontrara a mi novia, no estaría igual. No solo física sino mentalmente, por favor que eso no sucediera. Agradecí que, dentro de todo mi celular funcionara. Se veía algo extraño, pero al menos podía hacerlo funcionar.

-Viktor, por favor anda más rápido.-dije.

-No puedo, es demasiado arriesgado. Estoy yendo literalmente a un kilómetro menos de lo permitido. Si nos detiene un policía será peor porque demoraremos más, además, ¿ya sabes dónde buscar cuando llegues a Florida?-dijo Viktor.

-Voy a necesitar su ayuda, necesito que Viktor vaya a buscar en la casa de Alaska, te llevas bien con Laeti así que seguramente ayude. Nathaniel, lamento decírtelo pero sospecho de tu hermana. No creo que ella haya drogado a Alaska pero sí que es cómplice, averigua todo lo que puedas. Lys, necesito que busques en casa, pidele a Violeta y Rosa que busquen todo lo que sepan de Dakota y yo buscaré en la casa de los padres de Alaska. Mi principal sospechoso es  Francis.-dije.

-¿Y cómo piensas entrar? Ese hombre es una bestia, seguro te manda preso.-dijo Lysandro.

-Lys, siento decírtelo, pero yo voy a ir preso. Cuando vea al hijo de puta que secuestró a mi novia, lo voy a matar.-dije.

-¿Puedes dejar de decir eso? Tú no vas a matar a nadie, Alaska va a estar bien y todo va a volver a la normalidad. Solo debemos apurarnos. Yo tengo un sospechoso, ¿y Alexy? Terminó muy enojado después de que discutieron. Alex parece ser el tipo de persona de la cual menos te lo esperarías.-dijo Nathaniel. Viktor saltó de inmediato a defenderlo.

-¡Jamás! No hay forma que Alexy lo haya hecho, la quiere mucho. Seguramente esté en su casa llorando. De hecho, creo que le voy a pedir ayuda.-dijo Viktor.

-Espera, Nathaniel puede tener razón. Alexy sabe que conmigo no puede, por más que ya no está tan debilucho como estaba antes. De todas formas todos sabemos que el blanco más fácil es o Alaska o Violeta, son las más pequeñas. Para mí es un posible sospechoso.-dije.

-¿Y las sombras? Alaska nos ha estado diciendo desde siempre que veía sombras y siempre nos reímos pensando que era una broma. ¿Alguien recuerda algo que le haya dicho Alaska sobre las sombras?-dijo Lysandro.

-Sí, a mí me dijo que era un hombre algo más delgado que yo y que llevaba pantalones militares. Debo reconocer que la primera persona que se me viene a la mente es ese tal Kentin, el de la radio. Pero no lo sé, dudo que se haya fugado anoche, sepa donde estaba Alaska, la haya secuestrado y hoy nos hable con total naturalidad. Además, hay muchas personas que usan ese tipo de vestimenta. Estamos peor que antes.-dije.

-¿Y si le decimos a la policía?-dijo Nathaniel. Se sumió un silencio enorme, seguramente lo estuviéramos pensando, pero a nadie parecía gustarle esa idea.

-No, son una manga de incompetentes. Además, la policía de Florida es capaz de pedirnos un autógrafo que hacer las cosas.-dijo Viktor.

-¿Y si usamos a los espectadores? A nuestros fanáticos, a la audiencia en general. Escuchen, tengo algo pensado que quería hacérselo a Alaska pero una vez que supe lo de Alexy, todo se fue al cuerno. Tengo una canción de amor preparada únicamente para ella y creo que tocando únicamente esa canción podríamos llamar la atención de los fanáticos. No es algo común que nosotros hagamos cosas de amor, y lo que es menos común es que yo cante. Sí, se me ocurrió que una vez que yo cante eso, seguramente todos queden como ¿Quién eres y qué hiciste con Castiel? Allí puedo aprovechar a decir que Alaska es mi novia y que nos ayuden a buscarla. Alask debe aparecer, necesito que esté bien.-dije. Los chicos cruzaron una mirada entre ellos, seguramente se estuvieran preguntando qué me pasaba. Mi voz sonaba muy extraña, como si se estuviera a punto de romper. No era lo único que se estaba por romper, mis nervios parecían querer colapsar pero aparentemente no podían. Lysandro me puso una mano en el hombro.

Entre dos amores: temporada 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora