Santiago.
Mi cabeza daba vueltas, no estaba seguro de cuantos tragos llevaba encima, Jessica estaba a mi lado tratando de decirme algo, pero no me podía interesar menos lo que tenia para decir, el suelo de la sala estaba fría, Sebastian solo arrebataba la botella de mi mano cada vez que lograba dar con ella.
-Para ya, ¿no te das cuenta que necesito desahogarme con algo?
-Hermano, habías dejado esto de lado, no vuelvas a caer, ya encontraremos una forma de resolver esto.
-No hay forma, no existe una jodida forma, y lo peor es que ella me odia.
-No mi amor, aquí estoy, no te odio.
Jessica lleva mi cabeza a sus pechos, intenta desconcertada por mi actitud tranquilizarme, si supiera que no hablo de ella, que no es ella quien me altera, quien saca los sentimientos a flote, quien me preocupa, a quien quisiera decirle toda mi verdad y recuperarla, no es ella, no eres tu Jessica.
-Basta por hoy, deberías ir a tu cama, estas hecho mierda.
-Soy una mierda, es que soy una mierda -Intento deshacerme del agarre de Jessica para levantarme, tambaleo en el intento y caigo riendo sobre el sofá.
-Ok, Jessica, ¿te llevo a tu casa?
-No quiero dejarlo en este estado.
-Estara bien, lo mejor es que te vayas.
-No, ella...ella se queda conmigo, tendremos una noche ardiente ¿verdad que si? -intento tomarla pero consigo es que caiga a mi lado en el sofá, la abrazó y me pierdo en el hueco de su cuello, huele a flores, no soy capaz de definir cual tipo, quizás jazmines, no estoy seguro, pero estoy a muy poco de quedarme dormido en ese instante.
-Santiago, nunca pensé que te vería tan tomado.
-Antes resistía mas al alcohol, pero como lo dejó abruptamente, supongo que ahora le cae mal con pocos tragos. -Siento como intentan levantarme, pero soy un peso muerto, aparte estoy cómoda, Jessica es cómoda, no le puedo quitar ese merito.
-No sabia eso, si lo hubiese sabido no le hubiese dejado comprar esas botella después de salir del cine.
-¿Pero que fue lo que pasó? Cuando los dejé él estaba bien.
-Si bueno, discutió con quien parecía una alumna en el cine, no entendí demasiado de su discusión, pero se que tuvo que ver con el escritor este que ha estado irritando desde la noticia a Santiago.
-¡Gilipollas! -es lo único que alcanzo a decir, quisiera gritar que ese mentiroso no era ningún escritor, quería gritar que Esa niña tonta esta idealizando a un pedazo de mierda, quería gritar miles de verdades, miles de mis verdades, pero solo alcanzaba en mi estado a insultar.
-Vamos amigo, hora de dormir -Intenta acallarme pero me aparto.
-Y una mierda, ¡¡usurpador!!
-¿De que habla?
Me incorporo como puedo y miro a Jessica desconcertada a mi lazo y sonrío señalándola.
-Ella no sabe nada, ella no sabe mi verdad, que gracioso, ¿ves? Nadie jodidamente sabe.
-¿Que no se?
-muchad cosas querida Jessica, en esta vida hay muchas cosas que no sabemos, permiteme, tengo que hacer dormir a este delirante.
-No, no quiero dormir, quiero salir y reclamar lo que me pertenece, quiero decir toda la verdad.
-Se acabo, callate, ¿no ves que dices puras idioteces? No hay manera de que hagas nada, vamos a tu cuarto. -soy empujado contra mi voluntad a mi dormitorio, grito cosas incoherente por el camino, maldigo, siseo, hasta caer en mi acolchada cama.
Es la gloria.
-Vamos, a dormir, cambiate esa ropa que apestas, y a ver cuando te rasuras esa barba, parecer un ermitaño hermano.
Intento desabrochar mi camisa, pero unas manos femeninas me ayudan en el proceso, parece que ni algo tan simple soy capaz de hacer.
-Descuida, deja de moverte que yo te ayudo cariño.
Me dejo, tampoco es que tenga muchas opciones, ahora solo tenia sueño, y quería caer en la cama, me daba igual la ropa.
-Te voy a llevar a tu casa Jessica, lo mejor es dejar a Santiago solo, por lo menos esta noche.
-No estoy de acuerdo, él me necesita, aunque no lo diga, yo lo se, quiero quedarme a cuidarlo, incluso puedo dormir en otra habitación, pero si me gustaría quedarme.
-Quedate conmigo esta noche bebe.
Me río de mis propias palabra y me caigo sobre la cama tendido.
-Bueno, como quieran, yo me voy a mi cuarto ya, estoy jodido de sueño.
Mis ojos están cerrados, puedo notar cuando apagan la luz, y también que estoy en ropa interior, el peso a mi lado de la cama, pero no soy capaz de protestar que me quitaron mi lado y reclamarlo.
-¿Por que estas así? Cuentame cariño, en mi puedes confiar, ¿cual es tu verdad?
No puedo, no puedo confiar en nadie mi verdad, y si en alguien confiaba no era en ella, solo una persona estuvo apunto de obtener todo de mi, pero fui cobarde, tan cobarde que la perdí, no podía ahora contarle a ella, porque Jessica no era ella, Jessica no era Sophia.
-dejame dormir, no debo hablar.
-Vamos, cuéntamelo a mi, por algo soy tu pareja, en mi puedes confiar.
Mi pareja, mi pareja porque soy un idiota, mi pareja porque pensé que contigo podría estar en calma, porque contigo mi corazón no se acelera, porque sin ti, la respiración no me falla, porque no me alteras, porque mi mirada no te busca sin quererlo, porque mis labios no buscan los tuyos de forma atrayentes, porque no te pienso día y noche, porque no me daría celos si te veo con otra persona, porque me gustas solo porque no me gustas lo suficiente, porque necesitaba alejarme, porque necesitaba calmar mi corazón que estuvo demasiado tiempo creyéndolo muerto, hasta que ella llego, hasta que Sophia entró a mi vida, y podrás odiarme, lo hará si te enteras que te usé, te usé, eres mía pero yo no doy completamente tuyo, porque solo busco olvidarla, porque realmente solo te elegí porque no eras ella, y me sentía solo y vacío, aunque seguía sintiéndome solo y vacía, mas miserable que nunca antes.
-Yo soy... Yo soy, Jessica, soy yo.
-¿Quien eres Santiago?...
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La verdad tras el libro (P#3)
RomansaElla lo miró y lo supo, era él, y siempre lo amó, amó cada linea que hablaba de él, aunque en algún momento dudó, dudó tanto como lo amó. Él la miró y no supo que sentir, la odió, odió que supiera todo de él mas de lo que se animaba a contar en voz...