One Shots »Captain Tsubasa/Súper Campeones

Benji Price/Genzo Wakabayashi 🥅1🥅

Pareja: Benji y Alice (OC)

Título: Gorras.
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Habían pasado alrededor de 1 año desde que llegué a Alemania. Acostumbrarme no fue fácil, pero valió la pena. Justo ahora voy en camino a las pruebas para de la selección de Hamburgo. Varios chicos insistieron en que fuera, así que dije porque no. También porque ira Alice, una chica que se me hace linda y que por alguna razón es mi amiga.

Comenzamos mal la relación de amigos. Todo fue tan... ¿rápido? No sé cómo describirlo, simplemente pasó.

~Hace un año~

Iba corriendo junto con un amigo para ir a hacer las pruebas de la selección de la escuela. Lo conocí por ser el primero en que me habló en clases, desde entonces somos muy amigos.

—Corre, que si Alice nos ve nos mata —dijo Kaltz.

¿Alice? Jamás había escuchado hablar de esa chica. ¿Será novia de Kaltz? ¿O mejor amiga? ¿Prima? No creo, ya me hubiera dicho.

—Mejor dicho, te mata —aclaré.

Mi amigo paró el paso en seco. ¿Acaso dije algo malo?

—Lo olvidé —soltó una risa—. No la conoces.

Eso ya lo sabia. Ahora quiero que me diga.

—Mientras caminamos o mejor dicho, corremos, te explico quién es ella.

Dijo que era una chica agradable y dulce. Jamás me describió como era, pero si su personalidad. Que para ser una chica de padres separados le vale y para nada le molesta. Y yo me quejo de que mis padres estén en otro país.

Cuando llegamos, el entrenador nos pidió nombre y posición que queríamos jugar. Cuando me tocó a mi, me miró como con cierta curiosidad.

—Nombre y posición —tenía una voz sería.

—Benjamin Price, portero.

—¿Portero, eh? Muy bien —me dio unos guantes—. Defiende bien tu arco.

Tragué saliva parecía sonar muy serio con eso. Lo bueno que no le dijo nada de mi bella gorra, nadie y nunca me la quitará.

[...]

La práctica comenzó y NADA. Todos eran pésimos, excepto uno rubio más alto que un poste. El y Kaltz, no voy a dejarlo a un lado.

Yo le decía a mi equipo más o menos como defender y obtener la pelota. Noté que una chica me miraba con molestia, creo que es la asistente del entrenador.

Todo iba bien, hasta que Kaltz por poco mete gol a nuestra portería. Lo bueno que yo, el chico de la gorrita, llegó a salvar el día.

—¡Es a la otra portería, Kaltz!

—Perdón, mi error.

—Que bien que lo admitas.

—¡Oye gorras!

Todos voltearon a dónde provenía la voz. Una chica rubia de ojos azules. Era linda, pero para nada mi tipo. Parecía de las niñas presumidas, el cabello suelto y los pasadores en el fleco. Muy de niña pequeña.