Recordaba cada detalle sin olvido alguno, la presión del aire al caer de una gran altura, el latir desenfrenado de su corazón, su grito desgarrador de miedo y el movimiento de su cabello.
Aunque deseara olvidarlo, el miedo y los nervios seguían ahí, en su cabeza, recodándole que estuvo a punto de morir si no fuera sido por Iron Man.
- ¿Está bien, señorita? –murmuro la enfermera que la estaba revisando, aunque no le hubiera pasado nada, aquella enfermera había decido cambiar el vendaje de la mano de Kate.
Al notar la mirada perdida de la joven había sentido cierta lastima por ella, porque el sentir la muerte tan cerca no era algo fácil, aunque sabía que todos tenían que lidiar con eso.
Desde que lo vengadores se hicieron los protectores del mundo no había dejado de pasar malas cosas, el mundo estaba peor que antes de su aparición.
Kate asintió y parpadeo varias veces volviendo en sí.
- Claro, estoy bien –la chica le regalo una sonrisa mientras recogía su mano lastimada y la ocultaba como si fuera algo prohibido.
- Bien... -la mujer boto a la basura el vendaje sucio y guardo todos sus artilugios antes de volver a la chica.- el joven con el que llego, la está esperando afuera con la pequeña, ambos están ansiosos de volver a verla.
- Gracias.
Sonrió por inercia y se bajó de la camilla dándole paso a otro herido del ataque.
El ataque al metro. Eran como los medios de comunicación habían decidido llamar lo sucedido en la mañana, no sabían quién era aquel hombre que controlaba el metal a su gusto, solo tenían pocas imágenes que ni siquiera habían servido para reconocerlo.
Hubieron heridos y pocos muertos, solo podía contarse con infraestructuras dañadas como la vía que los llevaba todas las mañanas en metro a la preparatoria, estaba destruida totalmente.
Lo recordó, de nuevo. Cuando Iron man la había rescatado había hecho chistes, aunque en el fondo estaba llena de miedo y no podía controlar el temblor de sus manos. Su vista se nublo recordando el instante en el que le tiro su hermana pequeña a Peter, dejarle en sus manos su vida entera.
- ¿Kate?
Se sobresaltó al escuchar la voz de la persona que menos quería ver en ese momento. Stella Sprayberry se acercó más a su hija y la abrazo por los hombros, sabiendo muy bien que ella nunca respondía sus gestos cariñosos.
Kate se mantuvo estática en su lugar y cuando la mujer dejo de abrazarla, acomodo su cabello castaño. Subió la mirada encontrándose con la mujer que le había dado la vida pero a la vez, se la destruía cada día.
Estaba como esperaba encontrarla, con el cabello despeinado, maquillaje corrido y camisa con alarmante escote.
- ¿Qué haces aquí? –le pregunto sorbiendo mocos.
- Quería saber si estabas bien y-
- Lo estoy, ahora puedes irte...
Kate seguido su camino rodeándola y dejándola con la palabra en la boca. Lo odiaba, odiaba tener que ser cortante con ella pero lo menos que quería en esos momentos era un discurso ensayado por su madre.
Al llegar a la sala de espera, Peter Parker y May estaban allí, con la pequeña Maya en medio de ellos. Kate acelero sus pasos y en cuanto Peter noto su cercanía se levantó rápidamente para envolverla en un abrazo lleno de sentimientos.
Kate no pudo evitar soltar las lágrimas sobre el hombro de su mejor amigo.
No quería perderlo y él tampoco quería hacerlo.
Al otro lado, donde había Kate había dejado a su madre plantada, Stella estaba está mirando la escena entristecida porque ella nunca había podido ofrecerle felicidad y tranquilidad a su familia.
Desde el momento en el que aquel hombre de ojos cafés se había atravesado en su camino, toda su vida tanto profesional y personal se habían ido al suelo.
Cuando ella no único que había hecho era ser una científica con el secreto mejor guardado.
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Golden Sun: FIRE LINE ❖ PETER PARKER
FanfictionKate Sprayberry, siempre pensó que no tenía nada de especial, vivía en un viejo edificio en Queen, iba a una escuela pública y tomaba el metro como cualquier otra persona, pero luego de que el vagón del metro donde viajaba hubiera quedado en medio d...