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Un fuerte ruido hizo que abriera los ojos, miré a mí lado y JongIn no estaba. De mala gana me vi obligado a levantarme, busqué mí ropa y empecé a vestirme, estando ya listo vi mí el reloj que estaba a la par de la cama.

¿Tan temprano era? 7:45 de la mañana.

Suspiré, tomé mí maletín para ya por fin ir a mi departamento.

El verlo así me sorprendió, estaba en la cocina solamente con una toalla atada a la cintura, estaba cocinando o intentado cocinar pues se quejaba del aceite salpicante que caía en sus manos. Me reí por lo bajo, caminé de puntillas, como si fuese un fugitivo que trata de escapar de la prisión donde tiene que cumplir condena, cuando sin aviso JongIn se volteó.

— ¿Vas algún lado?

Apreté los labios. —Al trabajo, a la oficina.

—Ven, vamos a desayunar. —e reí otra vez, él frunció el ceño. —¿Qué te parece tan gracioso?

Tomé con más fuerza mí maletín, y enrolle mi mano tras la espalda, me parecía divertido, claro que sí.

¿Qué cree que soy? ¿Su esposa?

—Qué tengamos sexo un día no significa que estemos saliendo, no es necesario que estés preparando el desayuno.

Su cara de cambió, miró sus manos y frunciendo el ceño se dió la vuelta.

—Claro, tienes razón. Eso lo sé, no eres el primero que se levanta de mí cama después de una noche de sexo, tenía hambre y me levanté a cocinar. Te vi y lo más educado de mí parte era ofrecerte, pero sí no quieres ya no tiene sentido que sigas ahí parado.

—Bueno, nos vemos en la oficina entonces. —dije finalmente para encaminarme a la puerta principal.

—No.

Me detuve, ¿Qué? ¿Me va a despedir por eso? Toqué la manija de la puerta, pensando en si irme de todos modos o preguntarle el porqué no. Permanecí dándole la espalda.

-—¿Por qué no?

—Hoy no voy a la oficina tengo otras reuniones, no tiene sentido que vayas si no estoy. Recuerda eres solo mío, no tienes porqué estar a cargo de otras personas. Vete a tu departamento, mañana es otra historia.

Su respuesta me dejó en shock.
Tanto, que me tomó tiempo el salir tras esa gran puerta que tenía frente mío.

En cuatro minutos ya me encontraba en la acera caminando directamente a el departamento, tomé mí teléfono y le marqué a BaekHyun.

Lo que empezó a preocuparme fue que no me respondiera, diez llamadas perdidas. Algo no estaba bien, miré a mí lado izquierdo y vi el lugar donde trabaja. Baek no es de las personas que no contestan una llamada, más si es una de las mías, él siempre, siempre, lo hacía. Debía ver si se encontraba bien.

Miré a ambos lados antes de cruzarme la calle, entré y me dirigí a donde estaba Ji Hyu la de recepción.

— ¿Disculpa, sabes si Byun BaekHyun vino a trabajar hoy? Traté de localizarlo y no me responde.

— ¿Él no te responde? Eso es muy raro, acabo de tomar el turno por lo que no podría decirte si Baek está bien, o sí vino a trabajar.

Suspiré. — ¿No hay otra forma de saber si está en su oficina?

Ji Hyu me miró pensativa.

—Él no se ha presentado al trabajo, de haberlo hecho. Ya lo sabría. —la misma voz de anoche, me volteé para quedar cara a cara con Park ChanYeol

asistente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora