Capítulo 43: Emma

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Vaya. No se había esperado reaccionar de ese modo ante la actitud que tomó Caleb al momento de proponerle algún noviazgo. De hecho, ni siquiera podía creerse a sí misma haberle respondido como le respondió. Es decir, mínimo, imaginaba que se hubiese ido molesta de ahí, con el argumento de que él solo estaba usándola, tal vez, y que no quería nada con ella. Como un juego que ella no estaba dispuesta a jugar.

Pero no era así.

Emma quería jugar. Y quería ganar.

Caleb era un lindo chico, pero sobre todo tenía algo en su interior que lograba cautivar a Emma por encima de todo lo demás cada que conversaban, presencial o no, de cosas importantes o simplemente tonterías. Él tenía algo que hacía que Emma deseara verlo otra vez.

Jamie estaba a su lado, acostados en la cama de Emma. Él soltó el aire cuando terminó de contarle lo que había pasado ese día.

—¿De verdad le dijiste eso?

Emma resopló.

—Sí. ¿Debí enojarme?

—No creo —respondió Jamie, girando su cuerpo y quedando de lado hacia Emma—. Tal vez él no estaba seguro.

—Y ¿si no le gusto lo suficiente? —preguntó Emma con una mueca.

—Entonces no volverá a proponértelo.

Emma se quedó en silencio sopesando las palabras de su hermano. ¿Y si había perdido su oportunidad?

Si ella hubiese dicho que sí, en lugar del discurso que se montó, probablemente él no tuviera otra opción más que seguir adelante, y así, si él no estaba seguro del todo, ella podría convencerlo... Quién sabe. Capaz y lo enamoraba con sus encantos.

Emma negó con suavidad. ¿En qué estaba pensando? ¿Por qué no simplemente dijo que sí y ya?

Estúpida.

Escuchó una risita leve que hizo que volteara la cara hacia Jamie. Él la miraba con una sonrisa en sus labios.

—¿En serio te gusta? —le preguntó.

¿No era obvio?

Antes, nunca nadie había logrado acaparar así los sentimientos y pensamientos de Emma. Mientras más rápido lo aceptara, más rápido aprendería a lidiar con ello. Lo había aprendido de su reciente experiencia tras el accidente.

Y le gustaba Caleb, eso no lo negaba, y no iba a hacerlo.

—Algo —respondió.

Bueno, tampoco tenía que ser 100% honesta con sus respuestas.

Luego de que Jamie le dijera que debería dormir un poco y se fuera de su habitación, Emma no encontró tranquilidad en sus pensamientos. Así que le escribió a Penny. ¿Por qué? Sencillo: Penny andaba de tonta con Louis, el amigo de Caleb. Mejor amigo, se podría decir.

Lo que planeaba hacer no era algo bueno para ella. Al menos no desde el punto de vista del amor propio. Iba a rebajarse, o al menos así lo catalogaría la sociedad moderna.

Pero no podía simplemente dejarlo pasar. Caleb no podía simplemente arrepentirse de volver a preguntarle.

Luego de que Penny le pasara el número de Louis, Emma lo llamó.

Estaba siendo una tonta, pero no podía dejar de hablar. No podía colgar la llamada.

Incluso, se reía, no por lo que le dijera Louis, sino porque se sentía una adolescente atrás de su crush de último año de colegio.

Pero había algo que la motivaba, y era el hecho de saber que ella también le gustaba a Caleb. Al menos aún le gustaba. Y, ¿por qué no cambiar los papeles? Es decir, el orden en el que se dan las cosas.

Dicen que, si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña.

Y, Mahoma, iría al amanecer.


Nota de autor: Si te gustó el capítulo, no olvides dejar tu voto o comentario. Lo apreciaría mucho. De todos modos, gracias. :) Saludos.

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