Capitulo 14

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Sophia

Nuestros cuerpos sudados se estremecían con cada embestida, el rocé de ambos me hacían sentir en el cielo, estaba tocando el cielo con las manos, y mis manos estaban entrelazadas con las de él, no podía pedir nada mas, estaba perdida, perdida en esta unión, perdida en el placer, perdida en sus palabras -te deseo, eres hermosa Sophia, hermosa, y solo mía. -suya, me gustaba como sonaba eso, era la gloria, cuando nuestros cuerpos chocan con mayor fuerza, se adentra a mi llenándome completamente, y lo comprendí, justo ahí, junto a un magnifico orgasmo, era suya, lo sería, lo había sido esa noche, di todo para él, me entregue sin miedo, con pasión, y una lágrima recorrió mi mejilla antes de caer en un profundo sueño donde la imagen de Cassandra llegó para torturarme, había cometido un error, no debí haber dormido con un hombre casado, estaba mal, sabía que traería consecuencias, pero ya era tarde, su cuerpo estaba junto al mio, y siguió junto al mio al despertar por la mañana.

Abrí mis ojos, la luz se filtraba por la cortina, mi cuerpo se encontraba pegajoso, cuando los recuerdo volvieron a invadirme.

Sonreí con tristeza, esto estaba muy mal, lo sabía, a mi lado estaba Santiago, me daba la espalda porque estaba boca abajo con su brazo estirado hacia mi pierna, lo aparto para levantarme y comienzo a vestirme, tenía toda la intensión de irme sin que lo notara cuando su alarma sonó y él se removió desorientado buscando su celular para apagarlo.

-¿por que estas levantada?

-Tengo clase, llego tarde. -me siento un poco idiota por haber dejado que él obtuviera de mí lo que quería, me levanté una vez estaba lista, solo me faltaba encontrar mis zapatos.

-Puedo llevarte...

-No quiero, gracias -No quería mirarlo porque sabía lo débil que me estaba convirtiendo ante él y terminaría de vuelta en su cama.

-¿Que sucede? -Su mano me detiene cuando intento abrir la puerta, no me esperaba que lo hiciera, si tan solo me dejara simplemente irme.

-Sucede que lo de anoche no puede ni salir de acá y menos volver a pasar. -intento abrir la puerta nuevamente pero este solo con la presión de su mano la cierra dejándome presa entre sus brazos.

-¿Por que no? ¿Tan mal estuvo? -¿Acaso me tomaba el pelo?

-Dejame ir.

-No quiero -Lo empujé y me acerque a la cama para tomar una de las almohadas y lanzarla a su dirección.

-Que agresiva eres por las mañanas -Gruño como un perro rabioso y vuelvo hacia la puerta, pero un movimiento brusco me hizo quedar frente a él y nuestros labios unidos.

Me estaba besando otra vez, y yo estaba dejando que lo hiciera, sus manos se aferran a mi rostro intentando tomar mas de mi y mi boca, mis labios se sientes suaves a su roce, y mi lengua no puede quedarse quieta sin sentirlo, chupo y muerdo, para volver a tomarlo, mis manos viajan rápido a sus hombros clavando mis uñas, ese es el mensaje para que sus manos hagan su viaje bajo mi blusa y acaricie mi espalda con sus manos grandes, me sentía segura bajo su tacto, estaba tocando nuevamente el cielo con las manos cuando caemos de vuelta a la cama.

-Toc-toc lamento interrumpir tórtolos, pero ambos deben ir a clase -me sobresalto por escuchar la voz de Sebastian tras la puerta, he quedado expuesta, ahora él sabe que pasé la noche aquí, y que seguramente no jugando a los carritos con Santiago.

-¡Largo! -grita Santiago dejando caer su cabeza en la cama riendo mientras la sostiene con sus manos, yo me hago a un lado y me siento, pero eso no dura mucho cuando siento su agarre que me atrae de vuelta a su pecho y deposita un beso en mi frente.

-Te llevo a tu casa para que puedas cambiarte y luego te llevo a la facultad, pero podemos bañarnos juntos.

-siento la intensión en tus palabras, pero no tengo ropa interior limpia, así que si puedes llevarme a casa para que pueda asearme.

-Hagamos algo, te llevo, me devuelvo para arreglarme y te paso a buscar, pero dejame llevarte a clase -Lo miro para intentar descifrar sus intenciones, pero lo que veo me asusta mas, porque eso es lo que veo, susto, uno real, teme algo, y me aterra lo que pueda temer por lo que me acerco a él y atrapo su labio inferior, pero él no permite que sea solo eso cuando atrapa mi labio superior y profundiza el beso acariciándome con su lengua.

-Vamos, me quiero bañar -asiente y se levanta para buscar que ponerse, no se preocupa demasiado ya que no saldrá de su coche y una vez listo me tiende su mano para salir juntos.

Al bajar tanto como Sebastian como Tomas están viendo la televisión en la sala, la hemos sacado cuando decidimos pintar el cuarto, sin embarco nadie parece extrañar la sala de juegos.

-Buenos días a los tórtolos, anoche ni siquiera me esperaron para cenar -Me atraganto con la saliva cuando un dormido Tomas se acerca abrazando mi pierna.

-Princesa loca, no quiero ver clases -Me encojo de hombros y lo alzo, el me abraza del cuello y esconde su cabeza en mi cuello.

-Debes ir cariño, recuerda que en la tarde tenemos aún que terminar de pintar el cuarto.

-¿Por que no lo hacemos ahora?

-Porque yo también voy a clase.

-Tu vas a clase -asiento entusiasmada para que vea que no es tan malo y el parece pensarlo cuando me pide que lo baje y saluda a su papa quien está agachado y le da un beso.

-Bueno, iré con el tío a clase, igual no quiero -se cruza de brazos y se ve tan tierno que da risa, nos despedimos y Santiago me guía a su auto, esta despeinado y lleva una ropa desaliñada, es gracioso también lo tierno que se ve de ese modo.

-Deja de burlarte de mi, quería estar desnudo en una ducha, pero la niña se quería bañar en su casa.

-Callate -las imágenes de él desnudo no me desagradaban para nada, solo mojaba mas mi entre pierna, necesitaba distancia porque estaba provocando demasiadas cosas en mi que no estaba dispuesta a sentir por él.

-¿Que te preocupa?

-Tu esposa. -No lo negaría, ya era grande, debía decir lo que sentía, y definitivamente esto era una espinilla en el culo en todo esto.

-Si lo dices por Cassandra, no tienes porque preocuparte, no es mi esposa, es una amiga, mas que eso... Es como una hermana para mi.

-¿Con tu hermana tienes hijos? -El me miró y supe que ese comentario estuvo estúpido o fuera de lugar, pero solo expulsó el aire y rascó su frente antes de contestar.

-Es... Es mas complicado que eso Sophia, prometo contarte todo... No te voy a mentir, lo de anoche fue, fue grandioso, y sinceramente se que entre los dos están pasando cosas, por eso no quiero arruinarlo, y quiero que sepas lo primordial, para que estés tranquila, y esto... Lo que sea que haya, funcione por primera vez.

No supe que decir, había quedado muda tras su confesión, y en mi estómago todo se removió de la emoción, no podía creer que fuera real, que al fin, estaba siendo real, y que las cosas se estuviesen dando si tanto drama, no parecía cierto, pero no objetaria, porque era lo que quería, ahora, lo quería a él, sin embargo, aún tenía demasiadas dudas con respecto a todo, y no estaba preparada.

La verdad tras el libro (P#3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora