Capitulo 37

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Sophia

Estuve todo el día tratando de evitar a toda costa a Santiago, que el episodio de ayer no haya cambiado nada respecto a nuestro trato de mantener distancia en la vida del otro, era lo mejor que podíamos hacer, tomar distancia y que cada uno siga con su vida, aunque duela, y aunque a veces las situaciones se den para romper el trato.

Por extraño que parezca Candela y yo pasamos el día juntas, cada vez parecía que nos llevábamos mejor, aunque tenía un temperamento complicado, Marcus era el único que parecía ignorar cualquier comentario negativo u ofensivo que daba, incluso que no se callara nunca.

Otra de las razones por la cual estuve con ellos era porque ni Amanda ni Tayson habían venido hoy, así que por obviedad prefería estar con ellos que sola, siendo un blanco fácil para Santiago, que lejos de ignorarme, era obvio que llevaba toda la mañana de hablarme, su intensa mirada en mi nuca me lo hizo saber, pero no, distancia Sophia, hay que guardar distancia.

Luego de tanta tortura vino la tarde, y era mi hora de ir a trabajar, al llegar Dylan ya estaba ahí, y Sofía me esperaba para cambiar de turnos, al verme rápidamente se sacó la camisa del uniforme quedando en camisa de tirantes, y tomó su morral.

–Hoy es el día que mayor alegría me da de verte, me voy.

No esperó a que dijera nada cuando ya estaba fuera del recinto.

–No sé si tomar eso como un hola, pero es lo mas lindo que me ha dicho desde que comencé a trabajar aquí.

–Por lo menos a ti te dice algo bueno, lo último que recuerdo que ella me haya dicho es un, deja de sacarte los mocos en mi presencia...

–De hecho, es algo que yo también te digo.

–Bueno, pero es diferente, luego me das de tus dulces.

Asiento y sacó mi uniforme del bolso para colocarmelo, paso tras el mostrador y aprovecho de golpear a Dylan con mis caderas de modo amistoso.

–Sophia, hola, que bueno verte.

–Franco, ¿Cómo van esos baños?

–Atascados.

Siguió con la trapeadora hacia los baños y yo me senté en un banco bajo, para conectar mi celular que se había descargado, desde temprano, y necesitaba escribirle a mi hermano para que fuese a comprar algo de comer para esta noche.

–Bienvenidos, ¿Que desean?

Los clientes comenzaban a llegar, la siguiente función sería dentro de poco, odiaba cuando se hacían las filas tan largas, porque todos empezaban a querer las cosas rápidas.

–Ayuda aquí.

–Voy. –Me levanto e intercambio lugar con Dylan, que por sorprendente que fuese, era muy ágil y se le daba mejor servir las ordenes, y mi encantó era para atenderlos.

No sé cuánto pasó pero la fila se acortaba cada vez más, cuando el cliente que tenía frente a mi dió paso hacia un lado para retirar su combo, y quién estaba a su espalda dió un paso al frente quedando cara a cara, mi cuerpo se tensó por el reconocimiento, y si tuviera una vena marcada en la frente de seguro estaría por eventar.

La verdad tras el libro (P#3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora