Life ||Jack Frost Y Tú||

3. Presentación

Jack.

Todo se redujo a un gran silencio.

—¿Eso era a lo que te referías, Norte?—Preguntó canguro completamente serio.

Norte asintió con el ceño fruncido y la mirada baja.

—Aun no sabemos quien está detrás de esto, quizá sea Pitch Black, quizá no.—Nuevamente escuchamos a meme hacer sonar el cascabel de uno de los gorros de un elfo.

Apuntó hacia un cristal que sobresalía en el salón.

—Hombre de la luna... ¿Va a nombrar a un nuevo guardián?—Tooth observó curiosa el cristal mientras volaba alrededor de él.

—No, no está emitiendo luz alguna.—Cerró los ojos unos segundos, intentando descifrar algo.—Hombre de la luna, ¿Qué está pasando? ¿Quién está detrás de esto?

La luz de la luna iluminó el cristal, una sombra había aparecido, tenía la silueta de una mujer.

—Ella debe ser nuestra nueva enemiga.—Habló Tooth observando aquella silueta.

La luz de la luna brilló con más intensidad, aquella sombra comenzó a moverse como si tuviera vida propia. Hacía movimiento elegantes y giraba su cabeza de un lado a otro.

—Esta buscando algo...—Me acerco un poco más. La sombra sonríe, intentando agarrar algo con su mano, pero no logra hacerlo.—O... tal ves...

—A alguien.—Concluyó Norte.—Pero, ¿A quién?

La sombra desapareció, y fue sustituida por la imágen de un chico de ojos verdes, con cabello negro y traje del mismo color. En su mano había una especie de tatuaje.

—¿Alguien tiene idea de quién es ese chico?—Preguntó canguro encogiéndose de hombros,
Meme negó, un signo de interrogación se formó sobre su cabeza.

La imagen de él desapareció, apareciendo otra. Abrí los ojos de par en par al reconocerla.

Era ella, la chica del bosque.

—Tampoco reconozco a la chica.—Escuché a norte suspirar pesadamente.—Hey, muchacho, ¿Por qué esa cara?

—Esa chica es la misma persona que encontré en el bosque.—Fruncí el ceño al darme cuenta que tenía un tatuaje similar al del chico en su mano, sólo que de color blanco.—Me sorprendí cuando me di cuenta que ella estaba en una de las partes más profundas en el bosque. Al verme salió corriendo asustada.

—Tenemos una pista.—Norte observó con el ceño fruncido como las imágenes desaparecían y todo vuelve a la normalidad.—Phil, ve con dos yetis al bosque de burgués, ¿Vieron a los chicos en el cristal?—Los yetis asienten.—Bien, si los encuentran ya saben que hacer.

Los yetis desaparecieron al pasar un portal y todo el taller se redujo a un silencio bastante incómodo.

—Creo que iré a dar un paseo por ahí...—Sin mirar a Norte e intentando disimular mi sonrisa caminé hacia el una parte del taller con la intención de congelar a unos cuantos elfos.

—Jack...—Dijo Norte a modo de advertencia.

—¿Qué?—Sonrío inocente.—No haré nada malo.

—Nadie te cree eso, cubito de hielo.

—¿Cómo me llamaste, canguro?—Al parecer las cosas cambiaron; primero congelaré la cola de este canguro, después congelaré a los elfos.

—Aquí van de nuevo...

Antes de que canguro y yo comenzáramos de nuevo otra de nuestras peleas, un portal se abrió frente a nosotros, los yetis habían regresado mas rápido de lo que pensé, con dos sacos. Uno de ellos se removía bastante, tanto, que a Phil se le escapó de las manos y lo dejó caer sin cuidado al suelo.

 — Auch.— Esa voz... Era ella. El saco se quedó inmóvil. 

Con lentitud, me acerqué y abrí el saco. Después de eso sentí un fuerte golpe en mi cara por lo que retrocedo llevando una mano a mi barbilla dolorida. Regresé mi mirada al saco, la chica había salido de el y miraba asustada a todas partes.

 —Hey, no te asustes, no te haremos daño.— Dijo canguro acercándose a ella.  

Un grito ahogado salió de su garganta antes de correr hacia el chico, el cual lo habían traído en el otro saco. Se puso detrás de él y asomo su rostro por un lado de la espalda del chico.

A excepción de ella, el chico nos mirada con el ceño fruncido. Su cabello cubría su ojo derecho pero aun así su miraba no reflejaba miedo o asombro como ella, sino mas bien molestia.

 —Él es el chico que me descubrió.— Escuché como susurró esa frase en su oído. El chico me fulminó con la mirada, después fijo su mirada en Norte.

—¿Nos podrían decir por qué mandaron a esas cosas a secuestrarnos? 

—¡Oh¡ ¡Chicas, miren sus dientes!— A una velocidad increíble Tooth voló hacía la chica, provocando que ella tropezara y cayera al suelo, de nuevo.

—Te pido por favor que no hagas eso.— Tomó del brazo a Tooth, impidiendo que se acercara.— No sabemos cuales son sus intenciones, por lo que sobra decir que no confío en ustedes.

— E-entiendo.— Balbuceo alejándose de ellos con lentitud. Miró a la chica.— Perdón por asustarte.

Ella asintió volviendo a aferrarse al chico sin apartar la miraba de Tooth.  

En multimedia un dibujo de los chicos.

Próxima actualización: Martes.

Chau chau