Capítulo 30

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Sophia.

Mi trapo en la mano, mesones mojados de gaseosas, palomitas por el suelo, chocolate pegado en la mesa, pero mi sonrisa de idiota en la cara, no podía estar mas dentro de una ensoñación, estaba fascinada, exaltada, enamorada.

Tendré que admitir varios hecho.

Hecho #1: mis ojos estuvieron perdidos en su espectacular rostro toda la charla.

Hecho #2: no recuerdo de lo que hablo, muy poco de ello.

Hecho #3: era hermoso.

Hecho #4: tengo su firma en mi libro.

Hecho #5: me reconoció, y eso nunca podre olvidarlo.

-Hola hermosa, permiteme tu libro -Asentí hiperventilando, y él rozó mi mano cuando le cedí mi libro ya un poco gastado de tanto uso.

>>oh, yo te recuerdo, ¿como olvidarme de esa cara? Si eres la chica que defendió y hablo muy bonito de mi libro en el cine, encantado de volver a verte.

Grito interno, chillido de mi amiga en mi oreja, si, un infarto asegurado.

-N-no puedo cr-creer q-que me rec-cuerde.

-¿Como olvidarme de una gran fan?, ven, quiero darte un abrazo. -Las personas se volvieron eufóricas, y los guardaespaldas tuvieron que ayudarme para pasar a su lado y recibir un abrazo de su parte, olía bien, olía a menta, me gustaba la menta, era cálido, y alto, la perfección hecho hombre.

-¿Podria... -Deje la pregunta en el aire, tenía el celular aferrado en la mano, pero él no me escucho, solo se rió y volvió a tomar asiento, los guardaespaldas me devolvieron a mi lugar y recibí de vuelta mi libro, no obtuve foto, pero si que me recordara y un abrazo, mas no podía pedir, ah y casi lo olvido, su bella firma en mi libro.

Si, dichosa y completa, alegre y cantarina, que si me hacían limpiar los baños lo haría con gusto y lo dejaría perfectamente limpio y elegante.

-Tanta alegría me hace querer dispararme palomitas en los ojos, reacciona -Dylan comenzó a lanzarme las palomitas recolectadas del suelo haciendo entrar en la realidad, en la realidad de mi trabajo.

-No seas pesado, dejame seguir disfrutando de los recuerdos.

-Baja de la nube y barre aquello que lanzaron por allá -Sasha me tiende una escoba y me quita el trapo de la mano para tomar ese cargo ella, no me quejo, solo voy tarareando una melodía inventada.

-Parece loca -Escucho a Franco desde la maquina de refrescos.

-No estoy loca, estoy enamorada, es que ustedes no estuvieron, pero Dylan lo vio una vez, ¿verdad que era la belleza personificada?

-Exagera.

-Es claro que exagera.

-Tu callate Ellen que esa vidriera no te salva de mis súper poderes.

-Como dije en un principio, hemos perdido a Sophia.

-Sasha, es como de tu edad, te hubiese gustado.

-Es un rubio pelo baba ojos azules, nada sorprendente, un Australiano mas.

-Callate Dylan, no difames.

-No es difamación de ningún tipo, digo la verdad.

-Buenas tardes, bienvenidos al cine San Fernando, ¿que película desean ver?

La verdad tras el libro (P#3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora