➡️ Jun Misugi/Andy Johnson.

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La playa le traía una inmensa tranquilidad. Descansa recostada sobre una toalla, una sombrilla cubría su cuerpo de los rayos del sol, sintiendo el aire soplar, que por alguna razón ese aire siempre se sentía diferente. El aire en la playa gritaba eso, playa. Era húmedo y a veces se sentía salado. La fémina disfrutaba eso, dejaba que aquellos elementos la envolvieran como su fuera un abrazo; paz. Eso sentía.

Sentía aún más esa paz al ver al chico que jugaba con su mascota. Sus dos personas favoritas convivían pacíficamente, eso era como una caricia al alma. La tonificada espalda del chico brillaba gracias al sudor que recorría su cuerpo y los rayos del sol. Era un lienzo perfecto para poder escribir su nombre.

El castaño nota como la joven les ve sonriente. Él le devuelve el gesto, saludándola con la mano como si no hubieran ido juntos a aquel lugar. El perro de la fémina también ladraba al localizar a su dueña. Ambos compiten por ver quien llegaba a los brazos de la chica primero, teniendo al camino como vencedor.

-Ganaste, milaneso -la pelinegra se deja lengüetar por su mascota, quien de esa forma expresa todo el amor que tiene por su dueña.

-Eso fue injusto -el varón se sienta sobre la toalla, algo agitado por correr-. Tiene cuatro patas, yo no.

-Jun, no trates de justificarte -_______ toma el rostro el camino, fingiendo hablar por él en un tomo chillón-. Milaneso tiene razón.

Él solo rueda los ojos con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro. Toma de la mejilla a la fémina para acercar su cara a la suya, plantando un cálido y suave beso en sus labios.

-Acepto mi derrota con una condición.

-Te escucho.

-Que te quedes conmigo por siempre -el cursi comentario por parte del joven hace que la fémina se sonroje.

-Que condición tan más tonta -______ se lanza sobre Misugi, terminando acosados sobre la toalla-. Eso es bastante obvio, príncipe.

-Quería asegurarme de ello.

Ambos ríen, dando inicio a otro beso. Este fue más intenso, pasional. Se amaban con locura, siempre dejándose llevar por su corazón. Sea la primera o la última vez que se besen, la sensación es la misma. Aquella presión que sentían en el pecho, porque no cabían de la emoción y seguían sin creer que ocurría.

Estaban libres de deberes, así que se tomaron en serio eso de aprovechar el verano para ellos. Lo hacían, cada segundo era valioso que guardarían cada recuerdo con tanto aprecio en sus mentes y corazones.

Semanas más tarde, en una mañana tranquila para la pelinegra, escucha el sonido del timbre de su casa. Ella termina de servir en el razón de comida de su perro su alimento, apresurando el paso para quien sea que esté llamando a la puerta.

Al abrir la puerta, la fémina se encuentra con Kumi. Le sorprendía verla, ya que si bien se conocen, no son tan cercanas. No le iba a negar pasar a su casa, así que se hace a un lado para que tome asiento.

-¿Quieres agua?

-No, gracias -la pelinegra nota algo inquieta a la chica que tiene frente suyo.

-¿Pasa algo?

-Es Misugi -al oír el nombre de su pareja se puso alerta. Tenía miedo de que algo malo le pasara, más si se trata del tema del corazón-. Es mejor que lo veas a qué te diga, porque no lo creerías.

Kumi saca su celular, mostrándole a la fémina unas imágenes que le partieron el corazón. ______ toma entre sus mano el móvil de la chica, haciendo zoom a la imagen y parpadeando para asegurarse de que su mente no la engañaba.

One Shots »Captain Tsubasa/Súper CampeonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora