Taehyung, no creía en el amor ni en las mujeres, su madre había engañando a su padre a quien había visto derrumbado a causa de esto. Así que solo tomaba a las mujeres fáciles y que no exigían nada de él. Pero, para su joven casera Isabella, Taehyung...
Llevaba tres días durmiendo en la cama de Isabella. También llegaban juntos a la escuela tomados de las manos, la esperaba al terminar sus clases para regresar juntos a casa, para sus amigos era extraño verlo haciendo esas cosas con una chica por los pasillos de la facultad, era algo nunca antes visto y sus mensajes burlones no se hicieron esperar.
Cómo dije antes, solo dormía, por que como siempre no lo dejaba avanzar más y pareciera que esta sería la cuarta ocasión en que tendría que acabar solo en el baño.
-Vamos bebe, solo será un dolor muy leve y después te haré sentir muy bien - le decía con voz inocente y serena, baja y sensual, mientras este se encontraba sobre ella, con su erección entre sus piernas. -No Tae, de verdad duele- Isabella tenía las manos aferradas a sus hombros impidiéndole avanzar. -Abre los ojos linda, mírame- Isabella así lo hizo- todo estará bien... Solo será un li...ge... ro- decía entre gemidos, estaba tan excitado que hacia todo lo posible por entrar a su cuerpo- em...pu...jon- Isabella era tan cálida que moría por sentir esa sensación en todo su cuerpo,no sólo en la punta de su erección. Pero al momento de empujar contra ella, la chica pegó un grito.
Al sentir dolor, Isabella grito y empujó a Tae con todas sus fuerzas, arrepintiéndose en seguida al ver la mirada fiera de este.
Taehyung, se levantó de la cama. Mascullando, se dirigió al baño... ¡otra vez! -Maldita sea, estoy tan harto de estos juegos- cerro el baño dando un portazo.
Isabella, estaba arrepentida, esta vez realmente se había pasado. Pero, de verdad sentía miedo, sin embargo Tae era el chico de sus sueños, siempre dulce, amable y tierno. Se lo pensó un par de segundos y de un salto abandono la cama. Lo siguió al baño. Llamo a la puerta, diciendo su nombre con suavidad. -Tae... -abrió con lentitud. Taehyung estaba sentado sobre la tapa del retrete, sosteniendo su miembro entre sus manos. La culpa se apodero de ella. -¡Sal! ¡es humillante que me veas así! ¡vete!- le dijo mirándola con crueldad. -Quiero ayudarte- no se intimidó por la actitud de él y al momento, se arrodilló. Taehyung estaba sorprendido.
Isabella comenzó a dejar suaves besos en toda la longitud de su erección y también en la mano que la sostenía haciendo que se le escapase un suspiro de los labios, después la chica paso la lengua de arriba a abajo por su cuerpo erecto y al llegar a la punta se entretuvo mas allí y una de sus manos jugaban con la parte baja de su masculinidad. -ah ah- salio de él, echando la cadera hacia atrás, cuando Isabella introdujo su erección en la boca. Tae, aferró las manos a la tapa del inodoro —ha ha —irrefrenables salían de los labios de Tae— ummm aaah.
Para Isabella eso significaba que lo estaba haciendo bien y al verlo pasarse la punta de la lengua por el labio inferior se dio cuenta de que Tae lo estaba disfrutando tanto como ella al provocarlo. -Oh.... -la boca de Tae hizo la forma de la letra y su cuerpo comenzó a estremecerse. No quería que esa sensación terminara pero si no la detenía terminaría en su boca.- este... este no es... el mejor lugar para esto... I- Isabella.
Tomo a la chica suavemente de los hombros y la hizo incorporarse. ¡
Diablos! Sus ojos eran como hogueras resplandecientes en las que gustoso se lanzaría para morir en ellas. La beso y así besándola, la saco del cuarto de baño y la devolvió a la cama mientras sus manos navegaban con desesperación por su redondeado cuerpo. Le sacó la camiseta negra por sobre la cabeza e introdujo la mano en sus pantis, acaricio suavemente su intimidad. Por primera vez la sentía totalmente rendida ante él.
Isabella se sentía embriagada por el deseo, por las caricias de Tae, pero aun más le había gustado lo que había provocado en él, saber que lo que había hecho le gusto la hizo tener mas seguridad en ella, ahora se dejaba arrastrar de nuevo a la cama entre besos, caricias, gemidos y suspiros.
La hizo sentar en la cama para quitarle las pantis, ahora estaba totalmente desnuda ante él, Isabella echo la espalda a la cama y no pudo resistir cubrir con las manos su intimidad, mientras Tae se colocaba a un costado de ella. Su pecho subía y bajaba apresuradamente, Tae la miró a los ojos con dulzura para besarla mientras una de sus manos descendía por su pecho apoderándose de uno de ellos. Suspiro al sentir su pulgar frotar su rosado pezón. Gimió contra sus labios y el sonrió de modo pecaminoso, pasando el brazo por debajo de su cabeza para acurrucarla contra su pecho, mientras su mano continuaba con su recorrido por su cadera, su vientre. Taehyung se deleitaba con las reacciones en el rostro de Isabella, la manera en que le cambiaba la mirada por el deseo, el movimiento de sus labios al gemir, todo en su expresión lo tenía atrapado. Con suavidad acarició ese pequeño nódulo de carne en su intimidad que la hizo exhalar un gemido y perder la voluntad de su cuerpo. Isabella, tomó la mano de Tae, sintiendo vergüenza por su reacción, pero él, comenzó a besarla con suavidad y languidez, le tomo la mano colocándola en su erección, le mostró lo que debía hacer. —Así cariño... Aaaah— le dijo con una voz tan baja y grave que la hizo entender lo excitado que estaba y lo mucho que disfrutaba de sus caricias.—Volteate— le ordenó e Isabella se colocó de cara a las sabanas rosadas de su cama. Enseguida, Tae se monto sobre ella, sentado a horcajadas en la parte baja de sus glúteos, colocó su miembro entre ellos mientras sus manos recorrían su espalda, le apartó el cabello y combinando su lengua con sus labios comenzó un camino de besos de fuego desde la base de su espina dorsal hasta su nuca. Isabella, sentía morirse, los besos de Tae sobre su cuerpo, su calor y su erección rosando su húmeda intimidad la estaban volviendo loca, levantó las caderas hacia él, hacia su erección, sintió la urgencia de estar unida a él de sentirlo dentro.
Taehyung suspiro, cada que Isabella movía las caderas hacia él era una locura, se estaba conteniendo ante las ganas de levantarle las caderas y entrar en ella así, de espaldas. Isabella mantenía las manos aferradas a las sábanas, pero ya no podía resistirse más. Se giro para quedar frente a él.
Los ojos de Isabella, tenían una expresión diferente, más sexys, más de una mujer pero a la vez, seguían manteniendo la ternura y la dulzura habitual, eran increíbles. —Por... favor Tae, hazlo ya— lo urgió tomándolo por sorpresa. Tae volvió a colocarse a un costado, recargando la cabeza en su mano. —¿Estas segura? —preguntó acercándose para besarla con suavidad en los labios, en la barbilla, en la mejilla, regresando a sus labios, mientras con su mano libre recorría su hombro, su cintura, acercándola a él. Sus besos la quemaban y la excitaban todavía más. Sus besos lentos en los que le introducía la lengua entre sus labios y que acariciaban su propia lengua para salir de su boca y volver a tocar sus labios. —Si, estoy segura,— respondió pegando la cadera a la suya y tomando su erección entre sus manos la colocó entre sus piernas.
Tae estaba tan nervioso como si fuera su primera vez y miles de dudas comenzaron a asaltarlo justo en ese momento. Y sí, ¿realmente no era tan bueno en el sexo como ella creía, como el mismo creía? ¿Y, si la desilucionaba? ¿Y sí no le gustaba?
—Claro señor Kim, con gusto patrocinare la exposición, solo le pido ver los cuadros antes. —Por supuesto Kai, es lo menos que podría hacer, te daré el cuadro que elijas. —No, no, señor Kim, lo compraré.— respondió Kai de inmediato. —Excelente. —Mañana mismo una persona de mi entera confianza buscará el lugar apropiado, o ¿usted tiene alguno en mente? —El que elijas, se que estará perfecto. —Muchas gracias por la confianza señor Kim.
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