2.

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Trabajar para el hijo del presidente es casi cómo una forma indirecta de trabajar con él. ¿Cierto?

Decidí seguirlo en silencio, responder solamente si y no. No pregunté absolutamente nada en todo el camino de la sala de entrevistas hasta la gran oficina—que supongo es el lugar que papi le dio—, siendo sinceros dudo que haga algo productivo.

—Puedes sentarte KyungSoo. —dijo JongIn mientras tomaba lugar del otro lado del escritorio. La oficina era moderna, y con un buen diseño, los sillones de los lados se miraban cómodos y costosos.

Tomé asiento, puse a mi lado el maletín negro.

—¿Y bien? —dijo JongIn— ¿No tienes curiosidad de saber de qué es tu trabajo?

Miré al rededor, analicé el transcurso de todo lo que había pasado, y finalmente se me vino a la cabeza.

—Oye, no tienes ninguna obsesión maniática ni nada por el estilo ¿O sí? Porqué déjame decirle, ya me vi 50 sombras de Grey, y no creas que va a pasar algo similar.

JongIn abrió los ojos como platos. —¿Qué? No, no oye, soy heterosexual.

—Todos dicen eso.

—¿Qué?

—Nada. Solo dígame, ¿para qué estoy aquí?

Empecé a tronar los dedos de mis manos, es una costumbre que tengo desde niño. Lo hago cuando estoy nervioso, aburrido, y en ocasiones solo porque sí.

—Serás mi asistente personal. —puso los pies en el escritorio y reclinó el asiento hacía atrás.

—Está demente. —tome mi maletín y me paré, su asistente personal, claro— No estoy para juegos señor JongIn.

Él sonrió recobrando la compostura, tomó un pedazo de papel y un lapicero de la bolsa que tenía la camisa.

—Léelo. Me dices que te parece. —lo peor de todo es que me habla con tanta informalidad— Pero primero, toma asiento otra vez.

Fruncí el ceño, pero hice caso.—A ver, qué rayos es es.... ¿5,000 dólares al mes? Usted está loco.

JongIn se tiró una carcajada.

—¿Te gusta la locura Do KyungSoo?

Tragué saliva y miré el papel de nuevo, no era un pago que encontraría en cualquier lugar. Además si trabajo lo suficientemente bien, podré acercarme a la compañía de su padre y lograr tener un puesto formal ahí. Pensaré en este trabajo como un segundo plan porqué necesito el dinero.

—¿Qué se supone tengo que hacer como su asistente personal? ¿Encuerarme con usted? O aún peor... —me llevé una mano a la boca— ¿Encuerarlo a usted?

Enrollé el papelito y lo guardé en mi bolsillo, era una cantidad ridícula de dinero para ser asistente personal. Seguro desearía que le bajara la luna, u otra cosa para pagarme ese monto de dinero.

JongIn se puso de pie con una sonrisa de oreja a oreja.

—Creo qué estás pensando mucho. Un asistente personal, se encarga de llevar la agenda planificada de su jefe, notificarle de eventos, reuniones y cambios de planes. Tomar nota de los números de las chicas que quieren...tú sabes—tomó una pausa y me miró—, incluso salir un rato para divertirse.

—Yo creo que si la oferta sigue en pie, puedo aceptarla. Pero con una reducción de sueldo, algo que sea más realista. —solté, JongIn me miró nuevamente con una sonrisa de lado.

—Un momento, lo que dije es algo que usualmente se hace cómo asistente personal, pero tú no serás cualquier asistente. Serás mí asistente personal. —comenzó a caminar por detrás del asiento dónde me encontraba, fruncí el ceño, si era así ¿En qué tendría que basarse mi trabajo? ¿Cual sería la diferencia? Entonces estaba en lo cierto desde un principio y este tipo era el señor Grey pero en versión coreana.

—Entonces... ¿Qué haré como su asistente personal? —la voz se me quebró un poco, mierda. Estoy nervioso, no tengo idea de que pasar
por su cabeza.

—Todo lo que te diga. —respondió rápidamente, puso sus manos en mis hombros. Definitivamente estaba detrás de mí y muy cerca, demasiado. No me moví, ni hice ningún movimiento brusco para que no se diera cuenta lo incómodo que me estaba poniendo.

—¿Todo? Señor JongIn, pienso que eso es un poco extremo. —me reí incómodo y intenté hacerlo sonar como si no me tomara en serio sus palabras.

—¿Extremista? —JongIn apretó mis hombros, para después soltarlos y regresar nuevamente a su lugar, quedando  frente a frente.

—No, yo no quise decir eso, solo...Sí por ejemplo, un día me dice que tengo que bañarme con usted, ¿tengo que hacerlo? —solté una risa bromista, junto con esa pequeña broma, él no se inmutó, más parecía que le había dado una idea.

—No lo había considerado. Pero tal vez, si se da la ocasión.

Abrí los ojos como platos. —JongIn usted dijo que no es homosexual.

—Pero tampoco soy homofóbico, así que no hay problema. No me sentiría incómodo al bañarme contigo. —suspiró y ladeó el gesto, agache la cabeza, tal vez para él no es un problema.— ¿Tú eres homosexual?

Tragué saliva.
Nunca me había considerado totalmente heterosexual, pero tampoco que me atraían solo hombres. Sí, he tenido novias, he tenido sexo con mujeres y también con hombres.

Sacudí la cabeza ligeramente. —No.

—¡Perfecto! Entonces tampoco tienes problemas sobre tomar un baño con otro hombre desnudo. —sonrió

Definitivamente está loco, empecé a tronar los dedos nuevamente.

—No hagas eso, puedes arruinar tus manos.

Lo miré. —Eh, por supuesto. Fue un gusto conocerlo y hablar con usted, gracias por la oportunidad nos vemos mañana.

Me encaminé rápidamente a la puerta para largarme de aquí de una vez por todas, y salir de esta atmósfera tan incómoda.

—¿Oye, no olvidas algo? — JongIn habló tranquilamente como si estos temas fueran cualquier cosa para él. Me detuve en seco y me vi obligado a voltearme para verlo, Se estaba acercando a mí quedando a pocos centímetros de distancia.

—¿Qu-ué he olvidado? —alcé una ceja.

—Tu horario, reglas, beneficios del trabajo. Cosas importantes para todo empleado creo.

¿Beneficios? ¿Tendré?

—Oh claro, sí tiene razón, lo siento.

—Estabas huyendo. —dijo sereno— De mí, y de la situación.

¿Cómo es que maneja todo con calma? ¡Joder es tan desesperante!

—¡Para nada! Señor Kim, le aseguro qué no era así...es que tengo...tengo...una reunión importante con unos amigos.

Me miró de arriba hacia abajo. —Toma mi número, me llama más tarde cuando termines con esa reunión tan importante.

Me dió en otro papel su número, sin más decir regresó al escritorio y empezó a digitar en la gran computadora Apple.

Arrugue el papel y lo metí en mi bolsillo. Salí del edificio un poco mareado, no comía algo sólido desde ayer por la tarde.

Me detuve para sacar el celular de mi bolsillo, y marqué a la persona que siempre pagaba por nuestras salidas.

—¿Hola? ¿BaekHyun? Necesito que hablemos, te enviaré la dirección.

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