Final parte I

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18+ 👀

Como podía siquiera pensar que él buscaría a otra mujer solo por que no le había hecho el amor antes, que tontería. Sí la deseaba siempre, la deseaba desde el día que llegó a esa casa, desde el día que la vio allí la primera vez, quería hacer justo lo que estaba haciendo ahora, sacándole la ropa a tirones, abriéndose paso entre sus  piernas sin ningún  remordimiento, moría por sentir su piel desnuda contra la de él, quería sentir sus senos aplastados contra su pecho y quería hundirse en el paraíso escondido entre sus piernas. No hubo tiempo para caricias lentas ni besos laguidos, los chasquidos de sus lenguas eran audibles por toda la casa, quería comérsela a besos, y ella lo estaba apresurando, Isabella sentía el mismo deseo feroz que él. Tendido sobre ella, Isabella empujaba sus caderas contra las suyas y con sus manos se aferra a sus glúteos para que el roce contra su ingle nos cesará.

–Si, siiiiii– repetía una y otra vez en cada embestida suya.

Taehyung estaba totalmente descontrolado, toda la lujuria retenida ahora salía como un animal salvaje liberado, gemía, gruñía, posenyendola, la escuchó gritar cuando llegó al clímax pero aún así no detuvo el movimiento frenético de su cadera contra él, sus manos subían y bajan por su espalda y seguian hasta sus nagalgas empujándolas contra su cuerpo. La hizo girar para que esta vez quedará sobre él. Verla así era una alucinación, su figura recortada por la tenue luz de la cocina, sus cabellos enmarcando su rostro infantil distorsionado por una nueva oleada de pasión provocada por él, que había comenzado a acariciarle en ese pequeño punto donde todo estalla dentro de ella, hecho la cabeza y la espalda hacia atrás invadida por un nuevo orgasmo aferrándose a sus piernas, la sostuvo por la cintura haciéndola descansar sobre su pecho sin dejar de moverse dentro y fuera de ella con rapidez.
–¿Te gusta?– susurro.
Un "si" ahogado y apenas audible salió de sus labios.

Isabella tenía el corazón acelerado y  la mente y cuerpo  invadidos de él, las sensaciones a flor de piel, y respiración superflua agitada. Todo en ella se quemaba y resurgía. Moría y revivía, no quería que terminara.

–¿Estas bien? –su voz es como un murmullo ronco, un gemido, está tan agitado como ella. La hace cambiar de posición. Ahora está sentada sobre él y sus manos le recorren el cuerpo desde la nuca, el cuellos, los hombros acompañando a sus manos están sus labios, su lengua que la hacen arder de nuevo, sus manos ahora en sus senos apretujándolos, sopesándolos, baja por su vientre hasta su intimidad y comienzan a acariciarla, más fuerte más rápido, cuando el orgasmo aparece de nuevo, inclina el cuerpo hacia delante y los gemidos aparecen más fuertes tanto que parecen gritos y su cuerpo de tensa y se afloja como si fuese un resorte. Tae se levanta tomándola en brazos la lleva hasta la cama. Pero él aún no alcanzo su clímax.

La dejo sobre la cama, ella se sentó en el borde, frente a él que bajo la cabeza para besarla de nuevo, enterró las manos en su nuca y le echo la cabeza hacia atrás, quería que se recostara pero ella tenía otros planes.

Al ver que ella no hacía lo que indicaba, dejo de besarla y se encontró con unos enormes ojos destellantes de deseo y lujuria.

Isabella lo asió por la cintura con ambas manos y comenzo a dejar pequeños besos por su abdomen hasta llegar al hueso de la cadera. Aún mantenía las manos enterrados en el cabello de su nuca y cuando los labios y la lengua de Isabella se deslizaron por el largo de su miembro endurecido echo la cabeza hacia atrás anticipando la caricia que no tardó en llegar. Era excitante verla hacer algo así con su delicada boca, con sus suaves labios, gimió su nombre, se relamio los labios. Las manos de Isabella subieron por pecho y jugó con sus tetillas, sus piernas comenzaron a flaquear.
–Cariño es suficiente –su voz sonó ronca.

Isabella se apartó mirandolo con los ojos muy abiertos. Volvió a besarla con pasión, metió un brazo por su espalda para echarla más arriba en la cama. Quería entrar de nuevo en ella, sentir su calor y su humedad.

Abrazados en la cama Taehyung la besaba mientras con las yemas de los dedos jugaba con su intimidad. Paso una de sus piernas entre las suyas con la intención de abrirse paso, pero Isabella quería volver a provocarlo y  no dejó que él logrará su cometido, se colocó a horcajadas sobre él.
Taehyung sonrió, le agradaba este cambio en ella.
–¡Diablos! –exclamo cuando Isabella comenzó a tallar su intimidad húmeda y caliente contra el largo de su erección, comenzó a suspirar, además de que el movimiento era tan lento que lo hacía enloquecer, colocó las manos en sus caderas, mientras ella seguía con su caricia se regodeo con la vista de sus senos, se humedecido el dedo pulgar con la lengua para acariciar los rosados botones que eran sus pezones, el líquido preseminal apareció en pequeñas gotas que se confundieron en el cuerpo de Isabella. Conforme fue sintiéndose pletorá de las sensaciones, el ritmo de sus caderas se volvió más intenso, entonces volvió a acariciarle y sus gemidos, tanto de él como de ella, se volvieron mas intensos.

No quiso esperar y giro sobre ella abriéndose paso entre sus piernas volvió a poseerla entrando muy lentamente a su cuerpo provocando que Isabella arqueara la espalda para recibirlo.

Cerró los ojos disfrutando de la embestida de Tae, y luego otra y otra más, primero lentas y luego más intensas, el clímax atacó de nuevo convulsionando su cuerpo, se aferró a las caderas Taehyung.

Culminó con Isabella enredada en su cuerpo, con sus gemidos y ronroneos en su oído. Ahora estaba exhausto, muy, muy exhausto. Cayó sobre ella bañado en sudor.

Con voz agitada le preguntó:
–¿Te sientes bien?
–Mejor que nunca– respondió ella sonriendo de oreja a oreja.

Totalmente satisfechos durmieron abrazos uno al otro.

Luego de ese día, solo abandonaban la cama para comer, se volvieron unos ermitaños, hasta que la comida en el refrigerador se terminó.

El día del memorial de su padre llegó y como siempre, la tristeza y la añoranza volvieron a ella. Extrañaba demasiado a su padre, luego de que su madre los abandonara él fue todo para ella, padre y madre.
Recostada en la cama su mente se remontó tiempo atrás cuando asistía a la primaria con el cabello hecho un desastre debido a que él no podía peinarla, o cuando alguna niña era mala con ella, su padre siempre se presentaba con la madre de esta y la hacia disculparse, cuando lloro por primera vez por un chico él no sabía que decirle, sonrió ante eso, como sea, su padre se las arregló para hacer de ella lo que era ahora.

No quería levantarse, pero de pronto se dió cuenta de que Taehyung no estaba a su lado.

No quería levantarse, pero de pronto se dió cuenta de que Taehyung no estaba a su lado

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"Nunca sola" †Terminada†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora