Nota de autor: Primera parte del capítulo. Les diré: hace un tiempo tuve una fantasía o ilusión (como gusten llamarle), en un parque que queda en el camino que recorro a la Universidad. No se me cumplió, pero puede que a Emma y Caleb sí. :)
A medida que la película avanzaba, Caleb se sentía más y más distraído. Comer del mismo bote de palomitas nunca había parecido tan buena idea como ahora. Se sentía un adolescente otra vez, descubriendo sensaciones y sintiéndose extrañamente satisfecho con ello.
Como quien no quiere la cosa, miraba a Emma de vez en cuando por el rabillo del ojo. Ella si parecía estar muy atenta, algo que le agradaba a Caleb, de tal modo que ella no pudiera notar al espía que tenía a su lado.
Intencionalmente, metió la mano al pequeño balde de cartón justo cuando Emma también lo hizo. Ella lo miró, en medio de la poca la luz que había y le sonrió. Aún en la leve oscuridad, su sonrisa brillaba. O quizás él quería verlo de ese modo.
¿Y si se atrevía? Es decir, probablemente no tendría otra oportunidad.
Caleb estiró su brazo hasta el asiento de Emma, queriendo colocarlo sobre sus hombros, pero, para su propia desgracia y vergüenza, terminó obligando a Emma a tomar una posición incómoda, con la cabeza hacia adelante. Emma lo miró, pero él no pudo encontrar su mirada. Las sombras en su rostro no permitían ver sus ojos, aun así, Caleb entendió que ella estaría preguntándose que qué estaba haciendo.
Retiró su brazo, arrastrando con él la poca vergüenza que le quedaba. Emma estaba mirándolo, pero él decidió fijar la vista en la pantalla. Qué incómodo. No debió haberlo hecho. ¿Qué le pasaba?
Se dio cuenta que estaba repitiendo el mismo proceso del día que tuvo una cita, la primera, con Dana. Fueron al cine, y él hizo lo mismo, y ella buscó la manera de acomodarse, hasta que ambos terminaron besándose. Pero Emma no era Dana, no podía esperar que diera el mismo resultado.
Sintió peso extra contra su brazo y hombro. Al voltear la cara, Emma estaba arrimada a él. De hecho, todo su cuerpo estaba inclinado en el asiento, acomodándose a lado de Caleb. Y, lo que pasó luego, simplemente lo tomó por sorpresa. Emma tomó su mano, y la mantuvo entre las suyas por unos segundos, antes de retirar la mano derecha, pero dejando la izquierda entrelazada con la de Caleb. Él no dijo, no es que quisiera tampoco.
Había aire acondicionado, y todo estaba frío, él lo sabía. Incluso afuera debería hacer más frío aún. Pero Caleb sentía calor, un calor que crecía en el centro de su pecho y se expandía por su tórax, llegando también a su cabeza. Emma se sentía cálida a su mano, así que asumió que dicha elevada temperatura corporal podría deberse a su cercanía.
Dejó de darle vueltas al asunto y se relajó, acomodándose mejor sin soltar la mano de Emma, fijando su mirada en la pantalla, aunque no estuviera prestando mucha atención y ni planeara hacerlo.
Caleb se estiró en el asiento cuando la película terminó y se encendieron las luces.
Emma se levantó luego de que varias personas más salieran, él la siguió.
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Como El Atardecer
Teen FictionHay un viejo dicho que dice que, lo que está destino a pasar, tarde o temprano, pasa. En un accidente que pudo terminar muy mal para Emma Dotson y Caleb Morrison, sus caminos terminan itersectándose en una caprichosa jugarreta del destino, envolvién...