Steve Hyuga/Kojiro Hyuga ⚽1⚽.

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Pareja: Steve y Mia (AU)

Título: No hoy, no mañana, y nunca.
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—Hola, Steve —ahí estaba ella. Parada enfrente mío con una sonrisa de oreja a oreja.

—Mia —dije.

—¿Estás libre hoy en la tarde?

—No, lo siento.

—No importa. La próxima será.

Me agrada Mia, pero a veces siento que quiere salir conmigo. Y eso me da miedo. ¿Que es el noviazgo? ¿Se juega con un balón? ¿Se come? ¡No sé! Y con ella es cuando siento esa sensación. Pero me niego. No son mariposas lo que siento cada vez que la veo, simplemente es la comida. Y cuando está con otro chico no son celos, es un poco de enojo porque me agrada y es mi única amiga mujer.

Una vez que le negué la cita por milésima vez, se dio la vuelta y se fue. Pero de la nada volteó a medio camino.

—Oye, este sábado es mi cumpleaños.

—¡Lo sé! —¿que? Número uno, me acordé, número dos, me emocioné por eso.

—Si puedes ir date una vuelta en casa de mis abuelos, empieza a las 17:00.

—Me tendrás ahí —mierda.

Maldije en mi interior. El sábado teníamos juego con el Musashi y le prometí a Johnson que iría sin falta. Hace poco Oliver se fue, así que todo era raro. El punto es que desde entonces nos reunimos los equipos de las antiguas secundarias para jugar de vez en cuando. Y apostamos algo, así que con más razón iré para ganar.

—Oh, y lleva a tus hermanos. ¡Son un amor!

—Eso dices tú.

—Ja ja —rió sarcástica—. Nos vemos.

Genial. Ahora tengo dos eventos el mismo día y hora. Al diablo, no sé ni que hacer. Por una parte quiero jugar, pero también quiero estar con Mia. La rechazo siempre, esa sería una buena forma de compensárselo.

Ay Steve, ahora en que revoltijo te haz metido.

[...]

—Genial, por fin llegas —anunció Andy al verme—. ¿Listo para morder el polvo?

—En tus sueños. Eso tan casi probable como de que tu enfermedad del corazón se quite.

—Oye tranquillo, viejo —dijo en modo de burla—. Bueno, vamos a jugar.

El partido comenzó. Todo iba bien para mi equipo, era poco probable de que nos quitaran el balón. Johnson está en la banca en espera de su turno, es de alguna forma el arma secreta del Musashi.

Pero no fue un buen partido. Estaba muy distraído. Mia me espera, y yo aquí jugando. Pero ese fue mi primer compromiso, así que Mia podrá esperar un rato.

—Suficiente. Entraré yo —hablo Andy.

Ay no. Esto si que va a ser tardado.

—Gol de oro —dije—. El primero en anotar gana.

—Que raro. Eso no es normal en ti, Steve.

—Dije gol de oro.

—Hecho.

Andy no tuvo de otra que aceptar. El sólo jugará 30 minutos, así que tendré todo bajo control en estos 30 minutos.

O eso creí hasta que Andy comenzó a jugar como nunca. Y yo estando distraído le daba más ventaja. Era más veloz, mucho mejor que antes, preciso en sus pases y tiros. Este chico es la reencarnación de Oliver, pero enfermo.

Volteé a ver a una chica de lentes que estaba ahí. Ella gritó: «Andy, 20 minutos». Que lento pasaba el tiempo. Sólo quedaban 20 minutos para que Andy saliera, pero el no daba indicios de querer salir ó de cansarse. Esto me comienza preocupar... ya jamás me había preocupado así por algo.

—Vamos, Steve —habló Ralph—. Jamás te había visto tan distraído.

—¿Recuerdas a la chica con la que siempre hablo? —al parecer entendió porque asintió—. Es su cumpleaños, y yo decidí hacerlo gol de oro para terminar más rápido. Pero no fue así y todo me salió mal. Probablemente llegué tarde y Mia me odie.

—No lo creo, capitán, Mia es muy linda en personalidad. No lo odiará, pero ya no estés así Steve. El equipo te necesita para un último partido.

—¿Mia? —oh oh. Andy escuchó todo—. Mia Kimora, ¿es todo por ella?

—¡No! —dije.

—Steve, lo hubieras dicho. Así entendería —se acercó a mi oído—. ¿Ves a la chica de lentes? —asentí—. Ella es Temis, y se preocupa mucho por mi, como yo de ella. Así como tú te preocupas por Mia, ella se preocupará por ti.

—Eres más sabio de lo que creí. 

—Es un don.

—Es hora de volver la juego —anunció Richard.

Entonces volvimos al partido.

Al final ganamos, siempre es bueno ganar. A lo que voy, una vez que metimos gol dije algo: «Sí, ganamos. Adiós». Ahora estoy corriendo rumbo a la casa de los abuelos de Mia. Esta algo lejos de la cancha del fútbol. Eran las 19:56, iba ya con más de dos horas de retraso, ese gol de oro si que de extendió al igual que el rendimiento de Andy.

Y justo llegué. Había varios chicos de la escuela, algunos que conocía de vista y otros que ni en mi vida había visto. Además, vi a mi familia en la fiesta. Creo que Mia le tuvo que decir a mi mamá, es que ella ama a mis hermanos.

—¡Mia! —grité agitado por correr. Rápidamente mía dio la vuelta y se acercó a dónde estaba—. Mia, perdón por tardar pero...

—Tenías un juego hoy. Tu madre de lo dijo.

—¿No estás molesta?

—Jaja, para nada —besó mi mejilla—. Ahora estoy feliz porque llegaste.

No sé, pero sonreí como IDIOTA. Era muy notorio, lo juro.

—¿Quieres tomar algo de beber? —asentí—. Vamos.

Tomó mi mano y me guió hasta la mesa donde había muchas bebidas. Era genial, pero la vi largo decaída. Lo noté por la manera en la jugaba con el envoltorio de un dulce.

—¿Va todo bien?

—Mis padres prefieren trabajar. ¡Hoy, el día de mi cumpleaños!

—Tranquila.

—No te preocupes, lo estoy —tiro la envoltura—. Pero siempre es lo mismo.

No todo lo sería.

—Yo... —era ahora o nunca—. Tengo algo que confesarte.

—Te escucho.

—Me agradas, lo sabes. Eres mi mejor amiga y soy un idiota por no habértelo dicho antes —tomé aire—. Pero la verdad es que yo... yo...

—¿Si? —escuché ilusión en su voz. Eso me dio alas.

—Estoy enamorado de ti.

—Guau —dijo sonriente—. ¿Es normal que yo también esté enamorada de ti?

—Creo —mi cara era una mezcla de felicidad y locura. No lo creía, y lo escuché de su boca.

Mia se puso de puntillas y unió sus labios con los míos. Al principio si que fue sorpresivo para mi. La sensación era rara, pero agradable. No era como lo imaginé, simplemente rompía mis expectativas. No sabía cómo seguirle el beso, así que tomé toda mi experiencia viendo películas y la sujeté a mi porque siendo sincero, no la quiero alejar de mí.

No hoy, no mañana, y nunca.

Para ser el Steve Hyuga frío y sin emociones, con ella me sentía como otra parte de Steve que el mundo nunca vio. Y probablemente nunca la verá, sólo con ella.

One Shots »Captain Tsubasa/Súper CampeonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora