One Shots »Captain Tsubasa/Súper Campeones

➡️Armand Callahan/Hikaru Matsuyama.

Pareja: Armand/Hikaru y _______.
Título: Etéreos copos.
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Ya era invierno, la época del año más fría en el pueblo. Muchos dirían que mudarme aquí sería difícil, pero no fue así. Desde que llegué a Furano -mi escuela- me sentí bien. Varios me acogieron como si fuera una chica que siempre estuvo ahí.

Mamá me decía que cualquier persona que me molestara avisara.
Papá me decía que cualquier persona que me molestara, me lo sonara.
Y mi hermano que con que no sea hombre todo bien.

Dibujaba en mi ventana empañada garabatos. No tenía nada que hacer ese día, y no tenía celular porque estaba descargado. Mamá hacia el que hacer y papá trabajaba. Mi hermano no estaba en casa ya que se fue a estudiar fuera de la ciudad hace un año, y soy todo lo que mis papás tienen ahora.

Una hora después desperté, me quedé dormida y yo sin saberlo. Miré el celular que ya había cargado. Tenía tres mensajes, y todos de Armand, un chico de mi escuela.

Armando Manzanero <3
¿Estás en tu casa? 16:40

¿Sigues viva? 16:59

Te dormiste, no me digas -.-' 17:20

Me reí, muy fuerte por cierto. Me conoce tan bien.

Ya deberías saberlo ;v 17:33

Sigo aquí, no se porque lo preguntas  su lo sabes.  17:33

Armando Manzanero <3
Ponte fea y un abrigo 17:34

Iré por ti enseguida 17:34

Perdón, ponte un abrigo. Fea ya estás ;v

Eso me ha dolido ;-; 17:34

Pero bueno, no tengo remedio :l 17:35

Una vez que el retraso terminó me puse el abrigo y le avise a mamá que saldría.

Ya estando afuera espere a que Armand llegara. De hecho, el no va en mi salón, pero lo conozco por Mafer, la chica que está enamorada de él. Y no la culpo, es buen chico, pero para nada me gusta.

Lo conocí porque me le preste mis apuntes de una materia que nos da el mismo maestro, y Mafer me insistió en que se los prestara. Así que bueno, todo terminó en amistad.

—Hola fea durmiente —y ni me cuenta de cuando llegó.

—Hola Armando Manzanero —dije inocentemente—. ¿Para que me querías? Tenía mejores cosas que hacer.

—Como dormir en vez de hacer tu tarea.

—Oye, te salve una vez. Por lo menos no me juzgues.

—Como sea —sonrió de lado—. Tú sólo sígueme.

Eso hice. Lo seguí pero lo estuve jodiendo todo el camino. Le lanzaba nieve y el a mi. Nos peleábamos y le metí nieve en su espalda, mientras que yo me moría de risa.

Dijo que tardaríamos un poco, así que compramos porquería y media. Me compró un helado, ya me agrada más. Y resulta que cuando llegamos me pidió algo totalmente fuera de mi alcance.

—Ni loca.

—¡Por favor!

—Armand, te quiero y todo. Pero apenas me sé mi nombre, que sepa de tiros de fútbol —era la verdad.