Capitulo uno

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-¿Podrías dejar de manosear mi caldero, hurón?-Se quejó Hermione Granger empujando a Draco Malfoy lejos de su asiento.
El profesor Snape pensó
que sería buena idea juntarlos para que parasen de pelear. Muy mala idea.
-Este es MI caldero, sangre sucia-exclamó Draco tirando del recipiente.
En ese momento la poción se tornó amarilla y explotó.
-20 puntos menos para Gryffindor- Gritó Snape retirándose líquido amarillo de la cara, Draco rió levemente- Y otros 20 puntos menos para Slytherin.
-Pero profesor- Replicaron los dos a la vez.
-Hasta están sincronizados, pues que tal si se sincroniza para ir al despacho del director.
-Profesor Snape- Intervino Ron Weasley, recién estrenado novio de Granger- Con el debido respeto creo que...
-¿Quiere acompañarlos?
-No señor.
-Pues calle señor Weasley.
Hermione y Draco salieron de la clase de pociones dándose repetidos empujones.
-Estúpido hurón.
-Sangre sucia repelente.
Draco llamó a la puerta del despacho de Dumbeldore, la cual se abrió en seguida.
-Mis dos alumnos más brillantes, adelante, adelante-dijo Dumbeldore indicándoles una silla.
Draco se quedó de pie mientras arreglaba su gomina y Hermione se sentó.
-Bueno...me han dicho que habéis tenido un contratiempo-dijo Dumbeldore con una sonrisilla
-Todo fue su culpa-exclamaron los dos al mismo tiempo.
-Bueno, bueno, tranquilícense ambos. No podemos permitir que continúen así ¿Verdad que no?-Hermione asintió y Draco soltó un gruñido-Bien, en ese caso debo de imponerles un pequeñito castigo, no se preocupen nada grave. La profesora Mcgonall se lo explicará todo. Podéis iros.
-Gracias profesor-dijeron los dos saliendo hacia sus respectivas clases.
-Te odio.

–No me puedo creer que te hayan castigado por ese hurón–gruñó Harry mientras se limpiaba las gafas.
–Ya lo se, es tan injusto–Hermione miró hacia la mesa de las serpientes mientras hablaba.
–¿Estás...Estás enfadada conmigo?–preguntó Ron mordiendo una pata de pollo.
–No, claro que no cariño, no podías hacer nada–dijo Hermione cogiéndole la mano.
–Te quiero–dijo Ron acercándose para besarla.
–Vale ya está, os espero en la sala común romanticones, que asco–gritó Harry levantándose para irse.
–Vamos contigo–dijo Hermione apurando el zumo de calabaza
Al llegar Ron reparó en una lechuza totalmente negra durmiendo en un sofá.
–Eh chicos mirad–Harry soltó un silbido.
–Parece muy cara ¿Lleva carta?–dijo acercándose.
–Si ¿Hermione?–dijo pasándosela.
–Uh, se ve que tienes un admirador muy rico, deberías dejar a Ron–dijo Ginny uniéndose a la conversación.
–Si, tengo un romance secreto con la profesora Mcgonall–bromeó Hermione enseñándoles el remitente.

Después de eso Hermione subió a su cuarto seguida de Ginny que se moría por saber que había escrito en la carta.
–¿Qué dice?–preguntó Ginny acomodándose en la cama de Hermione.
–Aún no la he abierto
Ginny le arrebató la carta y comenzó a imitar la voz de Mcgonall mientras saltaba en la cama.
"Estimada Srta Granger:
Le informamos que debido a su deplorable comportamiento en la clase del profesor Snape, me ve9 obligada a imponerle un castigo...
Al instante Ginny estalló en risas, Hermione le arrebató la carta y siguió leyendo.
usted deberá realizar un proyecto con el señor Malfoy durante tres mese y será el 57% de su nota en el EXTASIS, preséntense en mi despacho con la mayor brevedad.
–Mierda, debo irme Ginny, sal de mi cama–dijo empujándola.
–¡Oye!–pero Hermione ya no estaba allí, pasó por delante de la sala común como una exhalación y llegó al despacho de Mcgonall roja como un tomate, esperó a serenarse y entró en aquel despacho que tan bien conocía de las veces que la profesora la había ayudado, pero algo no estaba en su sitio, Draco Malfoy estaba sentado en la silla de Mcgonall.
–¿Qué haces ahí Malfoy?–susurró Hermione–Es la silla de la profesora.
–Me siento muy poderoso aquí ¿Sabes Granger?–soltó una risa que hizo que a Hermione se le erizaran los pelos de la nuca–Ahora deberás seguir mis órdenes.
–Sal de ahí Malfoy, antes de que venga Mcgonall.
–¿Te estás preocupando por mi?–preguntó Malfoy divertido.
En ese momento Mcgonall abrió la puerta y Draco se apareció en la silla al lado de Hermione guiñándole un ojo.
–Muy bien, mañana empezarán con el proyecto bebé–dijo Mcgonall al sentarse–consiste en algo muy simple, la señorita Granger deberá quedarse embarazada de usted señor Malfoy.
Hermione enrojeció completamente y Draco sonrió de lado.
–Si estoy obligado a ello, no quiero suspender– dijo acercando su silla a la de Hermione–Tampoco creo que tú quieras Granger.
–Por favor señor Malfoy, no lo harán...del modo tradicional, se juntarán sus ADN y Hermione quedará embarazada, cuando el bebé llegue a los 4 años desaparecerá. No se alarme señorita Granger, cada día de los bebés o del embarazo equivale a un mes. Es decir que a los 9 días nacerán y a los 50 días desaparecerán.
–¿Y será el 57% de la nota?–preguntó Hermione apuntándolo todo con su varita.
–Exacto, si no hay dudas–Mcgonall apuntó con su varita al...la parte noble de Draco y susurró un hechizo a continuación una luz salió de su varita y se desapareció en la barriga de Hermione.
–Eso a sido perturbador–dijo Draco lentamente.
–Un último detalle no irán a clase durante ese tiempo y obviamente deberán vivir juntos.

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