Lo que vendrá

176 10 45
                                    

Tras toda esta extraordinaria y desafortunada aventura, los señores regentes volvieron a sus respectivos reinos, incluidos Robb y Jon, que estuvieron más que encantados de volver a Invernalia y amenazaron con levantar un muro; Ana volvió sin pensárselo siquiera con ellos, y llevó a Radka consigo, Daenerys retomó su reinado prestando especial atención a Essos, en concreto a Qarth. Se necesitó un año para que las aguas volvieran a su cauce, y lo hicieron, y durante aquellos 12 meses Ana no se acercó a la frontera más allá de Invernalia; pero pasado este tiempo, Radka y la princesa decidieron salir a conocer mundo.

-Si he aprendido algo, es que es fácil ser valiente en casa, sólo te pruebas a ti mismo cuando juegas fuera de ella –les dijo a sus padres

Y a lomos de Rhaegal, con un bulto cada una, desaparecieron en los cielos. A veces llegaban noticias con extraños, alguien le decía algo a Arya en sus viajes, aparecía un ave con un mensaje o Brand aseguraba haber visto que todo iba bien.

Durante aquellos tiempos no hubo muchos cambios, la vida transcurría feliz. El reinado de Daenerys duró 10 años más, en su 48 día del nombre, proclamó su intención de dejar el trono y vivir la vida que le quedaba en paz con su esposo; las noticias fueron repentinas, así que Dany tuvo que reinar dos años más, hasta que encontraron a Ana y esta volvió a Poniente. La joven Starkgaryen, como se hizo llamar, tenía los 24 años cuando fue coronada Reina de Poniente, Essos y la Tierra Más Allá del Muro. Aquí cabe destacar que corren leyendas de que en sus múltiples viajes, las dos compañeras habían volado más allá de lo conocido de aquella Tierra Más Allá del Muro y habían encontrado a los Otros, también se dice que lo que encontraron fue el fin del continente, otros que el fin del mundo. Pero ninguna confirmó nunca nada.

En su reinado, Ana creó un hospicio en el Lecho de Pulgas, allí cualquiera podía recibir atención médica gratuitamente, pues era la corona quien pagaba los servicios, claro está, con los impuestos; también instaló un orfanato y un comedor; instaló alcantarillado, de manera que el río que discurría allí dejó de ser una cloaca, el Lecho de Pulgas se ganó un nuevo nombre: las faldas de la reina.

Descubrió también que muchos habitantes no poseían una religión, no veneraban a ningún dios, diosa o dioses, sino que pedían consejo y fuerzas a los antiguos reyes; por ello, Ana construyó a los pies del castillo una enorme cueva, en ella instaló estatuas de mármol de todos los reyes que habían gobernado Poniente desde Aegon el Conquistador, con la peculiaridad de incrustar en ellas las coronas que habían usado y se conservaban. En aquella gruta puso también una estatua de Robert, cuando era joven, y de Joffrey vestido como el día de su boda (su pequeña venganza jocosa), también una estatua de Tommen sujetando una rosa en honor a Margaerye y, lo que sorprendió a todo el mundo, de Cersei.

-Tal vez no fue una buena reina, pero lo fue, y le debemos respeto –fueron sus declaraciones

Jaime revisó la escultura. Ana mandó poner sobre la estatua las hombreras que la reina solía vestir, también su colgante de león que compartía con su hija, y su corona, como cualquier otro gobernante. Su consejo le dijo que era una mala idea, que algunos se sentirían ofendidos, otros aprovecharían para robar, que se daría el vandalismo, se equivocaron; no se necesitó guardia o verja, el lugar jamás se vio agraviado, de hecho, los ciudadanos solían limpiar las estatuas, poner velas y flores.

Destruyó también el Trono de Hierro conocido, hizo retirar la escalinata, dejándolo como una silla a la misma altura de los demás, con las espadas que se habían retirado, Ana mandó hacer soles de 20 puntas, cada una por un territorio: Más Allá del Muro, el Norte, las Islas del Hierro, la Tierra de los Ríos, el Valle, la Roca, las Tormentas, Dorne, el Dominio, la Tierra Dothraki, la Bahía de los Dragones, Yiti, Lys, Myr, los Prioratos de Volantis, Pentos, Braavos, Norvos, Lorath y Qohor. Estás gigantescas estrellas fueron enviadas a cada señor, por lo que se realizaron 20, y fueron colgadas sobre sus tronos, simbolizando que ellos eran la representación de la reina y que ella iluminaba sus caminos. Añadió más sillas a la sala del trono para los territorios de Essos, hizo falta una remodelación para albergar tanto asiento, pero todo el mundo lo aprobó. Comenzó entonces a hacer 3 reuniones anuales en las que todo señor debía presentarse, incluso los de Essos, que eran gobernados por consejos parlamentarios.

El lobo de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora