Capítulo 41

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No volvió a encontrarse con Isabella, lo último que supo de ella fue por medio de Jimin.
-Parece que se va al extranjero.- Tae arreglaba un bolso- junto a Kai.- fingió no escuchar eso último.- Taehyung tengo el vídeo completo, fui a buscarla para mostrárselo.

Taehyung se detuvo en seco frente a su amigo y lo sostuvo por los hombros.
-Te lo agradezco Jimin, pero eso ya no tiene remedio. Iré a vivir con mi padre, a alquilado un apartamento para los dos, seguirá pintando y yo... yo también tengo planes. Creo que todo estará bien.
-Pe-pero Tae.

Isabella y Kai están en la sala VIP del aeropuerto Incheon. Después de la exposición de los cuadros, todo mundo se interesó por ella, productores de dramas, agencias de talento y de modelaje. Primero hizo un par de comerciales para la televisión a insistencia de Kai ya que el dueño de la empresa de cosméticos era su amigo, de esa manera se convirtió en el rostro de la marca. Los contratos llegaron del extranjero y Kai le instó a que probara, ella accedió pero solo sería por un periodo de tiempo corto, no quería dejar Seúl.

El apartamento que su padre había alquilado era muy amplio, ambos tendrían su propia habitación con espacio suficiente para que ambos convivieran sin entrometerse en la vida del otro.
Su padre se había vuelto bastante popular entre las mujeres de mediana edad, algunas querían que les hiciera una pintura y otras... Querían su calidez, ahora su padre tenía más citas que él y era grandioso verlo feliz y triunfante después de lo que vivió con su madre.
Termino la escuela media, pero aún no sabía a qué se dedicaría en un futuro.
Como tenía suficiente tiempo libre, comenzó a fomentar su afición por la fotografía, su padre tenía en su estudio varias cámaras viejas que aún utilizaban rollo fotográfico de acetato, practicaba con ellas.

La semana anterior, Kai había llevado pastel y champagne a la casa para festejar. Recordó que llegó a la puerta, vestido con un abrigo negro, largo hasta los tobillos, el pastel en un brazo y en la otra mano una botella de champagne. La tomó realmente por sorpresa y la sonrisa que le dedicó al verlo fue sincera.
-Pero Kai, ¿que es ésto?- Isabella recibió el pastel.
-Vamos a festejar que nos iremos al extranjero- contestó entusiasmado. Entro a la casa, abrió el congelador y metió allí la botella de licor, Isabella colocó el pastel sobre la mesa.
-Se ve delicioso- Kai sonrió al escucharla, se quitó el abrigo, los guantes de piel de cabritilla y se abalanzó sobre ella rodeándole la cintura. Kai, siempre actuaba de ese modo, como si ella fuera a irse o desaparecer en cualquier momento. Las ropas de Kai se sentían frías, nadie debía salir cuando el frío era tan intenso en la ciudad.

-Aaaah- suspiró -estas tan calientita,- le dijo y después buscó sus labios.

Para Kai, besarla era una recompensa a todo, comenzaba de manera suave y dulce, pero cuando intensificaba su beso, Isabella se apartaba bajando la mirada. Eso le recordaba que aún no olvidaba a Taehyung, tal vez estaba más emocionado que ella por ir al extranjero, allí podría olvidarse de él, allá no había nada que se lo recordara.

El señor Kim se dió cuenta de que su hijo tenía talento para la fotografía y le insistió para que lo desarrollará como una carrera formal. A su hijo le gustaba retratar la naturaleza, esas imágenes él, luego las convertía en pinturas al óleo demasiado reales que era casi imposible ver la diferencia.

Las estaciones pasaron muy rápido y el viento cálido  de verano ubicó a todos en el camino que les corresponde. Pero, cuando estás destinado a una persona, puede que sus caminos vuelvan a cruzarse.

Isabella y Kai llevaban un par de años en América trabajando para la Agencia Coreana de Modelos en la que este había invertido una gran cantidad de dinero. Las mujeres con los rasgos de Isabella eran muy requeridas, ya que podían jugar con su imagen de niña tierna y cambiarla, jugando con ella.

Parecía que se había olvidado de Tae, ahora aceptaba los besos subidos de tono de Kai, pero aún no lograba pasar más allá, en cuanto sus manos trataban de tocarla ella se apartaba.
Estaba comenzando a sentirse frustrado.

Estaban regresando al piso que compartían, luego de una pasarela privada en la que Isabella participó.
-¿Qué se te antoja para cenar?- preguntó Kai mientras conducía.
-Mmmm no lo sé, ¿pizza? -sonrió al decirlo.
Kai sonrió también.
-Bien, pediremos pizza en casa.
Gracias a que Isabella tenía un cuerpo genéticamente delgado, no había que preocuparse por hacer dieta.

Al llegar, Isabella pidió la pizza y Kai fue directamente al sillón, en su tableta electrónica comenzó a verificar la agenda de Isabella.
–Mañana tendrás día libre.
-¿De verdad?- Isabella hizo un gesto adorable que lo hizo reír, se recostó en el sillón, colocando la cabeza sobre sus muslos, su largo cabello se escurrió por estos.
-Si, el fin de semana tendrás sesión con un muy reconocido fotógrafo.
–¿Si? ¿Quien es?
–Se hace llamar VAnte.
–Oh... No se me hace familiar el nombre.
–No, ni a mí, es Sur Coreano también.
–Genial.
Kai, revisaba la información del personaje en cuestión.
–Ha fotografiado para Dior, Gucci, Balenciaga, Dolce & Gabana y ha estado en las pasarelas de Carolina Herrera, Oscar de la Renta, Coco Chanel, Yves Saint Laurent, woaw su experiencia es muy amplia.

También a Isabella le sorprendió ese currículum, debía ser muy bueno. Pensó.
–¿Tienes una fotografía allí?– preguntó.
–No, solo tiene una imagen con una máscara artística muy llamativa. –Kai prosiguió:
–¿Quieres que vayamos a algún lado es especial mañana?- se ofreció.

Isabella deseaba pasar tiempo a solas, no era que no disfrutará de la compañía de Kai, era solo que... A veces resultaba un poco absorbente.

Al ver que Isabella no respondía, Kai se apresuró a decir:
-¿Querés aventurarte sola?
-¡SI! -respondió de inmediato con más impétu del necesario.
-Esta bien, ya tenemos varios meses viviendo aquí así que creo que puedes hacerlo.
Antes de Nueva York, habían vivido en Los Ángeles.
-Muchas gracias Kai - le rodeo el cuello con los brazos y Kai se cobro su comprensión con un beso profundo que buscaba a todas luces provocarla.
Kai se levantó del asiento, la miró con dulzura y tomándola en vilo la llevo a la cama. Una vez allí se colocó sobre ella, recargando su peso sobre sus codos para no aplastarla.
La amaba y la deseaba, a pesar de la vida que ahora llevaban, ella no había cambiado en nada, su ser seguía siendo limpio, sin malicia, era cálida y amable con todos, cuando paseaban Central Park, Isabella se agachaba a acariciar a los cachorros, jugaba con los niños, les compraba burbujas o golosinas con el permiso de sus madres. Parecía vivir feliz pero aún usaba las gruesas gafas de su padre para sentirse en casa, quería regresar a Corea. Sonrió.

Al verlo sonreír, Isabella se extraño y con el entrecejo fruncido preguntó:
–¿Sucede algo?– la mirada dulce de Kai que siempre la reconfortaba, su pulgar acariciando suavemente su mejilla.
–Nada, es solo que... Te amo.

En los ojos de Isabella vislumbraba la duda, de sobra sabía que no era correspondido de la misma  forma.
Agachó el rostro para besarla con suavidad, sus labios del color de las fresillas eran dulces y deliciosos, se entretuvo con ellos saboreandolos, Isabella trato de llevar aire a sus pulmones y él aprovecho para introducir la lengua en sus labios entreabiertos.
Un pequeño empujón en señal de que que se estaba excediendo, pero estaba decidido a ignorarla, esa noche derrivaría sus barreras y las destruiría.

Esa noche la haría suya, le demostraría que hacer el amor no como lo había hecho con Taehyung.
Si eso era lo que faltaba para que ella de olvidará por completo de él entonces lo haría. La seduciría esa noche.

 La seduciría esa noche

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"Nunca sola" †Terminada†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora