Intercambio

XIX

Se siente frío, todo en la casa, solitario y frío, no es como aquella vez que despertó en su cama, la primera vez que lo beso o que lo hizo suyo, Harry se siente particularmente lastimado, se siente fuera de lugar. De repente se siente un ladrón.

Su madre siempre le dijo que tomar lo ajeno era malo, que podía ser castigado por eso y por mucho tiempo Harry creyó que su mamá solo intentaba asustarlo, criarlo de buena forma y hacerlo un hombre de bien, pero entonces mira a su lado, a Louis recostado en su cama, con sus curvas y sus labios entreabiertos soltando suaves respiraciones, con el cabello echo un desastre y sus manos aferradas a su pecho, con la marca en su cuello.

Se siente como quitarle algo preciado a alguien, Harry está pagando su crimen, con ese hermoso ser en su cama, no le pertenece, puede sentirlo, la venda en su mano lo confirma. Una herida del pasado no sana tan fácilmente.

De pronto Harry se siente un niño de nuevo, siendo castigado pero esta vez no es su madre quien pone el castigo, es el karma, la vida misma; jugándole una mala pasada.

El mensaje en la mano de Louis, borrado a consciencia en el hospital pero Harry aún puede verlo, tan vivo como ese día. "No lo llames". Harry no hace preguntas, lo besa, lo abraza y lo ama, le da todo después de verlo tan roto pero no pregunta, no le habla, no de lo que debería. Solo lo observa, en las sombras de su consciencia, lee sus movimientos y sus sonrisas y sus miradas y puede percibirlo, en sus labios y en su olor y en su brazo con el mensaje.

"No lo llames"

Palabras que se sienten tan pesadas, tan dolorosas y que Harry entiende a medias.

— ¿Harry? — Louis murmura entre el sueño, se remueve en la cama tan frágil y hermoso como sólo él sabe — ¿qué pasa? — es entonces cuando se da cuenta, la habitación huele a miedo.

— Nada, vuelve a dormir cariño — "¿Quién es? ¿Qué te hizo?" Las preguntas sea tiran en su lengua, quiere decirle, quiere preguntar y terminar con su tortura, pero la mano en su pecho viaja a su cuello y lo acerca para un beso suave y amoroso "¿Cómo se llama? ¿Aún le amas?"

— ¿Seguro? — Louis susurra, es lento y sexy, Harry lo besaría más duro, hace un par de días lo habría mordido y hecho el amor pero no ahora, porque no entiende nada y de cierta forma se siente herido, confundido y destructor.

Como aquellas veces cuando eres pequeño y encuentras una flor, es bonita, está ahí, tan solo, tan hermosa, te encanta y decides qué quieres mostrársela al mundo, así que la arrancas, tu sonrisa es enorme mientras la presumes a todos y de pronto un día la flor comienza a marchitar, muere lento y deja de perder belleza, ya no es tam bonita, deja de ser especial y te sientes triste, porque ella podría seguir siendo bonita pero tú deseabas que fuera tuya, querías mostrarla.

Harry siente que Louis es ese tipo de flores, Louis es tan bonito, tan digno de admirar, la luz funciona diferente a su alrededor y su sonrisa alumbra las habitaciones, sus movimientos tan descuidados pero a la vez metódicos lo hacen tan precioso, Harry piensa que Louis es así de especial, así de magnífico peor él lo arranco de su hogar, lo mostró a todo el mundo y lo rompió y ahora teme, teme matarlo, es tan frágil y está muriendo de a poco.