Capítulo 29

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Sophia.

Nada podía arruinarme este día.
Nada podía arruinarme este día.
NADIE podía arruinarme este día.

Comencé el día con este mantra, y he permanecido con el todo lo que restó de la mañana, estaba nerviosa, muy nerviosa, mis latidos se aceleraban con cada aguja del reloj, sudaba como una cerda a pesar de estar en un ambiente con acondicionadores, Amanda solo se reía a mi lado, yo no podía ni articular una palabra coherente, estaba sentada en el salón donde previamente había tenido una clase a la cual no presté demasiada atención, o sea, no es para menos, cualquiera hubiese preferido contar los segundo de que su escritor favorito entrara a las instalaciones a prestar atención sobre si lleva tildes una palabra o no, paso, por lo menos por hoy, porque ahora que lo pienso, siempre es un problema para mi aquello.

Chan parecía mas interesada en sus uñas con esmalte gastado, Marcus en su cabello mientras apuntaba su celular para una foto, y Amanda en seguir con sus burlas.

-Es que mirate, eres simplemente adorable, estas roja y aún no lo has visto.

-Calla. -Es todo lo que alcancé a decir.

-¿Por que? Estamos solos en el aula, no hay nadie con quien pueda avergonzarte, aunque seria divertido hacerlo. -Solo ignoré su comentario cuando el reloj sonó, dando el inicio de la próxima clase.

-Ugh, no puedo creer que pasara tan rápido el descanso, debo irme.

Chan se levantó y le arrebató el celular a Marcus.

-Deja de enviarle fotos a ese tipo y vamos a clase -este reprocha, pero Cahn parece ignorarlo completamente, y jalar de su camisa hasta que ambos están fuera del aula.

Vario grupo de chicos comienzan a entrar para ver su clase, Amanda me ve cómplice, nosotras no teníamos mas clases por hoy, por lo que era momento de ir a hacer su entra fila para obtener un buen puesto para la conferencia, yo sinceramente estaba por vomitar, ya no estaba tan segura de querer verlo y darle rostro a mi escritor, ¿y si no era lo que esperaba? ¿Y si no me gustaba como se expresaba? ¿Y si me desilucionaba?

-¡Vamos! No me hagas sacarte arrastra como Candela a Marcus.

La seguí, porque no había manera de que yo ganara una discusión con ella, era autoritaria, de eso no existía duda, y tampoco es que soy tan tonta como para perderme la oportunidad de mi vida, pero mis ánimos decaen cuando veo la multitud aglomerada en el aula de oratoria, nunca imagine que tantas personas pudiesen caber en este corto pasillo, por no mencionar que la zona verde principal también estaba abarrotado mas que todo de jóvenes, chicas hormonales "como yo" chillando e intercambiando opiniones al respecto del libro, es como el sueño de toda gran fanática, el gran sueño si no fuesen como yo de reservada.

Hay guardias en la entrada, y promotoras, no entendía que hacia un grupo de promotoras para una conferencia, pero bueno, no discuto los métodos de las editoriales y sus eventos, por mi parte solo me importaba una cosa.

-Ves lo que te dije, debíamos de estar aquí incluso antes de ir a clase, aunque sea para asegurar nuestro lugar, dejame ver si salvo nuestro culo de esta fila con alguien que conozca, vuelvo pronto.

Solo asentí, mas vale y lo consiga, digamos que no me ilusionaba estar en los asiento de arriba tan lejos de mi ídolo, y sin esperanza de que nuestras miradas se crucen desde allá arriba.

Me distraigo por un momento cuando escucho aquella risa tan conocida por mi, aunque no la hubiese escuchado con tanta frecuencia, ahí estaba el profesor Pascuali, en una entretenida conversación con su perfecta, esbelta y escultural novia Jessica Tayler.

La verdad tras el libro (P#3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora