Capítulo 32

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Nadie había querido ir al aeropuerto. Sara se había levantado casi al amanecer y estaba alimentando el horno a leña, para quemar las últimas piezas de la serie.

____ y Hoseok iban al galope, callados, sobre el camino de las defensas nuevas. Cuando llegaron al bosque se bajaron y ataron las riendas de Espartaco al alambrado para que pudiera gozar de cierta libertad.

—____—le dijo él abrazándola con fuerza—, quiero que nos casemos. Por favor, no te vayas con ellos.

Ella trataba de no llorar.

—No quiero ir con ellos, Hobi, Pero tampoco estoy preparada para casarme. Sara me propuso vivir con ella, y los demás... Joanne, Saida, Oliver, hasta tu mamá. Pero no sé cómo explicarte lo que me pasa. Me siento terriblemente sola. Yo sé que están todos a mi lado, pero... es como si un terremoto hubiese tumbado mi casa con todo lo que tenía adentro, con mis juguetes de cuando era chica, con los libros de cuentos, con mi bicicleta, con mis patines, con mis viejos, con mis abuelos, hasta conmigo misma. Y de pronto alguien me salva. Estoy afuera de la casa, pero todo está destruido. Hay otras casas, hay otras gentes, hay otros abuelos, hay otros tíos, pero ya nunca más va a ser lo mismo. Y duele. Estoy mirando las ruinas de todo ese terremoto y no sabes cómo duele. Y nadie puede ayudarme.

Hoseok la abrazó en silencio.

Flor estaba sentada en uno de los sillones de la sala, cuando vio llegar a ____.

Hoseok la había dejado sola a pedido de ella y ahora cruzaba el parque despacio, deliberadamente, mientras lo saludaba con la mano y una sonrisa triste.

Cuando entró en la casa lo primero que la recibió fue una oleada del perfume de su madre y casi simultáneamente el abrazo apretado, y después el llanto de las dos, que terminó en sollozos ahogados.

Después de un largo rato de llorar abrazadas, Flor la miró y comenzó a hablarle.

—Mi amor, chiquitita, cuánto habrás sufrido todo este tiempo, tan lejos de nosotros.

____ la miraba en silencio. Ya no lloraba. Trataba de buscar adentro suyo todo el odio que había ido sintiendo desde que se enterara de su adopción, pero —extrañamente— la invadían sentimientos confusos, en los cuales se entremezclaban la bronca y el amor.

En ese momento se sintió la voz de Santiago desde la habitación. Flor se puso de pie y fue a vestirlo, mientras desde allá le decía a ____, alzando la voz:

—Ya vamos mi cielo, espera que lo ayude a papá a ponerse lindo para verte.

____ tomó fuerzas. Se levantó y buscó la copia de la carta reveladora, que guardaba en su habitación. Se miró en el espejo de su cómoda y salió resuelta a la sala para enfrentarlos y echar por tierra todas sus mentiras.

En ese momento Flor salía del cuarto llevando la silla de ruedas. Santiago parecía su propio abuelo. El cabello que siempre había llevado casi rapado, se veía bastante largo y encanecido, y dejaba al descubierto dos enormes entradas, como si la frente se le hubiese agrandado. Había adelgazado mucho y la piel del rostro le colgaba a los costados de sus mejillas en pliegues gruesos.

Lo que más impresionaba era su mirada. Siempre había sido dura, penetrante, y ahora se veía como ausente, subrayada con enormes ojeras, y al ver a ____ no paraba de llorar, mientras le decía con voz apagada: "¿Viste lo que me pasó?".

Ella lo abrazó con ternura, como si la nueva imagen de quien siempre le había dicho ser su padre, fuese algún abuelo desprotegido, intentando convocar a los vivos a través de la lástima, al sentirse cerca de la muerte.

No tuvo valor de enfrentarlo. Hubiese sentido que estaba dando el golpe de gracia para acelerar su agonía. Estuvo hablando con él durante un rato y cuando lo notaron muy fatigado la ayudó a Flor a llevarlo a la cama.

Cuando regresaron a la sala ____ le dio la carta. Se quedó observando el rostro de esa mujer a la que, pese a todo, todavía seguía llamando mamá, tratando de buscar en su mente todos los justificativos posibles para poder, al menos, perdonarla.

Cuando Flor terminó de leerla, por primera vez en su vida ____ notó que estaba desesperada.

Estuvieron hasta media tarde encerradas en la sala. Sara no se atrevió a interrumpirlas y Hoseok y Laura aguardaron en su casa, luchando contra la ansiedad y las ganas de acompañarla.

Cuando terminaron de hablar y las dos sintieron que ya no quedaba nada por decir, ____ lo llamó a Hoseok y le pidió que la buscara.

El caballo galopó hasta la vieja fábrica de aceite y Hoseok , en medio del silencio que no se atrevía a romper, podía intuir que ____ ya no era la misma. Algo se había quebrado adentro de ella.

La tomó de las manos y esperó que ella hablara.

—No puedo... No puedo dejarlos ahora, mi amor. Te juro que no puedo.

Después de una pausa siguió, ante la expresión neutra de Hoseok , que la escuchaba como si estuviese hablando con un espectro.

—No irme con ellos sería como matarlo y pese a todo lo que me hicieron no puedo hacerlo. El es como si se hubiese vuelto bebé otra vez. No va a volver a caminar y sé que si yo lo abandono ahora se va a dejar morir, es como si lo estuviera condenando a muerte. ¿Me entendés? ¿Podes entenderme?

Hoseok no podía hablar. Sólo le dijo que no con la cabeza, y siguió sacudiéndola en un gesto de negación, mientras no podía evitar que le saltaran las lágrimas.

Después dejó de abrazarla y le dio una patada violenta al tronco caído de un eucalipto, mientras gritaba:

—¡Son unos hijos de puta, eso es lo que son!

____ esperó que se calmara y agregó:

—Ella me pidió nada más que un poco de tiempo para que lo hablemos los tres apenas él se recupere un poco de la operación. Si no los acompaño vamos a tener que hablar ahora y eso sería como matarlo.

—Te siguen mintiendo. Te siguen envolviendo con su hijaputez para dominarte. ¡No vayas! No podes olvidarte de todo lo que te hicieron.

—Para todos es muy fácil, pero ¿quién se pone en mi lugar? Fueron mis viejos durante toda mi vida y ahora pretenden que los odie, que me olvide que estuvieron a mi lado todo el tiempo, que los condene, que entienda que son asesinos. ¿Pero me querés decir cómo hago para borrar toda mi vida? ¿Cómo hago para olvidarme para siempre de los besos, de las caricias, de los "te quiero", de las noches de tormenta en que me llevaban a su cama para que no tuviera miedo? ¿Me querés decir cómo hago?

Hoseok no pudo contestarle, sólo la abrazó en silencio y lloraron juntos.















Penúltimo capítulo 😋...

My True Identity>> J-Hope y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora