Capitulo 41

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Santiago.

Hoy pase parte de la mañana en mi habitación, tratando de organizar mis ideas, ahora que me había tomado el tiempo para pensar, había sido un completo imbécil todos estos meses, estaba tan tranquilo antes, y revivir nuevamente todo lo mal que la pase de adolescente, volvió a traer esa ira incontenible, me miraba al espejo y no me gustaba a quien veía, trate muchas veces de cambiar ese lado de mi tan errado, pero cada vez me costaba mal.

Lleve mis manos a mi cabello, me encontraba sentado en la esquina de la cama, mirando a la nada, seguía haciendo todo mal, me había ido a Australia por una razón, pero es muy difícil que las cosas cambien cuando el problema no es el lugar en donde estas, cuando el problema está en uno mismo, y hasta ahora podía verlo, toda la confusión que sentí y el mal que le ocasione a Sophia, me trajo de vuelta a los recuerdo de Kiara, y lo mucho que la lastime, inclusive a Jessica, que me dio una oportunidad de entrar a su vida y yo siquiera era capaz de contestar a sus llamados, estaba comportándome muy egoísta, y ninguna se merecía eso.

El celular volvió a sonar, era Jessica otra vez, me levanté y me encerre en el cuarto de baño, necesitaba una buena ducha de agua caliente para aclarar mis ideas.

Más tarde ese mismo día, Sebastián tocó a mi puerta mientras yo fumaba un poco en el balcón, tiré el cigarro al cenicero aunque aún quedaba un poco menos de la mitad y fui a abrir.

-Te estas dejando la barba, no te queda mal ermitaño.

-¿Qué pasó?

-Camila ha salido a comprar ropa, ya sabes como es, así que pensé, porque no salimos una tarde de hombres.

- No tengo muchas ganas...

-Vamos, tomamos algo y te relajas un poco hermano, aparte he visto a unas extranjeras muy lindas en recepción.

-¿te parece Sebastián? Lo que menos quiero es saber de mujeres ahora, ya bastantes problemas tengo en mi cabeza con eso.

-¿Aun no has hablado con Jessica?

- No, no se que decirle.

-puedes empezar porque no quieres estar más con ella.

- No se si eso es lo que realmente quiera...

Entró ignorandome y resignado verte la puerta para luego encararlo.

-De todas las mentiras que has dicho, está es la más estupida.

-¿Por qué? Lo digo en serio, Jessica me da lo que necesito, es una mujer muy inteligente y bajo perfil, no hace tanto escándalo ni me genera ningún malestar o confusión.

-Basicamente no te pasa nada con ella.

-la quiero mucho...

-Es como hacer una regresión...

Rodee los ojos y fui hacía la cama para tomar la camisa que tenía tirada ahí y colocarmela.

-¿a donde vamos?

-asi me gusta, vamos, que hay bastantes cosas interesantes por aquí -me toma del hombro y me saca de la habitación, lo sigo resignado, sentia como la resignación ya era parte de mi.

La verdad tras el libro (P#3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora