Capítulo LIII: Lord

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- ¿Quiénes son ustedes? Y ¿Qué hacen en mi casa? – exclamó el ser, con una voz fría de ultratumba.

Por instinto, tanto Gabriel como la profesora Curie tomaron a Juleka y a Rose y las colocaron detrás de ellos, protegiéndolas. Nadie entendía nada ¿Quién era ese ser? Y ¿Por qué se parecía al diseñador, Gabriel Agreste?

- ¿Su casa? Este castillo es mío. Yo soy el dueño – contestó molesto, Gabriel.

La profesora Curie lo miró espantada ¡¿en serio se iba a poner a discutir con algo que no sabían que era?!

- Él que debería presentarse es usted – continuó en el mismo tono. Mientras buscaba la manera de salir de ahí.

- Ya veo... mi "invernación" debió durar más de lo previsto – comentó pensativo. Más para sí mismo, que para el grupo que buscaba la forma de escapar – Me presento, soy el Lord Lucius Toulouse, dueño original del castillo... y ustedes... son mi cena – lo último lo dijo en un tono tan amenazante, que Juleka y Rose salieron disparadas a la salida del edificio.

Y no fueron las únicas, Duusu salió volando de su escondite, pero para buscar ayuda. Fue al exterior pensando que Adrien y Marinette estaban afuera, voló por varios minutos, nada. En su búsqueda, vio que varios de los alumnos se encontraban afuera ajenos de lo que ocurría en el castillo. Hasta que aparecieron las chicas, que aunque se encontraban aterradas, les explicaron a las profesoras Bustier y la de ciencias, lo que estaba pasando. Inmediatamente, comenzaron a juntar al curso, para ver quien faltaba.

Impaciente, Duusu miró como se reunían, esperando ver a los que buscaba, nada. De repente se le ocurrió acercarse a Nino y Alya, sabía que eran amigos de ellos.

- Oye ¿Dónde están Marinette y Adrien? – preguntó preocupada Alya.

- No lo sé, deberían de estar aquí – respondió Nino, rascándose la gorra – espera... que no Marinette fue a ver si se le quedó algo – comentó pensativo.

Ante el comentario, la kwami salió disparada rumbo a la habitación del par.

Minutos antes de la aparición del Lord, Adrien y Marinette había vuelto a su habitación, a revisar si se les había quedado algo. Mientras revisaban, bajo la temperatura a tal punto que la manilla de la puerta se congeló, quedando atrapados.

Eso no era un problema para los kwamis, ya que apenas llegó, se transparentó encontrándose con los chicos y los otros kwamis.

- ¡¡ ¿Por qué rayos están aquí?!! Me va a dar un ataque – exclamó molesta.

Los cuatros la miraron confundidos ¿no debían ser ellos los alterados?

- ¡¡Tus papás están problemas!! – chilló mirando a Adrien.

Rápidamente les contó sobre lo que había en el primer piso. Los chicos se miraron por un segundo y se transformaron. Chat noir iba a usar su poder para desintegrar la puerta, pero Ladybug lo detuvo. Podían necesitarlo más tarde.

En cambio y con ayuda de un mueble, rompieron el vidrio de las puertas del balcón. Chat noir salió disparado en dirección al primer piso, sin embargo Ladybug se detuvo un segundo. Tenía la duda si había escuchado mal.

Duusu dijo "¿Tus papas?"

En paralelo, la profesora Curie y Gabriel Agreste, en un minuto de descuido, habían escapado del Lord. Se dirigieron a la cocina, tapando la puerta de la habitación con todo lo que encontraron.

Sin ponerse de acuerdo, se dieron cuenta que no podían permitir que la criatura saliera. Para suerte de ellos, el Lord no estaba interesado en salir. A esa hora el sol alumbraba con toda su intensidad.

Poco a poco sus pasos retumbaban en el lugar. Se estaba acercando a la cocina.

A medida que se acercaba y al igual que cuando apareció, la temperatura bajo drásticamente, provocando que la habitación se congelara. Al ver lo que ocurría, la profesora Curie y Gabriel Agreste corrieron hacía la puerta para impedir que el Lord entrara. Apenas colocaron sus manos en la vieja madera, comenzaron los golpes.

Eran golpes fuertes y constantes, apenas podían aguantar. No sabían si era el mismo Lord o algún secuaz, sin embargo tenían claro una cosa. Lo que estaba detrás de la puerta quería entrar... y lo más importante... tenía hambre y no sabían de qué.


Un viaje InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora