XXVI

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Louis se encuentra en la cocina con Heira intentado que coma otro bocado, el timbre suena y esta a punto de pararse cuando Ashton sale de su habitación, el traje gris le sienta bien y su aura es relajada, tiene una junta a las once y aún tiene tiempo por lo que le sonríe a Louis y besa la mejilla de Heira antes de caminar hacia la puerta, abre esta encontrándose a Harry con el ceño fruncido y las cejas alzadas, sus labios se juntan en una línea y Ashton suelta una baja risa cuando nota la pequeña herida en el labio del ojiverde, podría negar que no le gustó golpearlo, pero sería una gran mentira, claro que lo disfruto, demasiado para ser honestos.

— Buenos días — Ashton inclino la cabeza  respetuosamente aunque tomándolo más como una formalidad que como un acto que él estaría dispuesto a hacer.

— Vengo a ver a mi hijo, no a ti, alfa estúpido — la actitud retadora de Harry solo lo divierte más y lo hace soltar otra carcajada, Harry quiere golpearlo, pero es su casa y podría simplemente cerrarle la puerta y decidir que no quiere que vea a Heira por lo que resiste las ganas y simplemente suelta un suspiro resignado.

— ¿Quién es Ash? — Louis camina hacia la entrada y se detiene cuando ve a Harry, sus ojos se abren en sorpresa y muerde su labio fuertemente, Harry sabe que esta nervioso, solía hacer eso cuando estaba nervioso y hay cosas que simplemente no cambian.

— Viene a ver a Heira — Ashton le sonríe amablemente a Louis y el ojiverde en serio quiere golpearlo ahora, quiere decirle que deje de ver así a Louis, que se largue, que lo deje con su hijo y con Louis, que no lo necesitan más, pero hay cosas que definitivamente si cambian — yo debo irme ya, los veo en la tarde — despeina a Louis en un gesto cariñoso y se despide de Heira asomándose por la sala — un placer, Harry — vuelve a hacer una inclinación de cabeza y sale dándole el pase libre a Harry.

— No pense que vendrías tan pronto, habría mantenido el lugar más ordenado — el castaño se hizo a un lado y le cedió el paso cerrando la puerta detrás de él.

Harry observó todo con detenimiento, era un lugar amplio, moderno pero acogedor a la vez, parecía como si hubiese sido pensado para una persona pero había comenzado a ser adaptado para una familia poco a poco, el corazón de Harry se revolvió ante ese sentimiento, sus ojos vagaron por la amplia sala donde había algunos papeles y juguetes regados, un enorme televisor que se encontraba apagado en ese momento y algunas pinturas que estaban colgadas aquí y allá.

— Son tuyas — Louis se sorprendió al notar que Harry estaba escaneando el lugar con detenimiento — lo son, me gradué después de tener a Heira y a veces... Tengo pequeñas exposiciones — Louis guardo silencio de repente, Harry no estaba ahí para saber de su vida, no le interesaba saber de su vida, el hecho de que hiciera un simple comentario no significaba que ahora eran buenos amigos.

— Papi... — Louis reacciono y camino hacia la cocina siendo seguido por Harry, beso la mejilla de Heira y le sonrio peinando sus alborotado rizos hacia atrás — hombre grande — el pequeño señala a Harry y el rizado le sonríe ampliamente lo mejor que puede.

— Vino a verte bebé, él es...

— Un amigo, perdoname por gritarle a tu padre, estaba muy sorprendido de verlo después de tanto tiempo, no medí mis emociones — Louis solto una baja risa cuando noto la confusión de Heira, claro que el pequeño no entendía todo ese lenguaje diplomático que Harry utilizaba.

— Esta bien... Mi tío dijo que eres bien —Louis sonríe de nuevo y carga a Heira acercándolo al cuerpo de Harry.

— Cárgalo — el ojiverde tiene una chispa de duda en sus ojos y su ceño se frunce, esta a punto de negarse cuando Louis vuelve a hablar — solo tienes que tomarlo así — Louis acomoda al rizado en los brazos de su padre y sonríe antes de alejarse — ¿Ves? Esta bien, no vas a lastimarlo.

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