Capítulo 25: Secuestrada.

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*Castiel*

Me dejé caer fuertemente sobre mi cama mientras veía la imagen que anoche me había enviado Alaska. Soy un imbécil, hubiera ido con Lysandro a ensayar, seguramente podría hablar con ella. Pero ahora ya era demasiado tarde, en una hora salíamos con Viktor en su auto para Texas y una hora no me alcanzaba para hablar con ella. Miré una vez más su rostro en la pantalla, estaba ojerosa, se veía como sus ojos estaban irritados. La había escuchado llorar como una demente y no me había importado. ¿Por qué me comportaba así? La quería, no, la amaba. Sin embargo parecía un loco sacado de un manicomio cuando hablaba con ella. ¿Habría tomado mi camisa únicamente para sacarse la foto? ¿Sería casualidad que yo anoche me hubiera dormido con su remera? Si tan solo Alexy no hubiera abierto la boca, seguramente ella nunca me hubiera dicho que ella se había besado con su mejor amigo, era eso lo que me molestaba. La conocía, sabía que para ella era solo un beso y nada más, aunque debía admitir que ahora sentía que estaba corrompida, es decir ella no es mi propiedad pero sí es mi novia. Demonios, ¿por qué todo era tan complicado? ¿Por qué no podía ser como una persona normal? Y lo peor, es que hoy en la noche se iría de fiesta con el imbécil de Dakota. Como le pasara algo, lo iba a lamentar, profundamente. No conocía lo que era capaz de hacer por Alaska, ¡amaba esos ojitos! No podía despegar mi vista de mi celular. Era cruel, sabía que no podía resistirme a su mirada, sin embargo no era la típica carita que me hacía siempre que quería algo, esta vez se le veía la tristeza en su mirada. Lamentaba haberla hecho llorar, pero no había podido controlarme. Debía calmarme. Leí las partituras de la canción que Lys me había enviado, me dijo que la había escrito Alaska hacía un tiempo. Debía reconocer que la niña tenía buen gusto para escribir canciones, leí dos versos en particulares de los cuales sentí que eran casi indirectas para mi "I'll kiss you in a way, you'll never forget about me" (te besaré de una forma que nunca te olvidarás de mí.) ¿Alaska en verdad era capaz de escribir esto? Sentía que toda la canción estaba dirigida hacia mí. Debía dejar de pensar en idioteces, ella simplemente estaba escribiendo y haciendo lo que le gusta.

Busqué mi guitarra para practicar un poco, tenía un ritmo tan violento que sentía que desconocía ese lado oscuro de mi novia, parecía que prácticamente odiara el amor, como si quisiera desquitarse de algo con la música. Recordé que la primera vez que la escuché cantar fue cuando se postuló para el trabajo y en él cantó una canción prácticamente odio hacia el amor. Ahora sabía que esa canción estaba completamente dirigida hacia su madre y padre, pero ¿y esta? Vi la fecha en la que la escribió, nos conocíamos. Me pregunté si de una u otra forma ella tendría miedo de enamorarse de mí por miedo a que le volviera a pasar lo mismo que a su madre y padre. No, era seguro que no. Tomé mi guitarra y comencé a tocar con la misma violencia que aparecía en estas partituras, definitivamente la niña tenía un ritmo único. Observé con cuidado la guitarra que Alaska me había regalado, era increíble mi novia. Sin embargo, el instrumento no fue lo que me llamó la atención, sino unos papeles que habían dentro de mi estuche de la guitarra, los tomé bastante confundido y descubrí que era la canción que le había hecho a Alaska. Mierda, era la persona más cursi del universo. Lo peor, es que tenía pensado cantársela, ella no sabía que sus oídos explotarían una vez que me escuchara cantando, pero sabía que me quería y que seguramente me querría más por el gesto. O eso esperaba, debía sacarme de la cabeza que no salía más con Debrah, ella me hubiera terminado porque canto horrible, Alaska era distinta. ¡No! Se supone que estaba enojado con ella, por lo que no debía pensar en esas cosas. Iba a comenzar a cantar, pero un sonido proveniente de mi casa me llamó la atención. Observé como la puerta se abría y de allí aparecían Lysandro, Viktor, mi madre y Nathaniel, éste último se veía visiblemente incómodo. Casi que contuve una risa sarcástica, si él hubiera aparecido en mi casa dos semanas atrás seguramente lo hubiera matado, pero ahora todo parecía estar bien entre ambos.

Entre dos amores: temporada 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora