Parte 33

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Días antes...

Kai, hacia algunas llamadas telefónicas desde su privado, debía hacer que la exposición del maestro Kim fuera todo un éxito, todo Seúl debía conocer su trabajo. Habían diseñado los anuncios luminosos que se utilizarían en el subterráneo de la ciudad, las paradas de autobuses y en los altos edificios. Junto al maestro Kim elegieron el cuadro que a su parecer era el mejor. La mirada de Isabella era toda miel y ensoñación, tanto así que lo hizo preguntarse en quien pensaba cuando el maestro Kim capturó la imagen.


–¡TAEHYUNG -AH!

Taehyung, regreso a mirar, con el entre cejo fruncido la fuente de donde provenía la voz que gritaba su nombre.
No quería soltar a Isabella, pero tuvo que hacerlo para acercarse a paso airado a la mujer mayor que lo llamaba.

–¡¿Qué estás haciendo aquí?! –le increpó apenas a unos pasos.

Kai, tomo a Isabella por los hombros y la hizo caminar hacía su casa. Pero, la chica sentía tanta curiosidad que regreso a mirar. Alta, delgada, de no más de cuarenta años, el cabello hasta los hombros, de color castaño y sus ojos eran muy parecidos a los de Taehyung, tenía un gran par de maletas en el suelo y le decía algo a Tae, algo que no pudo escuchar.

–No puedes quedarte aquí– dijo él molesto. –Busca a mi padre.
–Lo llame antes de venir aquí, pero tampoco respondió mis llamadas igual que tú.– contesto la mujer.

–Vamos Isabella, entra a casa– le ordenó Kai, tan suavemente que le fue imposible desobedecerlo.

Estaba agotada, sentía los ojos hinchados y solo pensaba en darse un baño y dormir, se lo hizo saber a Kai.
–Estarás bien si te dejo sola.
–Ujum –contesto, ya sin ánimos ni fuerzas.
–bien, me iré ahora– respondió dedicándole una sonrisa dulce.

–¿No te da gusto verme? –la mujer trataba de sacarle alguna palabra a su hijo, que camino hacia el pequeño armario empotrado en la pared y sacaba unas mantas – Yo- yo si estoy feliz de verte– continuó su madre abriendo los brazos hacia Tae.

Taehyung quedó frente a su madre, mirandola directamente a los ojos, le entrego las mantas sin decir una palabra y se metió al baño.

Dio golpes a la pared, estaba furioso, no solo por qué su madre había aparecido de la nada, eso fue la gota que derramó el vaso, sino por qué Isabella, estaba con ese tipo rico, solos en su casa.

Isabella, se ducho, se preparó un poco de té de azares y tila para relajarse un poco, después de beberlo, se metió en la cama, pero no pudo conciliar el sueño hasta muy entrada la noche.
Las imágenes del vídeo en donde Tae besaba a Lisa la siguieron atormentado, lloró dormida.  Soño a su padre y ella era de nuevo una niña pequeña que lloraba desconsoladamente sobre sus piernas mientras él le murmuraba palabras de alivio.
–No llores mi niña hermosa, seca tus lágrimas y levanta la frente, quien debe estar avergonzada no eres tú. Recuerda que las personas acostumbran a lanzar piedras a las cosas que brillan.*

Kai, bebía un poco de vino dulce mientras miraba, por el amplio y alto ventanal de su lujoso departamento, las luces de la ciudad. Pronto la imagen de Isabella estaría por todo Seúl y justo era el cuadro que ella no quería que se vendiera.
–Iré por ella y veremos juntos como encienden el anuncio.

El ruido de trastos en la cocina  lo despertaron, su madre colocaba recipientes con comida en la pequeña mesa que ocupaba como comedor. Ignorandola, se levantó de la cama y fue al baño, salió sacudiéndose el cabello con una toalla, ella lo esperaba al pie de la mesa.
–Te hice el desayuno –dijo mostrándole la mesa.
–¿De cuando acá has hecho eso por mí? Yo no soy uno de tus jóvenes amantes– contestó con una sonrisa cínica en el rostro y una mirada de burla en los ojos.
Por respuesta, obtuvo de su madre una bofetada. La mujer se arrepintió enseguida y quiso abrazarlo, él la rechazó, mientras iba por una chaqueta al armario, su madre pego un grito lastimero y tiro los trastos con comida al suelo.
–¡¡TAEHYUNG- AH!! ¡¡TAEHYUNG- AH!! -grito al verlo salir del cuarto dando un azote a la puerta.

El ruido de los trastos cayendo  al suelo y los gritos pusieron  en alerta a Isabella, se asustó un poco, todo paso en el justo mento en que ella y Kai salían de su casa.
Al ver bajar a Taehyung, Isabella se detuvo en seco, Kai le colocó las manos a los hombros y Tae la miraba como una fiera.
–¡Vaya! No debí preocuparme por ti, buscaste rápido consuelo.

Al escucharlo, Isabella se molestó estaba apunto de contestarle pero Kai se le adelanto.
–No te atrevas a insultarla.
–Nadie está hablando contigo– dijo señalando a Kai con un dedo y luego se dirigió a ella– al menos ya sabes cómo complacer a un hombre.

Kai, estuvo a un paso de golpearlo pero Isabella, lo detuvo sosteniéndolo por el brazo con el que pensaba lanzar el golpe.
– Vamonos Kai, por favor.– Isabella, nunca había visto esa mirada en los ojos de Kai, no parecía alguien que se enojara con facilidad.
–¿Ahora entiendes por qué yo nunca tengo novia? ¿Por qué nunca digo que me enamoré? ¡Por qué todas son iguales!– lo dijo y miro a su madre y luego de nuevo a ella.

Kai, la tomo de la mano, mirando con furia a Taehyung. La hizo subir al auto, al sostener su mano se dio cuenta de que temblaba como una hoja ante la lluvia.

En lo alto de la escalera, la madre de Taehyung miraba la escena. Regreso a mirarla de reojo y se hecho a andar.
Debía ver a su padre, debía hacer que su madre se fuera de allí, por qué él también lo haría, no estaba dispuesto a mirar a Isabella con otros hombres.

Mientras iban en el auto, Kai tenía los fijos en el camino, Isabella, luchaba por contener el llanto, se hacía la fuerte por qué él estaba allí. Entonces se le ocurrió buscar una paradero de autobuses donde ya hubiesen puesto su anuncio, después de un tramo en el que Isabella no dijo ni una sola palabra y solo miraba nerviosa por la ventanilla, lo encontró y se detuvo frente a él.

–¿Po-por que nos detenemos? ¿Vas a dejarme aquí?– dijo la chica mirando primero a Kai y luego a la ventanilla de nuevo.
–¿A caso no lo ves? –ahora Kai, sonreía.
–Ver... ¿Ver que?–Isabella miro de nuevo. Y, lo encontró– ¡es mi cuadro!, ¡Soy yo! –se sentía tan raro decir eso.

Abrió la portezuela y salió del auto, deteniéndose frente la imagen amplificada del cuadro.

Kai, fue a seguirla, acercándose con lentitud mirándola. Parecía una niña, observaba la imagen con los ojos muy abiertos y con las manos en los labios, fue hasta que estuvo a su lado que Isabella apartó los ojos del anuncio.
Su sonrisa le llegaba a los ojos cuando volteó a mirarlo.
–¡Gracias! –dijo abrazándolo, su cuerpo cálido, el aroma de su cabello y el de su perfume también lo abrazaron.

Taehyung, subía al montacargas del edificio donde vivía su padre.

Taehyung, subía al montacargas del edificio donde vivía su padre

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"Nunca sola" †Terminada†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora