"Nunca sola" †Terminada†

Final parte II

Taehyung había salido muy de mañana al mercado local, compraría todo lo necesario para el altar del padre de Isabella, cuando ella despertara todo estaría listo. También compró flores para llevar a cementerio.

Al no sentir el cálido cuerpo de Tae a lado suyo, se incorporó de inmediato, apartó las mantas, llamándolo. No obtuvo respuesta. Se levantó y fue al cuarto de baño para comprobar que tampoco estaba allí. Fue a la sala y Tae la recibió con una enorme sonrisa y un:
–¡taaaadaa! –abriendo los brazos de par en par dejándola ver lo que había hecho. A su espalda Taehyung había arreglado un maravilloso altar lleno de frutas y pan en bellos recipientes de cerámica de color rojo. Flores, cadenas de papel e incienso, colocó velas blancas en candelabros del mismo material y color donde colocó el pan y las frutas.

La expresión en el rostro de Isabella era justo lo que esperaba.
–Taehyung, cariño. –no debía llorar sin embargó... Él se había tomado el tiempo para hacer algo así por ella. Fue hasta él y lo abrazó rodeándole la estrecha cintura y murmuró un gracias contra su cuello.

Isabella encendió incienso, hicieron reverencias y una oración.

Luego salieron a almorzar, Taehyung la llevó aún restaurante que encontró un día caminando con Jungkook, la dejo en la mesa y luego se acercó al mostrador para solicitar el servicio, regreso a su lado y comenzó a acariciarle el cabello.
–¿Estas bien?– preguntó al verla ensimismada mirando hacia la calle a través del ventanal del local.
–Si. –contesto quedó y luego lo abrazo.– es solo que este día siempre me pone algo melancólica.
–No es para menos.
Una mujer mayor se acercó a la mesa llevando dos cartas, entregándoselos comenzó a limpiar la mesa de formaica.
–¡Aigo! Ustedes si que son lindos, tendrán hijos muy guapos, ya lo verán.
Avergonzados ambos agradecieron el cumplido, Isabella se cubría la cara con la carta.

Tae compró flores y era hora de llevarlas al cementerio.

Tomaron el subterráneo.
–¿Esto te gustará mucho? –Taehyung le pasó uno de sus audífonos. La melodía le encantó, lenta y sexy, como él.

Camino a su lado sosteniendola por la cintura. Sonrientes atravesaron el cementerio hasta llegar al lugar donde se encontraba la vitrina con las cenizas de su padre. Pero se le heló la sangre. Una mujer vestida de negro estaba allí, alta, delgada, de cabellos lacios y largos sostenidos por un listón del mismo color de la ropa.

Isabella no recordaba a su madre, cuando soñaba con ella, no podía ver su rostro o escuchar su voz.

–¿Quien es usted? ¿Qué hace aquí?– preguntó sorprendida y molesta.

La mujer que estaba de rodillas, regresó a mirar a la chica para luego incorporarse con lentitud sosteniéndose de la pared.

Taehyung, a su espalda la sostenía por los hombros. Él también estaba desconcertado ante la mujer aún que percibió cierto parecido con Isabella.

–Isabella, ¿Has estado bien? Has crecido muchísimo.

La chica frunció el entrecejo. ¿Cómo se atrevía?
–¿Qué hace aquí? –volvio a preguntar con voz agitada, desesperada.
–Yo... Quise visitar a tu padre...
–Y, ¿ya para que? ¡Váyase! No tiene nada que hacer aquí.

Taehyung susurro en su oído.
–Este no es el lugar.
Isabella regresó a mirarlo molesta, pero no con él sino con la mujer que tenía enfrente.
–¿Sabes cuántas veces mi padre paso las noches fuera la dela casa, con la esperanza de que esta mujer volviera? ¿Sabes cuántas veces lloré hasta quedarme dormida, creyendo que se había ido por mi culpa?– de los ojos de la chica comenzaron a brotar lágrimas que le bañaron las mejillas.