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Marzo; 2010.

Narra DaeHyun.

Era insignificante el día, comenzar las clases solo me gustaba para poder molestar al resto, solo era el comienzo de otro mal año de vida otra vez.

¿Por qué no me iba del mundo ya?

No sabía porque, supongo que hasta para matarme perdí las motivaciones.

Por suerte golpear a Park JinYoung puso un poco de emoción en mi día, había notado como me miraba luego de pelear y lo creí poco importante.

Era gracioso como ahora el niño consentido no había conseguido su capricho de ganarme y si había una próxima vez estaba seguro de dejarlo peor que ahora.

¿Cuales eran mis razones? Él era un popular que para mi vista era solo un olgazán, pretendiendo ser el papel de vida que tengo yo cuando en realidad seguro la cuna en la que se crió era de oro; detestaba a la gente así.

Me daba asco; él en especial, él era el que tenía la corona en su grupo de populares estúpidos.

Luego de esa pelea en la calle fui con Guk a por unas cervezas y las tomamos en un parque del barrio bajo, hablando un poco de cosas miserables y sombrías; lo usual.

-Perdí mi daga favorita- dijo YongGuk en lo que daba un sorbo a su cerveza.

-Eso suena mal...- supe cuanto significaba perder una navaja para alguien depresivo y con complejos suicidas tal cual yo.

-Es pésimo... ¿imaginas cuanto me urge ver sangre salir de mis muñecas? No me siento tranquilo hace un tiempo... de hecho nunca pero hacía poco me sentía al menos un poquito mejor... ahora nada- suspiró pesado el mayor.

-Te prestaría la mía... pero está en el cuarto... quizás llegando allá podrías descargarte un poco, yo igual lo necesito... Park JinYoung no me ha lastimado nada casi, es un débil- blanqueé ligero los ojos dando un trago a la cerveza con gusto.

-Imagina que bueno hubiera sido si tu de la nada lo atacabas con navajas- una sonrisa sínica se formó en el rostro de YongGuk y juntos comprendimos que bueno hubiera sido.

-Y ahora me lo dices, tonto- chasqueé la lengua ligero mirando al rededor.

-¿Crees que en este instituto te digan algo si dañas a alguien con armas blancas?-

-¿Por qué me lo preguntas? ¿crees que me importan si hay o no reglas? Si al director no le gusta entonces se comerá una apuñalada eso es seguro- aseguré tomando más de la lata en mi mano.

-Porque... ¿conoces a ese popular Kim HimChan? Hoy el me miraba demasiado mientras tú peleabas... no me gusta que me miren tanto... no estaría mal alejarlo de mi lastimándolo un poco- rió insesible.

-No estaría mal... pero si dices que es para alejarlo entonces ¿alguna vez estuvo tras de ti?- arqueé mi ceja mirándolo.

-Recuerdas esa fiesta antes del verano pasado del instituto...-

-Donde yo rompí la mesa contigo ¿no era esa?- dije intentando recordar, él asintió y prosiguió.

-En esa fiesta... un tal Zelo vino y me dijo que si su amigo me parecía lindo... yo le dije que cual, me señaló a HimChan y cuando lo miré él me miraba... ni loco salgo con un rico, entonces me negué y él estuvo toda la noche mal de las pocas veces que lo vi... luego hubieron algunas veces que en clase de educación física él quería ser equipos conmigo y en el almuerzo hubieron varias veces que se me sentó al lado... y pensé... que si hago que me tema me dejará en paz- opinó el contrario tomando más de su cerveza.

-Es buena idea en realidad... será gracioso de ver eso lo apuesto- sonreí ligero pero con complejos morbosos de solo imaginar aquello.
-Y si alguien te intenta detener se las ve conmigo- añadí, pasamos el resto de la tarde tomando aquel pack de latas de cerveza en la plaza del barrio bajo.

Al llegar el anochecer volvimos ambos hacia el instituto, las habitaciones estaban asignadas y a mi me había tocado con YongGuk como de costumbre, ya allá en la habitación YongGuk entró a la ducha primero, yo necesitaba mi daga, mi muñeca pedía un corte a gritos y sin más me coloqué en una esquina de la habitación, apuñé la navaja y corte tras corte me quedé allí relajándome de mis preocupaciones.

Más tarde, cuando YongGuk salió del baño fui yo, iba a tomar una ducha para poder vendar mis muñecas antes de ir por la cena a la cafetería y quedar sospechoso de algún rastro de sangre.

Por mala suerte los profesores tenían la vista bastante puesta en mi y mis acciones asíque de vez en cuando mi cuidado tenía que ser más cauteloso que el normal.

El rato pasó, era de noche ya y yo me encontraba al oscuro en la cama con mi teléfono, YongGuk dormía y roncaba como un miserable, a veces me daban ganas de golpearlo fuertemente cuando se ponía así de noche, volteé y cubrí mis oídos con la almohada, dejé cargando el teléfono y al rato quedé dormido sintiendo mis muñecas punzar de vez en cuando.

Esperando a tener que vivir otro miserable día más.

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A mi si me importas. || DaeHyun × JinYoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora