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La entrevista de trabajo comenzaba dentro de diez minutos, acomodé mí corbata y revisé por milésima vez los apuntes que guardaba en el maletín que estaba sobre mis piernas. Suspiré profundo, tengo que conseguir este trabajo.

—¡Empezaremos las entrevistas, por favor, serán grupos de cinco personas! Los demás sean pacientes, pronto llegará su turno.—la rubia qué estaba parada frente a la puerta donde estaba mí sueño, sonrió y comenzó a pasar los grupos.

Mi garganta estaba seca. No pasaría nada si me levanto por solamente dos minutos. ¿Cierto?

Dejé mi maletín en donde estaba sentado, y me dirigí a la pequeña mesa donde tenían botellas de agua, tomé solo una. La tapa estaba muy dura, ¿Por qué las dejarían tan cerradas? ¿Acaso nadie nunca las abriría? No tiene sentido. Tomé con fuerzas la parte de abajo, y cuando finalmente el tapón cedió la parte dónde la tenía apretada también.

Mis ojos contemplaron en cámara lenta ese gran chorro de agua que salía disparado de la botella, cuando levanté la vista me encontré con la mirada de «voy a matarte» de un chico.

—¿Acaso no piensas disculparte?

Parpadee un par de veces hasta que finalmente pude reaccionar.
—Lo siento mucho señor.—tartamudeé un poco mientras hacía una leve reverencia.

—¿Señor?—levantó su mano cómo si estuviese a punto de golpearme, cerré los ojos con fuerza— Vete por favor, antes de que te dé un golpe de verdad y por cierto, este traje es carísimo.

—Gra... —un momento, solamente había sido un accidente. ¿Pegarme? ¿Quién rayos se cree? ¿El dueño de la compañía?— Oye, en serio, fue un accidente nada más y ya me disculpé, prometo que lo vas a superar.

Todo el edificio quedó en silencio.
Me miró como si estuviese a punto de matarme, tragué saliva.

—Si me disculpas, tengo una entrevista a la que ir.

Apretó los labios y luego ladeó una sonrisa, fue un poco espeluznante.

—Bien. Suerte en tu entrevista.

Agaché la mirada, y él pasó a mi lado empujándome con fuerza. Suspiré.

¿Qué más podría salir mal? Regresé a mi asiento, con la botella a la mitad.

—Eres hombre muerto.—me dijo la chica que estaba a mi lado.

—¿Cómo?—puse toda mi atención en ella, mientras mi entrecejo se frunció ligeramente.

—Ese de ahí.—dijo mirando en dirección al bruto con el que me había topado, por pura casualidad él también me estaba viendo y directamente. Mierda— Ese, es el hijo del presidente de esta empresa, Kim JongIn.

—¿El hijo del presidente?

Me golpeé la frente, eres un estúpido KyungSoo, ahora jamás tendrás empleo en un lugar como este. Miré nuevamente donde estaba este tipo JongIn, quién ahora sonreía con picardía.

Sí, sí bastardo, ya sé quién eres.

—Es su turno.—la rubia apareció nuevamente, suspiré resignado, a pesar de que no logre obtener el trabajo por insultar al hijo del presidente. No perderé mí orgullo frente a nadie, y aún así debía intentarlo.

Cogí mi maletín y lo apreté firmemente. Tragué saliva, siendo el último en fila entré por la puerta indicada, mantuve mi dignidad por el cielo y ni siquiera pensé en voltear para ver al tipo ese.

—Sean bienvenidos. Vamos a empezar con las entrevistas individuales. Primero empezaremos con las mujeres y después con los hombres, al final solo dos tendrá el puesto ¿Están listos?

La entrevista iba bien, todos respondían lo que se suponía debían decir, llegó mi turno, fue sincero y actúe naturalmente. Puedo asegurar que este puesto es mío, después de quince minutos de una espera silenciosa, los que estaban en la mesa estaban listos a dar respuesta.

—Bueno, no fue fácil, pero como dije, solo dos personas quedará en la empresa, y esa persona será Kang Eun Jae.

Mi corazón se detuvo, tenía muchas ganas de llorar e irme gritando, esto era por lo que me había esforzado tanto.

—Les agradezco a los demás y...—la puerta se abrió de golpe, la figura de un hombre se hizo presente— Señor Kim, no lo esperábamos aquí.

Todos se levantaron e hicieron una reverencia, todos menos yo.

—Tú.—me señaló y alcé una ceja— Sí tú, el pálido osado, tú vienes conmigo. Estás contratado.

—Señor JongIn disculpe pero su padre, —la chica estaba hasta temblando— solamente ofrece dos puestos de trabajo. Uno es de Lee Mae Seok y el otro de ella Kang Eun Jae.

—¿Acaso dije que el trabajaría para mi padre? Él, señorita Lee, él será solamente para mí.

Entrecerré los ojos pensando en sus palabras. ¿Seré para él? No me jodas.

—Oye, ¿quién dice que quiero trabajar para ti? —solté de golpe, mientras me ponía de pie. Primero estaba mi orgullo.

—Oh sí, ¿Tienes otra propuesta de trabajo esperando por ti? —agaché la mirada y me mordí la lengua, no tenía. Y si bien trabajaba para él, también podría trabajar en este empresa que es mi sueño— Eso pensé, ahora sígueme.

Ahora trabajo para Kim JongIn.

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Este fue mi primer FanFic, así que posiblemente muchas cosas sean raras y fuera de lugar JAJAJAJ, pero acá estamos para distraernos. Gracias por leer. ♡

asistente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora