Mi cabeza dolía, no recordaba nada de la noche anterior. Suspire y me acomodé en la cama, me pareció un poco más dura que de costumbre, de hecho sentía que estaba encima de una colchoneta. Intenté desperezarme y descubrí que había alguien encima de mí. Supe que no era Demonio porque él era peludo y esta persona solo tenía cabello en su cabeza. Quise abrir los ojos pero noté que tenía una venda que me impedía hacer esto. Intenté ubicarme en el espacio, mi nueva casa no era y la de Castiel... ¿podría ser? Había olor a encerrado y heces, pero podría ser que Demonio no se hubiera contenido y hubiera defecado. Me sentía desorientada y comenzaba a molestarme esto, quise sacarme la venda pero noté que mis manos se encontraban debajo de esa persona que estaba encima de mí. Intenté recordar pero mi cerebro parecía completamente bloqueado, seguramente fuera porque recién despertaba.
El individuo comenzó a moverse, sentí su respiración acercándose a mí y estampándome un fogoso beso en el cuello. Debía tratarse de Castiel, solo él podía despertarse con tanto calor. ¿Calor? Esta persona estaba gélida y mi novio no importaba lo frío que estuviera, siempre tenía la piel que parecía un jodido horno.
-Castiel, ¿estás bien?-pregunte.
-Mjm.-dijo el desconocido. Lo único que recibí como respuesta de él fue una afirmación, pero antes de preguntarle qué era lo que pasaba, sus labios se dirigieron hacia mis labios donde me besó furtivamente. Parecía ansioso de mí, de mis labios, por un momento me pareció mucho más calenturiento de lo que ya era en la cama. Sentí como una de sus manos me soltaba la mía y con ésta recorrió suavemente todo mi cuerpo, apretó con fuerza mis senos hasta que solté un quejido, sentí como sonreía y posteriormente bajó hasta mi estómago donde se detuvo a acariciarme mi ombligo y piercing. Con la otra mano que tenía disponible le acaricié el cabello, el cual me pareció sucio, duro y mucho más corto de lo que siempre lo tenía. Debía recordar, ¿qué me pasaba que no podía saber qué había pasado entre mi novio y yo? Podía recordar muy vagamente una discusión un tanto fuerte entre él y yo, yo estaba llorando y solo podía ver como mis lágrimas caían encima de mis piernas, corriéndose hasta caer en el suelo. En ese recuerdo elevé la vista y vi a Castiel completamente enojado, se le veían las venas de su cuello y su puño estaba listo para golpear algo. De pronto, otro recuerdo se avivó en mi mente mientras acariciaba la espalda de Castiel. Había ido a bailar con Dakota, me estaba divirtiendo tanto con él, la música fuerte, las personas saltando, los tragos, la sonrisa del rubio... ¿Sería eso lo que hizo que Castiel enloqueciera? Lo dudaba mucho, él sabía que en nuestra relación no habían prohibiciones, de lo contrario terminaríamos.
Pero la mano colándose dentro de mi ropa interior y por mi vagina me trajo a la realidad. Castiel estaba colando sus dedos entre mis partes, intentando que yo gimiera pero lo único que estaba causando era que me sintiera incomoda. Estas manos eran toscas y agresivas, además no había ese vínculo que sentí cuando tuve sexo con él.
-Castiel, para. No me gusta.-dije. Él masculló algo mientras me besaba pero fue hasta que le quité su mano de mi entrepierna y la coloqué en mi cintura que volvió a la normalidad. Sus besos parecieron calmarse al igual que sus hiperactivas manos. Le acaricié con la única mano que tenía libre el estómago y noté que sus marcados abdominales se habían disipado a una leve marca de abdominales. ¿Qué mierda estaba pasando?
-Sabes, ayer tuve un sueño muy extraño. En él estabas tú, yo lloraba desconsoladamente mientras tú estabas visiblemente enojado. Después otro sueño me indicaba que yo me fui a bailar con Dakota y...- decidí callarme. Estaba comenzando a dudar si fue un sueño confuso o un recuerdo efímero, mierda. Me detuve mientras Castiel me besaba y mordía el labio a la vez que se quitaba la camisa. Mi mente comenzaba a recordarlo todo, había discutido con Castiel porque Alexy le dijo que me había besado en la cabaña, justo antes que el pelirrojo y yo diéramos nuestro primer beso. Y después de esa discusión Dakota apareció luciendo bastante sospechoso, vi al encapuchado misterioso y en menos de 24 horas me encontré bailando con Dake como si no tuviera novio. Recuerdo que tenía que estar con Violeta y Rosalya, pero en ningún momento aparecieron en el baile. En un momento me quedé sola y sentí como todos me observaban el trasero, los hombres en especiales me observaban con una mirada de depredador, como si quisieran comerme. Recuerdo que me sentí muy mal, pero me sentí peor cuando Dakota apareció con un trago y lo tomé con total confianza. Segundos después sentí como mis piernas dejaron de responderme, me sentí mareada y lo próximo que recordé fue ver dos sombras y a Dakota allí, sonriendo.
-¿Y?-dijo Castiel. La voz de Castiel no sonaba a él, era un poco más aguda y no sonaba con la característica gravedad que él tenía. Tragué saliva, comenzaba a darme cuenta de lo que estaba pasando.
-Y... En el baile estaba pasando bien hasta que Dakota me dio un vaso que me causó perder la conciencia mientras me decía que tú tenías razón, que debía desconfiar de él.-dije. Mi voz sonó completamente llena de nervios, empezaba a sentir que no fue un sueño, sino que fue parte de la realidad.
- ¿Y qué te hace pensar que fue un sueño, preciosa?- dijo Dakota. En ese instante mi corazón se detuvo y de pronto todo tuvo lógica. ¡Castiel había tenido razón desde el primer momento que nos conocimos! Y yo había sido una imbécil por creer que él no era un mujeriego. No pude reaccionar, me congelé del miedo, no se trataba de un beso sino que ahora era algo mucho más elaborado, me habían estado siguiendo dos personas desde que llegué a Florida, sabían perfectamente quién era y no entendía qué demonios tenía que ver yo con este retorcido problema. Es decir, no era una chica linda, era tan normal como cualquiera. Tenía pelo negro, corto y era delgada. Si me siento en la calle por 10 minutos estoy segura que voy a ver más de una persona con esas características. ¿Serian mis ojos? Lo único anormal era eso: mi bicolor mirada.
Pero escuchar la voz de Dakota me hizo estallar.
-Adoro que estés así de sumisa, ojalá pudiera ser Castiel para poder tener sexo contigo cuando quiera.-dijo Dakota. ¿Sumisa? ¡¿Sumisa?! Ya iba a ver lo que es sumisa. Él me besó mientras intentaba volver a meter su mano por dentro de mi ropa interior pero le mordí lo más fuerte que pude el labio hasta que sentí ese adictivo gusto a hierro que soltaba la sangre. El grito histérico de Dakota me confirmó que le había dolido, se retiró rápidamente mientras se llevaba ambas manos a su boca sangrienta. Escupí la sangre que tenía en la boca y puse muy mala cara. Con la mano que tenía libre me quité la venda y descubrí que me encontraba en una especie de calabozo, todo estaba lleno de mugre, herrumbre, por lo que era posible que estuviéramos cerca de la playa. También noté que en la pared habían restos de lo que parecía orina y varios sitios donde atar a personas con cadenas y esposas, había un ambiente horrible, como si me hubiera remontado varios siglos atrás donde contenían a las personas en calabozos. Si bien no era lo mismo, era bastante similar. Se me erizó la piel cuando vi eso, sentí miedo y por un microsegundo pude confirmar que de esta no salía viva.
-¡Maldita zorra! ¡Mira lo que me hiciste!-chilló Dakota.
-Y eso no es nada. ¡Me hubieras dejado en paz! Pero no te bastó, ¿cierto? Tuviste que joderme todo, ¿verdad? No te bastó que te contara todo en el hospital, de cómo unos malditos me habían herido, de cómo me sentía una mierda por creer que Víctor fue el culpable, no. ¡Tuviste que besarme sabiendo que tengo novio y que lo amo! Y tuviste que meterme tus dedos en... ¡Argh!-chillé. Me incorporé dispuesta a golpearlo hasta que estuviera inconsciente. Mi odio se apoderó de mi cuerpo y no pude hacer nada más que dejar que me gobernara, aquí la lógica no podía hacer nada. Al menos no por ahora, quería terminar algo que empezó con violencia. Pero cuando me incorporé solté un alarido provocado por mi brazo. Salí corriendo y nunca me percaté que estaba atada, tenía una esposa en mi muñeca y a su vez esta estaba atada a la pared. Esta esposa y a su vez cadena me imposibilitaba moverme, apenas tenía espacio para mantenerme de pie. Pude ver a Dakota a escasos centímetros de mí, pese a que estaba encadenada, pude ver que mantenía distancia. Supuse que se trataría por miedo o precaución que volviera a atacarlo.
-¡Ja ja! No vas a poder hacerme nada, preciosa. Estas atada y vas a estarlo por el resto de tus días. Deberías agradecerme que vas a morir teniendo sexo. Y creeme, eso no es lo único que te voy a hacer.-dijo él. Se limpió la sangre con la mano y me miró. De pronto toda esa rabia se me fue. Me caí al suelo sintiéndome rendida. No quise preguntar qué me harían o por qué me encontraba aquí, solo quería despertarme de esto. Sabía que se trataba de un sueño, tenía que tratarse de un sueño.
-¡Hey, ven aquí!-chilló Dakota. Miré hacia donde él miraba y descubrí que había una enorme puerta blindada, esto parecía salido de una mala película de terror. Alguien detrás de esta le dio a un comando que abrió la puerta, allí apareció ella: Debrah. Traía una enorme sonrisa y cuando me vio ésta aumentó. Tenía mi celular en su mano y pude ver como cruzó una sonrisa cómplice con Dakota, al cual le lanzó una gaza para calmar el sangrado. Le colocó el codo en el hombro de Dakota y tomó una postura cómoda.
-Vaya, vaya. Miren quien decidió despertar. Extrañaba verte sufrir. ¡Argh! Dakota, ponte una camisa, nadie quiere ver lo delgado que estas.-dijo Debrah.
-¿Si? Pues yo no recuerdo haber sufrido en tu presencia. De hecho, recuerdo haberte hecho una llave que te costó un machucón en el brazo y posteriormente vi como Castiel te gritaba y tú llorabas.-dije. Su sonrisa se borró y se puso histérica. Pude escuchar cómo pese a su dolor, Dakota se reía.
-Tiene su punto.-dijo Dakota.
-¡Cierren la boca! Tú tendrás una patada en los huevos y tú... No dirás lo mismo después de ver lo que Castiel está escribiendo sobre ti. Dejame recordarte ciertas cosas, discutieron muy fuerte, decidiste que no le importabas y pude ver como Ámber te tomaba una foto junto a Dake. Tengo la impresión de que esa foto va a terminar en las manos de Castiel. Oh, y pese a todo ello, tu novio ya te está extrañando. ¿Acaso no es un cielo? No como el imbécil de mi novio.-dijo Debrah.
-Cierra la boca que tu novio está haciendo el trabajo sucio.-dijo Dakota. Debrah soltó un suspiro. No, esa foto no podía terminar en las manos de Castiel. ¿Ámber también estaba implicada en todo esto? No me lo esperaría ni en un millón de años, si era cierto que era una bruja, pero no tan maldita para hacerme esto. Si Castiel veía que yo estaba yéndome a bailar con Dakota mientras él me tomaba de la mano sabía que sería el final de nuestra relación. Ya de por sí nos encontrábamos en la cuerda floja porque Alexy me besó... ¡Demonios! Nunca me había puesto a pensar realmente eso: Alexy me había delatado. Es como mi hermano y no sabía si eso era una traición o si se trataba de una típica pelea de hermanos, afortunadamente era hija única por lo que en verdad no sabía qué implicaba todo eso. Pero mi mente tuvo un dejo de esperanza: Debrah había dicho que Castiel me estaba extrañando. Nunca creí que efectivamente iba a coincidir en algo con ella, pero definitivamente mi novio es un sol.
-¿Por qué tienes mi celular? ¿Qué más piensan hacerme?-dije. Ellos rieron y vi como Debrah se ponía en cuclillas mientras me mostraba mi celular.
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Entre dos amores: temporada 1.
Hayran KurguÉsta es la historia de Alaska, una joven que en su pasado sufrió abusos por parte de su padre y debe mudarse a otro Estado para llevar una vida lo más normal posible. A lo largo de su historia, conoceremos personajes con los cuales creará un vínculo...