Capítulo XXX: Penitencia... ¿a Marinette?

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¡¿Y ustedes que hacen ahí?!

Los cuatro amigos se miraron entre sí, Nino tenía cuartada... pero ¿Adrien?

- Estamos esperando – dijo impaciente Sabrina.

- Calma, calma... no sé qué tanto escándalo hacen, si saben que a Nino lo mandé a continuar escalando – dijo Alya, restándole importancia.

- ¿Y Adrien? – insistió la chica.

- Estaba con Nino en el muro, apoyándolo – contestó el chico, con la misma soltura que su amiga.

Las demás chicas lo miraron entre extrañadas y sorprendidas ¿en qué momento subió?

- Y si los dejan descansar un poco y después les explican con... - Marinette no pudo terminar la frase, ya que recién notó la presencia de más "chicos" - ¿Víctor eres tú?

- Kim, no sabía que te quedaba la sombra azul – dijo entre risas Alya.

- Muy graciosa – contestó el chico.

- ¿Por qué les hicieron eso? – preguntó alarmado, Nino.

- En unos minutos más lo vas a descubrir... - dijo amenazante Sabrina, tomando una base.

Ante ese gesto y por instinto, Marinette y Alya se colocaron frente a los chicos, no iban a dejar que los convirtieran en "Nina y Adriana".

- No creen que ya pagaron por espiarnos – increpó Alya.

- Desde que ustedes se fueron, ellos están subiendo – agregó Marinette.

- Pues tienen razón – afirmó Rose. Y lo tenían.

Las caras de los chicos demostraba el cansancio que tenían, hasta sudaban por el trabajo físico que habían hecho... en especial Adrien.

Tras pasar unos minutos, en los que permitieron Adrien y Nino descansaran e hidrataran y también a Víctor soltaron. Volvieron a las actividades que tenían planeadas para la pijamada, hasta que Lila tomó la palabra... para algo, no precisamente bueno.

- Muy bien ¿Cuál será la penitencia de Marinette? – preguntó entusiasmada, sorprendiendo al resto.

- ¿Por qué quieres castigarme? – exigió extrañada, la aludida.

- Ya lo olvidaste, no respondiste a la pregunta de Verdad o castigo – aclaró.

- ¿Cuál? – preguntó confundida. Con todo el revuelo, ya lo había olvidado.

- Ya sabes, la que tiene relación con ellos – dijo señalando a Víctor y Adrien – y no creo que la quieras contestar ahora – dijo en tono de malicia, que recordaba mucho a Chloe.

Marinette la miró atónita, sin poder creer lo que aquella chica estaba diciendo. Era obvio que no iba responder, menuda forma de declararse a uno y mandar a la friendzone al otro.

- Entonces...– insistió Lila.

- Mejor olvídalo Lila, recuerda que a Marinette la interrumpieron – interrumpió Mylene. Todos asintieron.

- De acuerdo, que elija ella ¿respondes ahora o castigo? – peguntó triunfante.

Los demás la miraba entre sorprendidos y expectantes, hasta habían caras de molestias, en específico de los aludidos. No les hacía ninguna gracia, ¿querían saber? Por supuesto que sí, pero no de esa forma.

- Castigo – respondió cortante. No iba dejar que la intimidara.

- Conste que la deje elegir – dijo con falsa modestia.

Adrien no pudo disimular su molestia. Sabía que, junto con Chloe, a Lila no le agradaba Marinette, por lo que le preocupaba lo que sea que estaba planeando la chica.

- Muy bien y como también ayudo a uno de los espías... - sabía que estaba perdiendo puntos, pero quería vengarse por la cercanía que tenía con el modelo de París – deberás salir de la habitación, ir al sótano y volver.

- ¿Al sótano? – preguntó confundida.

- Espera un momento Lila, ella no sabe de la historia – aclaró Alya.

- Eso no importa, ese es tu castigo... a menos que tenga miedo – dijo provocando a Marinette, quien para su sorpresa se levantó decidida.

- ¿Qué te traigo como prueba? – preguntó segura.

No sabía de qué hablaba Alya, pero las caras de los demás denotaban dos cosas, que era mejor no saber y no demostrar temor.

- Una foto... de la puerta abierta – contestó tranquila.

- Muy bien – asintió, tomando su teléfono y abriendo la puerta.

- Espera Marinette – detuvo Adrien, poniendo su mano en el hombro de la chica – yo no sé qué pretendes Lila, pero con o sin leyenda, es peligroso ir. Esa zona de la casa lleva abandonaba más años de los que mi familia es dueña.

- Adrien tiene razón – afirmó Víctor colocándose al otro lado de la chica – Marinette no puede ir sola a ese lugar.

Lila los miró atónita, pero se compuso rápidamente y con un movimiento rápido, empujo a Marinette y a Víctor hacia la salida, cerrando la puerta tras ellos.

- Pues acompáñala – chilló tras la puerta cerrada.

Los amigos se miraron desconcertados, no se esperaban esa reacción de parte de ella y no eran los únicos, ya que se podía escuchar los alegatos de los demás. Víctor iba a abrir la puerta, pero su amiga lo detuvo.

- Espera, necesitamos la foto – dijo tranquila, poniendo su mano en el hombro del chico.

- Pero Marinette – dijo desconcertado.

- Está bien, si Lila quiere una foto del sótano, la va tener, además, aparte de arañas u otros bichos, no va a haber gran cosa – dijo manteniendo el tono tranquila.

Resignado, el chico asintió. Quizás no era su casa, pero como había dicho la otra noche en la fogata, había pasado varios veranos junto a los Agreste, por lo que conocía de primera mano las historias de ese edificio y la que menos le gustaba era la de ese lugar.

Cuando iban a mitad de camino, Marinette notó que su amigo tenía la mirada rara ¿tan aterradora era la historia?

- Víctor ¿de que hablaban tú y lo demás? – preguntó inocente, lo más seguro se iba arrepentir, pero quería estar en igualdad de condición.

El chico la miró de reojo antes de responder. Sabía que su amiga era valiente, hasta más que él, pero ¿Cuánto realmente?


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Hola!


Aquí comienza el otro castigo, inspirado por la lectora @MarSerrano3           

Va a salir más largo de lo que esperaba, porque había olvidado que no conté la historia del Sótano del castillo (error mío XD).

Por lo que ahora van a saber porque Adrien y Víctor le tienen tanto respeto a ese lugar y porque Kim y Max encontraron la puerta tan asegurada.

Así sean pacientes, porque créanme (y espero) que va a valer la pena la espera. :)

Un viaje InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora