Capítulo 13

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Sara acababa de hornear sus galletas. Se secó el rostro, se cambió la ropa y salió al parque. 

La luna envolvía todo con su claridad fantasmal. No soplaba ni siquiera una brisa suave. La noche era calurosa y espléndida.

Nadó durante un largo rato, después se estiró de espaldas sobre el agua y permaneció flotando mientras miraba las estrellas.

El perfume del verano la envolvía con su caricia imperceptible. Las primeras chicharras cantaban enloquecidas entre las ramas de los plátanos, anunciando más calor, y el concierto se completaba con grillos y ranas.

Había tratado de mantenerse ocupada durante todo el día, pero ahora, fresca y relajada, los pensamientos no le daban paz.

El rostro de ____ aparecía constantemente en su mente y se preguntaba cómo le habría ido. Todo lo que estaba sucediendo las había unido mucho más intensamente, que si las ligara un parentesco de sangre. Sentía que la quería, que deseaba protegerla y ayudarla, hasta ver paz en esos profundos ojos marrónes, que desde hacía más de dos meses estaban tan atormentados.

Buscaba entre sus recuerdos algún sentimiento que la acercara a su hermana, pero se dio cuenta de que por más que lo intentara, la sentía como a una extraña. No podría perdonarle nunca, todo el daño que le habían hecho a ____. Tanta mentira, tanta hipocresía le provocaban un rechazo más allá de la furia, más allá del enojo.

Cuando salió del agua ya había tomado una decisión. Ahora dormiría tranquila.







  •••


El ascensor antiguo, de puertas trabajadas distrajo un poco la atención de ____, mientras subían. Hoseok la llevaba de la mano, y de tanto en tanto se la oprimía dos veces, con dos apretones cortos, a los que ella respondía de igual manera; era una especie de código que los unía sin palabras en determinados momentos. Dos apretones significaban "te quiero"; tres, "te estoy besando", y así seguía...



—Van a tener que esperar un ratito. Se adelantaron un poco. Siéntense, por favor —les dijo una señora con tono amable antes de retirarse.



Estaban en un recibidor algo estrecho, del cual salían varias puertas hacia distintas direcciones. En una de las paredes podían verse placas enviadas desde diferentes países, principalmente de Alemania, a través de las cuáles se alentaba y distinguía la tarea que realizaba esta organización.

En un rincón había una mesa baja entre dos sillones, con material de lectura, seguramente para acortar las esperas. Sobre la pared en que se apoyaban los asientos, un poco más arriba, había dos paneles enormes. En el de la derecha se veían fotos de bebés y de chicos pequeños, algunas de las cuales estaban acompañadas por otras fotografías, de las mismas criaturas, cuando eran más grandes e incluso adolescentes, por lo que dedujeron que habían sido tomadas recientemente. Eran los hijos de desaparecidos que habían sido encontrados hasta el momento, la mayoría restituidos a sus verdaderas familias.

En el panel de la izquierda había fotografías de jóvenes, solos o en pareja, y a juzgar por los peinados o la vestimenta se notaba a primera vista que eran de otra época. Debajo de todas las fotos había nombres, edades y fechas. ____ se puso a buscar entre esos rostros algún mensaje oculto, algunos rasgos parecidos a los suyos, alguna mirada que la emocionase. Los iba observando como si tuviesen vida, acaso como si esperara que de pronto salieran del panel y pudieran hablarle para responderle todos los interrogantes que la sumían en esa angustia tan profunda.

De golpe detuvo su mirada y apretó la mano de Hoseok que observaba los rostros al igual que ella. Los ruidos a su alrededor se detuvieron. No podía explicar lo que sentía. La chica de la foto parecía sonreírle diciéndole: "Aquí estoy". Se parecía a la fotografía que tenía la mamá de Hoseok, pero ésta era mucho más nítida. El rostro de la chica, en un primer plano, estaba mirando de frente, con esos enormes ojos tan parecidos a los suyos, con una sonrisa feliz y dos hoyuelos idénticos a los que ella tenía a los costados de la boca. El cabello largo y castaño sólo se diferenciaba del suyo, por la forma del peinado y por terminar con mechones enrulados en las puntas. "Maria Narváez —leyó— desaparecida en Derry City el 13 de marzo de 1999. En el momento del secuestro, estaba embarazada de seis meses".

My True Identity>> J-Hope y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora