Capítulo 18

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Estaban sentados sobre los troncos grises y pelados de enormes eucaliptos que dormían —desde hacía meses o años—, definitivamente sobre el suelo.

Sus respiraciones agitadas trataban de recobrar la calma, después de la loca carrera que habían hecho para alcanzar a contemplar la puesta de sol. Había valido el esfuerzo. ____ cerró los ojos para tratar de grabar lo que había visto.

El cielo, desde el horizonte hasta casi la mitad, en la zona del ocaso, era una masa uniforme, anaranjada y rojiza, con tintes violáceos, cruzado con algunas nubes densas y delgadas, teñidas de un azul intenso. Una miríada de rayos luminosos las atravesaba, creando un efecto alucinante. Una tropilla de caballos salvajes, de crines y colas larguísimas, galopaban sobre la orilla húmeda de la laguna y más allá, el agua descansaba en un espejo calmo y plateado. La otra orilla contrastaba a lo lejos con las torres negras de sus edificios, que se elevaban hacia el cielo, y que iban encendiendo poco a poco sus luces de neón.

—¿Vamos a contar cuentos de terror?

La voz de Taehyung los volvió a la tierra. La noche avanzaba dentro del bosque y las primeras luces de las luciérnagas comenzaban a encenderse y a vagar, intermitentes, entre los troncos oscuros, como si fuesen duendes del bosque.

Se acomodaron en ronda, algunos sobre los troncos y otros sentados sobre el suelo. Estuvieron un largo rato contando historias de asesinatos, supersticiones y aparecidos. Era una noche oscura y las estrellas hacía rato que brillaban sobre sus cabezas.

—¿A ustedes no les parece que esas luces se están acercando cada vez más? —preguntó Paula.

—Esas no son luces —dijo Lucia con voz grave—. Son los lobos de un solo ojo, que desde hace años vagan por el bosque durante la noche, esperando que alguien se atreva a venir, para arrancarle uno de los ojos y volver a recobrar su aspecto de hombre.

—Y sus presas —agregó Tae—, al quedar con un solo ojo. quedan hechizadas y se convierten a su vez en lobos del bosque.

—Déjense de decir pavadas que son luciérnagas —dijo ____.

—No, en realidad son lobos, una especie de coyuyos, mucho más grande que las luciérnagas. Y se acercan porque son muy curiosos —dijo Nina.

—Ya salió la intelectualoide a romper el clima de miedo... —se quejó Jimin.

Una sombra grisácea pasó rozando la cabeza de Paula.

—¿Qué fue eso,?

—¡Un murciélago! —gritó Nina.

—Sí, y ahora estamos atrapados, los lobos de un solo ojo no nos dejarán pasar por el bosque. Y aquellos potros son los cuidadores de la entrada de la laguna. Ya vienen hacia nosotros los vampiros, a chupar nuestra sangre. ¡Recen o lloren! Igualmente no se salvarán... —dijo Lucia con voz de ultratumba.

—¡No jodas! —le contestó Natalia—. ¿No ves que está asustada en serio?

Tae y Jimin se largaron a reír.

—Me parece que la que está asustada eres tú, no Paula.

—¿Trajeron linterna? —preguntó Nina—. Miren que tenemos que cruzar por ahí adentro y no se ve nada.

—El que ose cruzar por mis páramos tendrá la maldición eterna... Auuuuuuuuuuuuuuuu —siguió Lucia.

____ y Hoseok se reían con ganas.

—Bueno, volvamos... No jodan...

—Volvemos, pero con una condición, Pau —dijo Jimin.

—¿Cuál?

—Que vamos contando historias de miedo y vos venís bien cerquita mío. Y si querés, yo puedo hacer un esfuerzo y llevarte abrazada...

Comenzaron a regresar, caminando en medio de esos árboles oscuros y enormes, excitados por el misterio de los susurros que quebraban el silencio, por los ojos rojos que brillaban en la oscuridad, por algún vuelo rasante que oían sobre sus cabezas, por el sonido de sus propios pasos sobre las ramas secas.

Cuando al fin llegaron del otro lado, la luna estaba filtrando sus primeros rayos a través de las copas de los árboles y ellos sentían que estaban impregnados con toda la magia del bosque y de la noche.

My True Identity>> J-Hope y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora